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La clase política está desconectada de la realidad, según analista

El reciente autoaumento de dietas de los parlamentarios ha generado una oleada de críticas desde distintos sectores de la sociedad. A pesar de la evidente impopularidad de la medida, el presidente Santiago Peña confirmó que acompañará esta decisión, desatando un debate sobre la desconexión entre la clase política y las demandas ciudadanas.

El aumento y sus implicancias

El Congreso aprobó un incremento en las dietas de los legisladores que, según datos preliminares, representará una carga considerable al erario público. Este ajuste fue justificado por parlamentarios como una actualización necesaria, pero fue percibido por gran parte de la población como un abuso, especialmente en un país donde el salario mínimo mensual es de poco más de G. 2.700.000 (aproximadamente USD 370).

La decisión fue criticada por sectores ciudadanos y expertos económicos, quienes consideran que no se ajusta al contexto socioeconómico actual, marcado por la inflación y el estancamiento en el poder adquisitivo de la mayoría de los paraguayos.

La postura de Peña: ¿pragmatismo político o alineación con el Congreso?

El presidente Peña, en una conferencia reciente, defendió su respaldo al aumento, argumentando que su relación con el Congreso es clave para garantizar la gobernabilidad. “El Ejecutivo no puede operar en un vacío. A veces, estas decisiones son necesarias para mantener la estabilidad política”, declaró. Sin embargo, su apoyo no ha hecho más que avivar el descontento ciudadano, que ve en esta postura una priorización de intereses políticos sobre el bienestar general.

Temperatura social: descontento que no trasciende redes

Para analizar el impacto de esta decisión en la ciudadanía, entrevistamos al analista político Camilo Filártiga. Según él, “el autoaumento de los legisladores es un gesto de absoluta avaricia”.

Filártiga expresó su preocupación y rechazo ante el reciente autoaumento salarial de los legisladores, calificándolo como una muestra evidente de desconexión con la realidad económica y social del país.

“Lo que denota este nuevo autoaumento es la aparente desconexión que existe entre la representación ciudadana y la realidad económica y social por la que atraviesan cientos de miles de compatriotas”, afirmó Filártiga. Señaló que resulta difícil creer que los legisladores puedan estar desinformados de la situación del país. “Por la manera impune en que actúan, uno hasta llega a desconfiar de si conocen, o no, la realidad económica y social nacional”.

El analista calificó este acto como “un gesto de absoluta avaricia, un pensamiento mezquino y egoísta”, destacando que los legisladores, en lugar de priorizar el interés colectivo, deberían ser los principales representantes de una política de austeridad.

Camilo Filártiga, politólogo. Foto: Archivo.

Desconexión con las necesidades del país

Filártiga subrayó las profundas desigualdades sociales que aún afectan a la población. “Cientos de miles de personas siguen en situación de pobreza. Los gremios médicos solicitan insumos básicos para gestionar la salud pública, mientras que maestros denuncian las condiciones calamitosas en las escuelas públicas”, afirmó.

En este contexto, criticó que los legisladores concentren cada vez más poder y privilegios, autoasignándose mejoras salariales sin considerar la difícil situación que enfrenta el país. “Esto nos lleva directamente a un dilema ético sobre lo que representa el ejercicio de la función pública”, concluyó Filártiga.

 

 

1 Comment

1 Comentario

  1. Diego Rodríguez

    1 de diciembre de 2024 at 16:20

    No está desconectada, es insensible y despiadada

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