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Nacionales

Las aves y sus huevos, ¿alguna relación?

Havia korochire, Turdus rufiventris. Foto: José Maria Paredes.

Havia korochire, Turdus rufiventris. Foto: José Maria Paredes.

Hace algún tiempo el apreciado José María Paredes me compartía unas imágenes, algunas de las que seguramente tiene muchas, en referencia a los huevos de ciertas aves, con colores, diseños, tamaños y formas muy particulares, los que además están en nidos también muy particulares. Y es que la diversidad de aves también está reflejada en la diversidad de huevos. Agradecerle una vez más a José María el motivarme a presentar un tema sumamente interesante en un mundo fascinante de la diversidad biológica que solo nos motiva a preguntarnos temas, y brindar algunas posibles respuestas, eso es ciencia. Desde los grandes huevos del ñandu guasu o avestruz americano (no me gusta este nombre, pero existe) que cuida e incuba un macho y que pertenecen a varias hembras, hasta los huevos blancos de la paloma yerutí, o jeruti y los diminutos huevos del picaflor de corona azul o mainumby rye hovy, o con huevos similares que el choguí, sai hovy o celestino y el zorzal o havia korochire que tienen huevos muy parecidos, blanquecinos con manchas marrones o rojizas.

Huevos de ñandú guasú. Foto: Talison Zardin.

Seguramente muchos huevos pueden distinguirse entre colores y diseños, pero también quien esté acostumbrado a identificar el nido por su forma y materiales utilizados, la ubicación del nido y hasta la presencia de los progenitores en el cuidado de este y atención que les dan. Y la pregunta es si hay relación entre los colores y diseños y las especies de aves. Y la respuesta que nos brindan las ciencias naturales es que sí existe esa relación, ya que la diversidad de aves que hoy vemos es el resultado de una evolución que mediante adaptaciones hizo que las aves pusieran huevos con patrones y colores específicos para poder sobrevivir, adaptaciones que podrían tener alguna “razón” y justificativa evolutiva como el camuflaje (y por favor utilizar esa palabra y no otra inventada por algún cantautor romántico y poético que solo hace impuro nuestra rica lengua), la comunicación y la protección. Hace algunos años adaptamos una obra argentina del querido Martín de la Peña al Paraguay para tener la primera obra de Nidos de Aves del Paraguay, e invito a revisarla para sorprenderse sobre este lado de las ciencias ornitológicas.

Jeruti, Leptotila verreauxi. Foto: José Maria Paredes.

En términos de camuflaje, muchas aves hacen que sus huevos se confundan con el entorno, por su forma, su ubicación en el nido y sus colores. Considero que el mejor ejemplo que tenemos son los nidos del te-téu o tero común, que solo el gran conocedor lo podrá distinguir en el suelo. El camuflarse (y no otro verbo inventado, por favor) ayuda a proteger los huevos de los depredadores, ya que son difíciles de identificar a simple vista. Los huevos que se camuflan tienen patrones de manchas o pecas que semejan los colores de hojas secas, ramas, piedras y otros. En el caso de la comunicación, los patrones y colores que son propios de cada especie hacen que sea una herramienta de comunicación entre los progenitores y otras aves. Algunas aves ponen huevos con colores muy brillantes o con patrones llamativos y se cree que esto sirve para denotar su presencia o indicar que el nido está ocupado, ya que muchas veces un mismo nido se usa para varias temporadas reproductivas o bien, lo utilizan otras especies.

Picaflor corona azul Thalurania glaucopis. Foto: José Maria Paredes.

Los colores y patrones proveen protección contra los depredadores, sean porque son miméticos o porque tienen patrones que, por ejemplo, semejan ojos y podrían estar evitando que algún depredador hambriento se quiera aprovechar de dicho huevo. En ecología llamamos a esto, mimetismo del huevo, y también sirve para algunas especies de aves que son parásitas, es decir, que colocan los huevos en nidos ajenos y “confían” la incubación y la crianza a padres de otra especie. Sus huevos normalmente son muy parecidos a los de la especie parasitada, y el caso más común es el tordo renegrido o guyra hû. Así, esta ave se libera de la costosa reproducción, que significa incubar los huevos y criar los pichones, y “engaña” a otra especie, el hospedador, para que “le incube los huevos y críe a sus hijos”, algo que los padres adoptivos involuntariamente hacen sin percatarse de la diferencia y a veces hasta pagando el costo de que el “invasor” mate a su descendencia. Espero esto les haya motivado a interesarse más por esta parte de las aves, el estudio y conocimiento de los huevos en su color y diseño, algo que puede variar entre las diferentes especies de aves, y cada especie tiene sus propias adaptaciones y estrategias en cuanto a la coloración y diseño. Mediante el estudio del diseño y coloración de los huevos, podemos entender patrones evolutivos y comportamientos de las diferentes especies.

Celestino Thraupis sayaca. Foto: José María Paredes.

Agradezco a Jose María Paredes por el acompañamiento, motivación y provisión de fotos, al igual que Talison Jardin por la foto del nido de ñandú en una plantación de eucaliptos.

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