Paraguay y Brasil postergan definición sobre el Anexo C del Tratado de Itaipú

El proceso de revisión del Anexo C del Tratado de Itaipú sigue avanzando, aunque sin perspectivas de concluir este año, según afirmó el ministro de Industria y Comercio y consejero de la Itaipú Binacional, Javier Giménez. En declaraciones a la prensa, Giménez explicó que las reuniones técnicas entre los equipos de la margen izquierda y derecha se han centrado en identificar puntos de coincidencia y disidencia, con miras a elaborar un informe que será remitido a los presidentes de Paraguay y Brasil para la fase final de negociaciones.

“El trabajo técnico avanza, pero no llegaremos a firmar un nuevo tratado este año. La fecha probablemente se postergará, ya que es un proceso que requiere tiempo y análisis profundo”, destacó Giménez. Si bien se había planteado como meta inicial cerrar la revisión en diciembre, el entendimiento entre ambos países establece como plazo final el 31 de diciembre de 2024.

El Anexo C es un documento clave, pues rige las bases financieras y de prestación de servicios eléctricos de la hidroeléctrica binacional, considerada una de las mayores del mundo.

Fortalecimiento de la ANDE y desafíos en inversión

En el marco de las negociaciones, el ministro subrayó la necesidad de fortalecer a la Administración Nacional de Electricidad (ANDE) para que pueda asumir los desafíos que se desprenderán de la nueva etapa del tratado. “La ANDE tiene que elevar su capacidad técnica y reducir sus pérdidas. Esto implica inversiones anuales de aproximadamente USD 600 millones para modernizar la red de distribución eléctrica”, señaló Giménez.

El titular del MIC proyectó que Paraguay requerirá una inversión total de USD 2.000 millones en los próximos cuatro años, y que el proceso de solidificar el sistema eléctrico nacional podría extenderse por una década. “Es un esfuerzo a largo plazo, pero tenemos que comenzar ahora con pasos concretos”, agregó.

Negociaciones estratégicas y de largo plazo

Giménez insistió en que las decisiones deben tomarse de manera estratégica y pausada, evitando apresuramientos. “Todo lo que se hace con prisa no funciona. Este es un proceso serio, y Paraguay lo está encarando con una visión técnica que luego será evaluada en las altas esferas”, concluyó.

Con las miradas puestas en 2024, las expectativas se centran en lograr un acuerdo que garantice una distribución equitativa de los beneficios para ambas naciones, al tiempo que se fortalece la capacidad energética y técnica de Paraguay para afrontar sus propios desafíos.