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Agenda Cultural

Recordando a Jacques Prévert: demonios y maravillas

Jacques Prévert. Cortesía

Jacques Prévert. Cortesía

Las hojas muertas se recogen a punta de pala, los recuerdos y los disgustos también.
—Jacques Prévert

Un día como hoy, hace 122 años, nacía en Neuilly-sur-Seine el escritor francés Jacques Prévert. Criado en el seno de una familia modesta, viajó a París, donde trabajó en diferentes oficios antes de unirse a los vanguardistas y encontrarse con Georges Duhamel, Yves Tanguy, Raymond Queneau y Georges Sadoul. Amigo de Picasso y de Yves Montand, fue una de las figuras ineludibles del mundo cultural parisino de la posguerra. En 1930 rompió con André Breton -el gran exponente de los surrealistas-, demasiado autoritario para su gusto.

En 1931 publicó “Intento de una descripción de una cena de cabezas en París-Francia”, poema compuesto a base de antítesis. Escribió obras cortas para teatro, llevadas a escena por la compañía del grupo Octobre, compuso canciones que algún tiempo después interpretarían Juliette Gréco, Yves Montand o los Frères Jacques. Además, cultivó su pasión por el cine y redactó (a veces junto a su hermano Pierre) varios guiones para Marcel Carné (Un drama singular, El muelle de las brumas, Los niños del paraíso).

La fama le llegó durante la Segunda Guerra Mundial, con el libro de poemas Palabras (Paroles, 1945). Decidió incluirse en los debates intelectuales y políticos y dejó plena libertad a su sentido de la imagen insólita y a su tono popular. Con un estilo próximo al lenguaje de la calle, reconstruyó la vida cotidiana, invitando al lector a fiarse del poder de la palabra para obtener la felicidad. Escribió Historias (1946), Espectáculo (1951), La lluvia y el buen tiempo (1955), libros que evocan el amor, la libertad, el sueño y la imaginación, siempre mostrando compromiso y compasión por los humildes y los desafortunados. Sus ataques verbales contra las instituciones acreditan su imagen de poeta libertario. El humor, del que hizo gala en textos como Fatras (1966) y Cosas y otros (1972), recuerda su adhesión al surrealismo.

En este nuevo aniversario de su nacimiento compartimos una selección de poemas, contenidos en Palabras, traducidos por Enrique Uribe White.

Arenas movedizas
Demonios y maravillas
Vientos y mareas
A lo lejos ya el mar se ha retirado
Y tú
Como un alga dulcemente acariciada por el viento
En las arenas del viento te agitas entre sueños
Demonios y maravillas
Vientos y mareas
A lo lejos ya el mar se ha retirado
Pero en tus ojos entreabiertos
Han quedado dos pequeñas olas
Demonios y maravillas
Vientos y mareas
Dos pequeñas olas para ahogarme.

Canción para dos caracoles que van a un entierro
Al entierro de una hoja seca
se van dos caracoles
tienen la concha oscura
crespón llevan de moño
bajo los arreboles
se fueron sin premura
una tarde de otoño

Cuando llegaron era
ay ya la primavera
todas las hojas secas
habían resucitado
y cada caracol
se sintió muy frustrado
mas aparece el sol
el sol que apenas nace
les habla y así empieza
sentaos aquí si os place
un vaso de cerveza
tomárselo en un tris
mas si lo preferís
tomad quizá os aguarde
el bus para París
partirá por la tarde
veréis a vuestro antojo
la campiña feliz
sin luto así me alegro
lo digo sin sonrojo
porque el luto de negro
pone el blanco del ojo
y lo vuelve a uno feo
esos cuentos de féretros
oírlos no deseo
por ser de triste género
revestid por favor
de la vida el color
luego animal y bestia
los árboles las plantas
entonaron con brío
perdiendo la modestia
forzando las gargantas
la canción del estío
como el calor les arde
brinda todo el gentío
es una linda tarde
linda tarde de estío
y los dos caracoles
se van a casa en fila
se van sin desencanto
dichosos los alcoholes
como bebieron tanto
vacilan un poquito
desde el cielo infinito
la luna los vigila.

Desayuno
Echó café
en la taza.
Echó leche
en la taza de café.
Echó azúcar
en el café con leche.
Con la cucharilla
lo revolvió.
Bebió el café con leche.
Dejó la taza
sin hablarme.
Encendió un cigarrillo.
Hizo anillos
de humo.
Volcó la ceniza
en el cenicero
sin hablarme.
Sin mirarme
se puso de pie.
Se puso
el sombrero.
Se puso
el impermeable
porque llovía.
se marchó
bajo la lluvia.
Sin decir palabra.
Sin mirarme.
Y me cubrí
la cara con las manos.
Y lloré.

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