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Lilian Samaniego: “No voy a permitir más atropellos”

Lilian Samaniego, senadora. Foto: Captura de video.

Lilian Samaniego, senadora. Foto: Captura de video.

La tensión dentro del Partido Colorado ha alcanzado un nuevo nivel de confrontación con las recientes acusaciones de la senadora Lilian Samaniego (ANR, Independiente) contra su colega Antonio Barrios (ANR, HC) y el liderazgo del movimiento Honor Colorado. En una serie de declaraciones cargadas de críticas, Samaniego denunció una campaña de persecución hacia colorados disidentes y cuestionó el manejo interno del partido, evidenciando una fractura que amenaza la unidad del oficialismo.

El detonante del conflicto

El enfrentamiento se centra en la exclusión de Samaniego de la presidencia de varias comisiones estratégicas del Senado, como Relaciones Exteriores, Salud y la de Amistad Paraguayo-Americana. La senadora apuntó directamente a Antonio Barrios como el responsable de estas maniobras, acusándolo de ser un “intrigante” y de usar su posición cercana a Horacio Cartes para consolidar el control de Honor Colorado en detrimento de los colorados independientes.

“Antonio Barrios no trabaja, no legisla, solo intriga con Cartes. Desde hace un año está en el Senado sin haber sido electo titular y se dedica a perseguir a los colorados que no seguimos su línea”, expresó Samaniego, visiblemente molesta, en una entrevista exclusiva con El Nacional.

El trasfondo de estas tensiones tiene sus raíces en las divisiones internas entre las facciones de Honor Colorado, liderada por Cartes, y los sectores disidentes que buscan mayor independencia en las decisiones del partido.

Una crisis de solidaridad y representación

El conflicto escaló esta semana tras la publicación de un comunicado de Honor Colorado en el que varios senadores manifestaron su “fraterna solidaridad” con Barrios ante las críticas de Samaniego. La senadora respondió con duras palabras, calificando a algunos de los firmantes como “tránsfugas” que no tienen vínculos reales con el Partido Colorado.

“Firmaron cartistas y neocartistas, pero también personas que trabajaron en contra del Partido Colorado en las elecciones. ¿Qué tiene que ver Norma Aquino, que engañó a los votantes con su apodo Yamy Nal? ¿Qué tienen que ver Patrick Kemper u Orlando Penner, que apoyaron a candidatos opositores? Esto es una falta de respeto para quienes realmente aportamos votos para que Santiago Peña y Pedro Alliana lleguen al poder”, señaló.

Samaniego también denunció que el comunicado incluyó de forma inconsulta el nombre del senador Mario Varela, quien habría asegurado que no firmó ni apoyó el texto.

Por otro lado, la legisladora criticó que la solidaridad de Honor Colorado no se extendiera a legisladores opositores como Eduardo Nakayama, Yolanda Paredes y Celeste Amarilla, quienes fueron excluidos de comisiones parlamentarias clave.

El rol de Horacio Cartes y el “entorno maldito”

Samaniego no ahorró críticas hacia Horacio Cartes, a quien responsabilizó de fomentar las divisiones internas al rodearse de un “maldito entorno” que incluye a figuras como Barrios. La legisladora recordó su papel en la victoria electoral de Cartes en 2013 y lo acusó de haber traicionado los principios de unidad y diálogo en el partido.

“Gracias a mí, Horacio Cartes fue presidente, pero hoy está rodeado de un entorno que solo genera intrigas y divisiones. Desde ahora, me voy a encargar de Antonio Barrios, que es parte de este problema”, declaró Samaniego.

Además, puso en duda el peso político de Barrios dentro del partido, señalando que su ingreso al Senado fue como suplente y no gracias a un respaldo directo en las urnas.

Impacto en la gobernabilidad y el futuro del Partido Colorado

El conflicto entre Samaniego y Honor Colorado refleja una lucha más amplia por el control del Partido Colorado, que enfrenta el desafío de mantener la unidad tras asegurar la presidencia de Santiago Peña. Las acusaciones cruzadas, la exclusión de legisladores disidentes y la falta de consenso en la toma de decisiones están debilitando la cohesión interna y podrían tener implicancias en la estabilidad legislativa.

La respuesta del movimiento Honor Colorado fue un llamado al respeto y al diálogo constructivo, pero Samaniego rechazó estas palabras como vacías, acusando al grupo de no practicar la solidaridad que predican.

“La crisis del Partido Colorado no es por cargos, como dijo Bachi Núñez, sino por el atropello y la persecución contra quienes no seguimos ciegamente a Honor Colorado”, afirmó la senadora, dejando en claro que el conflicto está lejos de resolverse.

Un partido en crisis interna

El enfrentamiento entre las facciones coloradas no solo pone en evidencia las diferencias ideológicas y estratégicas dentro del partido, sino que también muestra la dificultad de gestionar las ambiciones personales y los intereses grupales en un contexto político cada vez más fragmentado.

Para el Partido Colorado, que históricamente se ha presentado como un bloque sólido y monolítico, estas divisiones representan un desafío significativo que podría debilitar su capacidad de gobernar y de mantener su hegemonía en el escenario político nacional.

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