Las comunidades naturales acuáticas y rocosas

POR Alberto Yanosky

Biólogo y conservacionista.

En diferentes oportunidades hemos hablado de los ambientes acuáticos, de su fauna y de su flora, de términos como acuático, palustre, ripario, higrófito, higrófilo y otros que espero ya hayamos podido incorporar a nuestro léxico. Pero en un intercambio con Tatiana Galluppi y Rebeca Irala buscando fotos para ilustrar un documento, me encontré con unos paisajes nacionales increíbles que no pueden dejar de mostrarse, primero para conocerlos, luego para visitarlos, y así todos juntos los vamos a poder conservar, sanos, con la menor alteración posible. Se trata de estos ambientes acuáticos que combinan las plantas, los animales y el agua en un ambiente rocoso, de roquedales.

Cuando recorremos los ríos y riachos vemos estos ambientes o comunidades naturales muy particulares, y en la historia evolutiva, cuando los cursos de agua se encuentran con ellos forman saltos, cascadas, rápidos (y hasta cataratas, aunque técnicamente nos las tenemos en Paraguay) y según las condiciones del lugar, pueden crecer plantas que están muy bien adaptadas a la humedad y hasta aquellas que soportan el embate del agua desde las alturas, o el aferrarse a un suelo muchas veces rocoso en aguas que corren a velocidades destacadas. En muchos lugares del Paraguay, estos saltos, rápidos o cascadas se dan en lugares ocultos dentro del bosque y solo son más visibles cuando son de dimensiones mayores que hacen que la vegetación arbórea no los cubra. Tanto la vegetación como la fauna que viven asociados a estos humedales son muy particulares, ya que los niveles de agua suelen variar con las lluvias y eso hace que muchas veces las plantas y algunos refugios de animales queden cubiertos por el agua.

Los cañadones son valles que se forman en el ambiente, lugares por donde corre el agua y encuentra espacio para avanzar, muchas veces entre grandes rocas, a las que va desgastando con el tiempo, y lo evidenciamos por la suavidad de muchas de estas piedras, todas ellas sedimentarias y desgastadas por el paso del agua. Muchos de estos cursos de agua, arroyos, riachos o ríos, corren entre grandes paredes o paredones, dentro de los cuales es muy agradable transitar. Cuando el agua está baja se puede caminar en estos cañadones y la vegetación que se da también es muy particular con helechos y epífitas. También es cierto que en los lugares húmedos existen musgos que han responsables de varias caídas dolorosas cuando transitamos por allí.

Si bien estos ambientes se dan en gran parte de la región oriental del Paraguay, con saltos muy famosos y conocidos como los Saltos Monday, Ñacunday, Salto Suizo, Salto Cristal, Salto Carapá entre otros, los cañadones no tienen un nombre, al menos, difundido. Pero en el norte de la región oriental, en la zona de los Cerrados, se encuentran otro tipo de ambientes acuáticos que son muy similares a los famosos cenotes de la Península de Yucatán. Son ambientes acuáticos, pozones, muchas veces muy profundos, con interconexiones subterráneas en donde habita una fauna muy particular, por ejemplo sin ojos desarrollados (es que no los necesitan si están en la oscuridad). Muchas veces a estas estructuras las conocemos como cavernas y es que el agua aprovecha estos espacios rocosos y los inunda, lo que hace que se creen ambientes acuáticos entre las rocas, en los roquedales. Con el tiempo se han ido descubriendo otros tipos de cavernas con agua, pero no todos son cenotes, ya que esto implica un tipo muy particular de roca, lo que se conoce como calcáreo.

Estas estructuras de la naturaleza que muchas veces las queremos imitar (pequeñas cascadas en nuestras casas o jardines) son fenómenos geológicos que deberíamos tratar de entender cómo se formaron, por ejemplo, existían los roquedales y luego vino el agua por un desvío o un hundimiento de tierra, o quizás en el mismo humedal aparecieron en tiempos geológicos, rocas. Estos temas los aborda la geomorfología ambiental, es decir, estudiar la forma o fisonomía de la tierra, del paisaje, del ambiente. Podemos ver algo de esto cuando observamos una cantera que ha dejado, por origen humano, un hueco en el suelo donde se acumula agua. Si bien las rocas son más perdurables y se mantienen en el tiempo, el agua es más efímera, puede o no estar de acuerdo con la fuente de alimentación y también es contaminable. Así que tenemos una gran responsabilidad en cuidar estos fenómenos de la naturaleza que son importantes atractivos turísticos y de relajación. Qué mejor que escuchar el agua caer o correr, una sinfonía para los oídos.

Gracias Tatiana y Rebeca por siempre estar ahí para contribuir al mostrar las riquezas naturales del Paraguay.