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Opinión

Vivir de la naturaleza, con y en ella, y como parte de ella

POR Alberto Yanosky
Director EIISA (Estructura Interdisciplinaria de Investigación Integral Socio-Ambiental) – UNAE.

Hace poco menos de una semana, la IPBES (Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas) acaba de hacer una evaluación metodológica luego de cuatro año de trabajo con 82 científicos y expertos de trayectoria mundial, que fuera aprobada por los 139 Estados Miembros (entre ellos Paraguay). En este análisis se resalta que todavía no se tienen en cuenta los valores que posee la naturaleza, y que la estrategia mundial dominante es a concentrarse en los beneficios a corto plazo y el crecimiento económico para las decisiones políticas. Estas decisiones económicas y políticas se han basado en valores de la naturaleza que tienen implicancias en valores instrumentales de mercado y no reflejan cómo los cambios en la naturaleza afectan la calidad de vida de las sociedad; temas como regulación climática o identidad cultural, no son debidamente tenidas en cuenta a pesar de nadie puede decir que faltan herramientas para hacer visibles los valores de la naturaleza. El informe muestra más de 50 métodos y enfoques de valoración para llevar a cabo esta tarea, de carácter marcadamente interdisciplinario y, a través de un gran análisis por parte de expertos en las ciencias sociales, la economía y las humanidades, en el cual se utilizan más de 13.000 referencias que incluyen documentos científicos y fuentes de información de conocimientos indígenas y locales, y un factor clave de la pérdida de la naturaleza, considerando que más de un millón de especies de plantas y animales están en peligro de extinción.

El documento generado ayudará a las políticas públicas ya que les otorga una guía práctica para entender mejor las diferentes maneras en que las personas conciben y valoran la naturaleza, y así da una tipología que resalta cómo las diferentes maneras de ver el mundo y los sistemas de conocimiento ejercen influencia sobre las formas en que las personas interactúan y valoran la naturaleza. La obra plantea la perspectiva de vivir de la naturaleza, con la naturaleza, en la naturaleza y como parte de la naturaleza. Esto se da por que vivimos de la naturaleza, ya que brinda recursos que sostienen los medios de vida, las necesidades y los deseos de las personas. Vivimos con la naturaleza ya que hay derecho intrínseco de las otras formas de vida, además de los humanos. El concepto de vivir en la naturaleza refiere al sentido de identidad y pertinencia a un lugar; y finalmente, como parte de la naturaleza implica concebir el mundo natural como parte física, mental y espiritual de las personas. Uno de los autores resalta que el reconocer y respetar las cosmovisiones, los valores y los conocimientos tradicionales de los pueblos indígenas y las comunidades locales permite que las políticas sean más inclusivas.

Este informe concluye que existe un numero de valores muy arraigados que pueden ser alineados con la sostenibilidad, enfatizando principios como la unidad, la responsabilidad, el cuidado y la justicia, tanto con relación a otras personas como con la naturaleza. Es evidente que si no logramos reorientar las decisiones hacia los valores múltiples de la naturaleza no lograremos transformar la crisis mundial que está llevando a la pérdida de la diversidad de la vida en el planeta, y esto implica definir un nuevo concepto de desarrollo y bienestar. Los cuatro puntos de apoyo que el informe señala pueden ayudar a crear las condiciones propicias para generar el cambio transformador necesario que permita forjar futuros más justos y sostenibles. Para ello menciona (a) reconocer los diversos valores de la naturaleza; (b) incorporar los valores diversos de la naturaleza en la toma de decisiones; (c) reformar las políticas e incentivar el cambio institucional; y, por último (d) cambiar las normas y los objetivos sociales para promover valores acordes con la sostenibilidad en todos los sectores. Cuestiones como economía verde, decrecimiento, administración de la Tierra y protección de la naturaleza, son claves en esta necesaria transformación.

Este documento, esta evaluación de valores que la IPBES lanza se publica en un momento crucial, justo antes de que las Partes en el Convenio sobre la Diversidad Biológica lleguen al acuerdo que deberá firmarse este año sobre el nuevo marco mundial de la diversidad biológica que guiará las acciones para los próximos 10 años. Es hora de mirarnos nacionalmente y ver cómo estamos por casa, y cómo vamos a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ya que de eso se trata; y nos urge reorientar las decisiones hacia mejores resultados, que estén basados en valores y que beneficien a todas las personas que habitan el territorio nacional y al resto de la naturaleza que también tiene lugar en este territorio.

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