Sabores de la naturaleza: la magia de las frutas silvestres

POR Alberto Yanosky

Biólogo y conservacionista.

Gracias a las fotos que me compartiera Lidia Pérez de Molas es que puedo seguir hablando de este fascinante mundo de las frutas silvestres que nos ofrece la naturaleza, en seguimiento a la nota del artículo de la semana pasada. Las frutas silvestres juegan un papel importante en la seguridad alimentaria y la preservación de la biodiversidad paraguaya. Estos frutos forman parte de los conocimientos y prácticas tradicionales de los pueblos indígenas, de los pequeños agricultores, y de las comunidades tradicionales, que inclusive se mantienen en algunas familias ya urbanas, y así están contribuyendo a la gestión sostenible de la tierra y a la conservación de la naturaleza.

Actividades como la producción de miel, el enriquecimiento de los bosques degradados con especies nativas, entre ellas por ejemplo, la yerba mate, las frutas que nos ofrecen las palmeras,  y varios árboles frutales, la introducción de las plantas frutales en los sistemas agroforestales y la producción de plantas medicinales y aromáticas, son algunos de los ejemplos de prácticas amigables con la biodiversidad que apoyan la seguridad alimentaria, conservan los recursos fitogenéticos y la sostenibilidad ambiental.

Palma yataí o Butia paraguayensis. Foto: Lidia Pérez de Molas.

La conservación de la biodiversidad en sitios como el bosque de Mbaracayú, en Canindeyú, o en San Rafael – Tekoha Guasu, implica el uso sostenible de frutas silvestres y otros recursos naturales por parte de las comunidades locales, lo que ayuda a mantener el equilibrio ecológico y apoya los medios de vida, en particular de las poblaciones indígenas. Veamos seis especies de la vida silvestre.

En el caso del guabirá de campo (Campomanesia adamantium), la gente local la consume por su sabor dulce, por su pulpa jugosa y es una excelente fuente de vitamina C. Se la usa para helados, jaleas y dulces, y la gente local le atribuye varios efectos medicinales.

Guaviyú o Myrcianthes pungens. Foto: Lidia Pérez de Molas.

Por otro lado, el guaviyú (Myrcianthes pungens), tiene frutos pequeños, pero semillas grandes, su pulpa dulce y comestible, tiene un color morado oscuro. Se la cultiva como planta ornamental en parques y jardines, podándose como arbusto para cercos vistosos. Las hojas pueden usarse esparcidas en el suelo de zonas donde abundan moscas y otros insectos, ya que al machacarse liberan una resina que las ahuyenta, y también a las hojas se les atribuye propiedades medicinales.

El ñandypá guasú (Genipa americana) también se cultiva por su fruto comestible y para preparar bebidas, mermeladas, helados y polvos azucarados, también se le adjudica propiedades medicinales y se la usa como tintura, ya que su líquido cuando se oxida tiñe de negro la piel, y es una tintura permanente que usan varios pueblos indígenas en sus preparativos para las luchas. Con los frutos maduros y fermentados se hace una bebida alcohólica. Además, se comenta que el fruto es insecticida, la pulpa se la untaban los indígenas como repelente.

Guabirá de campo o Campomanesia adamantium. Foto: Lidia Pérez de Molas.

El fruto de la palma yataí (Butia paraguayensis) aparece arracimado, es oblongo, amarillo o naranja, y con una pulpa jugosa que no consumo el ser humano, pero de las semillas se extraen aceites.  El ubajay (Eugenia myrcianthes) es un árbol con muchas ramas que produce frutas globosas de color amarillo y su sabor es muy similar al del durazno, por lo cual es muy apetecida por la población local.

En el caso del mistol (Sarcomphalus mistol) produce una fruta redonda de color marrón rojiza y que contiene una pulpa dulce, muy apetecida por la gente. En Argentina, se ofrecían como regalo un puñado de frutos de misto a los niños en los almacenes, y también es una de las frutas más apetecidas por el teju guasu o iguana overa cuando las frutas están disponibles, lo que ocurre en verano.

La conservación de las frutas silvestres y los recursos fitogenéticos en Paraguay es crucial para mantener la biodiversidad y apoyar las prácticas agrícolas sostenibles. Las iniciativas en la región se centran en la integración de los conocimientos tradicionales y las técnicas modernas de conservación para mejorar los resultados ambientales y socioeconómicos.

Ubajay o Eugenia myrcianthes. Foto: Lidia Pérez de Molas.

Los proyectos en la región oriental de Paraguay enfatizan la importancia de plantar árboles frutales, que son beneficiosos tanto para los cultivos como para la vida silvestre local. Estos esfuerzos incluyen la reforestación con especies nativas, sistemas agroforestales y el uso de fertilizantes verdes y la rotación de cultivos para reducir los insumos químicos y la erosión del suelo. Por otro lado, la promoción de actividades como la producción de miel, el enriquecimiento de los bosques y el cultivo con plantas alimenticias, medicinales y aromáticas son parte de las prácticas tradicionales que apoyan la conservación de la biodiversidad. Estas actividades no solo preservan los recursos fitogenéticos, sino que también proporcionan medios de vida sostenibles para las comunidades locales.

Paraguay viene implementando su Estrategia Nacional para la Protección de los Recursos Naturales y la legislación pertinente para apoyar la conservación de la biodiversidad. Estas políticas tienen como objetivo proteger los hábitats naturales y promover el uso sostenible de los recursos fitogenéticos. En general, la conservación de las frutas silvestres y los recursos fitogenéticos en Paraguay son fundamentales para preservar la biodiversidad, apoyar la agricultura sostenible y mejorar la seguridad alimentaria de las comunidades locales.

Ñandypá guasú o Genipa americana. Foto: Lidia Pérez de Molas.

Una de las maneras de apoyar la agricultura sostenible es buscar ejemplos y procesos en la naturaleza que se basen en aspectos naturales, como soluciones basadas en naturaleza. Especies frutales adaptadas a las condiciones climáticas y de suelo, que además son aceptadas por la fauna local y cuyas semillas tienen las mayores probabilidades de germinar cuando sean devueltas al ambiente.