Novenario Caacupé: sacerdote pide solidaridad con los más vulnerables

En el marco del noveno día del Novenario de la Virgen de Caacupé, la misa de las 07:00 fue presidida por Monseñor Claudio Giménez, Obispo Emérito de la Diócesis de Caacupé, y contó con la prédica del presbítero Dr. César Nery Villagra, párroco de la Parroquia San Jorge del Obispado Castrense. Bajo el lema “Todos somos peregrinos de esperanza, especialmente los migrantes”, la homilía resaltó la importancia de la fe, la esperanza y la solidaridad con los más vulnerables.

El Pbro. Villagra destacó que esta peregrinación anual hacia la Basílica Menor es una cita ineludible con la fe y la esperanza, especialmente en este Año Jubilar que será inaugurado por el Papa Francisco con la apertura de la Puerta Santa en Roma. Durante su reflexión, señaló que la liturgia del día, tomada del libro del Deuteronomio, presenta a Moisés instando al pueblo elegido a temer, amar y servir al Señor con todo el corazón y el alma, sintetizando el llamado divino al compromiso total con los caminos del Creador.

“El camino simboliza la vida, una conducta humana moldeada según los mandamientos de Dios. Este temor de Dios no es miedo, sino una búsqueda apasionada de su presencia, el principio de toda sabiduría”, subrayó.

Villagra también reflexionó sobre la justicia de Dios hacia los huérfanos y las viudas, los más vulnerables en las sociedades antiguas y contemporáneas, destacando que ellos encarnan a los débiles que merecen la intervención divina y la solidaridad humana. En este contexto, recordó que el ser migrante o forastero es parte esencial de la identidad cristiana.

“El migrante camina con esperanza hacia la salvación. La semilla de esperanza plantada por Cristo en nuestros corazones no defrauda”, expresó, citando la Carta a los Romanos. Añadió que rechazar al migrante es un grave pecado, como también lo señala el Santo Padre, recordando la contribución de migrantes y descendientes de extranjeros al desarrollo de Paraguay.

Finalmente, instó a los fieles a vivir con esperanza y caridad, reconociendo en cada peregrino, migrante y forastero el rostro de Cristo. La homilía culminó con un llamado a reforzar la fe y el compromiso social como pueblo de Dios.

El Novenario continuará en los próximos días con el mismo espíritu de reflexión y fe, acompañando a los peregrinos en su camino hacia la gran festividad de la Virgen de Caacupé.