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Caacupé 2023: sacerdote emite un mensaje a las familias que atraviesan crisis

Pbro. Dr. Cesar Nery Villagra , Delegado del Administrador Apostólico de las FF.AA de la Nación y la Policía Nacional. Foto: Gentileza.

Pbro. Dr. Cesar Nery Villagra , Delegado del Administrador Apostólico de las FF.AA de la Nación y la Policía Nacional. Foto: Gentileza.

En el noveno día de Novenario en Honor a Tupãsy Caacupé, el tema central fue: “Orar y defender la vida y la familia”, cuya ceremonia religiosa presidió el monseñor Ricardo Valenzuela, obispo de Caacupé, y predicó el presbítero Dr. César Nery Villagra, delegado del Administrador Apostólico de las FF. AA. de la Nación y la Policía Nacional.

En su intervención, el sacerdote llamó a una reflexión sobre la importancia de la oración para conservar la unidad familiar y respetar la vida desde su concepción hasta su fin natural. Emitió un mensaje a las familias en crisis diciendo que hay que apostar nuevamente por la ternura del abrazo y el diálogo fraterno.

Misa en Caacupé. Foto: Gentileza.

Misa en Caacupé. Foto: Gentileza.

“Hoy también tenemos nuevas y modernas idolatrías: El hombre que pretende establecer las bases y los criterios del bien y del mal mediante una moral autorreferenciada, un problema que ya se plantea en el Génesis. Se presenta, por ejemplo, como nuevas idolatrías el diseño de una antropología desconectada de lo trascendente, poniendo en movimiento la dictadura del relativismo. En el caso de la vida humana, el ser humano quiere decidir quién vive y quién muere”, señaló.

En ese sentido, dijo que se cae en la idolatría cuando el hombre asume el rol de Dios, y opta por el aborto, por la eutanasia o pretende establecer legislaciones que contemplan penas de muerte. Aseguró que Dios es el único dueño de la vida y de la muerte y agradeció que, pese a los intentos, nuestro país sigue optando por la vida desde su concepción hasta la muerte natural. Señaló que en lo que se refiere a la familia y a la sociedad conyugal es igualmente idolátrico, desde el punto de vista de la fe, pretender instalar la ideología de género.

“El Dios bíblico y de los cristianos se reserva derechos en los que el hombre no debería inmiscuirse sin caer en idolatría. En realidad, es una cuestión de sentido común, aunque, lastimosamente, el sentido común es el menos común de los sentidos”, remarcó.

Por otro lado, habló de que se implementa una “confusión” porque el hombre siendo hombre quiere actuar
como si fuese Dios y quiere relegarlo en el ámbito privado, afirmando que desea exiliarlo de la vida pública. Llamó a los creyentes a seguir la convocatoria de la Iglesia, a orar por la vida y por la familia, a defenderla, a protegerla y afirmó que no se trata de una defensa infundada, con esquemas fundamentalistas, sino de una defensa sabia, prudente, pastoral y evangelizadora que sea racional y razonable, en diálogo con la ciencia y con las personas.

Pareja durante la misa de Caacupé. Foto: Gentileza.

Pareja durante la misa de Caacupé. Foto: Gentileza.

“El ideal del matrimonio y la familia no está exenta de realidades amargas de las que se hacen eco las Sagradas Escrituras: En nuestras familias, en efecto, no pocas veces hay dolor, violencia, maltrato, abandono, hechos que conspiran contra la comunión de vida y de amor. Por algo, el discurso de Jesús sobre el matrimonio se inserta en el marco de la disputa sobre el divorcio. La palabra de Dios es testimonio permanente de esta dimensión oscura que se abre ya en los inicios cuando, con el pecado, la relación de amor y de unidad entre el varón y la mujer se transforma en un dominio”, añadió.

Como mensaje para las familias que están en crisis o en medio de algún dolor, señaló que es necesario de nuevo apostar por la ternura del abrazo entre esposos, entre padres e hijos, recuperar el diálogo respetuoso y sereno, orar juntos ante la Sagrada Familia de Nazaret, descubrir de nuevo la grandeza de estar juntos y de compartir momentos de intimidad y de afecto.

“Esta es la manera necesaria para superar los múltiples desafíos y dificultades que afrontan tantas familias: problemas laborales, individualismo, la casa como lugar de paso, el secularismo, el hedonismo, las ideologías, el narcisismo, el debilitamiento de la fe, niños que nacen fuera del matrimonio, el abuso sexual en comunidades educativas y cristianas donde los niños y adolescentes deberían estar protegidos. Es preocupante también el problema de la migración del padre o de la madre por motivos laborales, la plaga de la droga, del alcoholismo y todos los demás vicios que se yerguen amenazantes contra familias, niños y jóvenes vulnerables”, sentenció.

Familia durante misa en Caacupé. Foto: Gentileza.

Familia durante misa en Caacupé. Foto: Gentileza.

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