Los amigos, una parte indispensable de la vida

Al acercarse el Día de la Amistad, vale la pena reflexionar sobre la importancia del tema.

La palabra amigo nace de una raíz griega de la que derivan amor y amigable. Así, la amistad, es una de las formas del amor, por lo tanto, tiene la capacidad de fecundar, o sea, originar algo valioso.

En la amistad prevalecen los vínculos de ternura que establecen lazos particularmente fijos y duraderos entre los seres humanos. Freud señala la contribución de la fuente erótica en los vínculos de ternura que se establecen “entre padres e hijos, los sentimientos de amistad y los lazos afectivos en el matrimonio”.

Es una relación de hermandad elegida, no impuesta por los lazos consanguíneos. Cumple una función primordial durante todas las etapas de la vida. Incluso en la infancia los vínculos que se anudan dejan huellas duraderas, y a veces, guían ciertas elecciones posteriores.

Un amigo nos acompaña en los grandes acontecimientos de nuestras vidas, en las alegrías, como también en los momentos de angustia, en situaciones conflictivas. Con él podemos hablar con espontaneidad, confiar un secreto, la tristeza más profunda o reírnos a carcajada limpia. Está disponible, no como opción de WhatsApp, sino como presencia real y concreta. Una amistad franca crea un ambiente de confianza y sinceridad profunda.

Qué decir de la importancia de un amigo íntimo en la vida.

Quizá la relación entre Leonora Carrington y Remedios Varo, dos grandes artistas surrealistas, que se exiliaron y reencontraron en México entre los años 1941 – 1943, donde establecieron una amistad entrañable, puede darnos una respuesta.

La fraternidad entre ellas, pintoras y escritoras, resultó un fecundo intercambio donde lo lúdico y lo onírico ejercieron un papel estimulante de la imaginación. A través de la obra artística crearon un mundo fantástico donde todo era posible, todo podía coexistir, sueño y vigilia, realidad y fantasía, pasado y futuro, vida y muerte, humano y animal.

Carrington inmortalizó la relación en su novela “La trompetilla acústica” protagonizada por dos amigas, Marion y Carmela, que representan a Leonora y Remedios respectivamente.

La cocina, donde inventaban recetas “mágicas”, también representó el espacio que permitió el surgimiento de nuevas ideas generadoras de hechos artísticos inéditos.

Las afinidades, la gran curiosidad, los intereses intelectuales expresaron el incesante deseo de conocimiento que las unió. Sin desmentir los profundos conflictos que las aquejaban, supieron jugar, divertirse y desarrollar una relación que fue, también, disparadora de grandes creaciones.

La amistad, entre ambas geniales creadoras, es testimonio de la fuerza que puede tener la misma, resultando un antídoto para la soledad, un alivio al sufrimiento, ser fuente de creatividad y otorgar otro sentido a la vida.

Patricia O’Donnell

Médica Psiquiatra. Psicoanalista. Miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina.  Ex Coordinadora de la Comisión de Cultura de APA. Ex Profesora asociada de Salud Mental en el Hospital de Clínicas. Presenta escritos sobre Psicoanálisis y Arte. Coautora de los libros: Lo Nuevo. Lucian Freud y Psicoanálisis y Arte.