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Política

Luis Villamayor: “La justicia en este país está arrodillada a la política”

Doctor Luis Villamayor. Foto: Gentileza.

Doctor Luis Villamayor. Foto: Gentileza.

La coyuntura política que envuelve actualmente a nuestro país cada día se va agravando con las denuncias de una corrupción generalizada, prácticamente en todos los ámbitos de la nación. Una campaña proselitista extemporánea, descarada y anticonstitucional, liderada por el vice presidente del país, no deja descansar al pueblo que está hastiado de la precaria y pésima conducción del gobierno actual. Nunca se ha visto tamaño desgobierno que repercute en las instituciones que deben resguardar a la ciudadanía. En este contexto, EL Nacional se comunicó con el doctor Luis Villamayor, exdiputado nacional, excandidato a vicepresidente de la República en 2013, en la dupla Oviedo-Villamayor, quien nos aclara algunas cuestiones sensibles sobre la entramada política del país.

La vorágine de la coyuntura política actual está consumiendo la paciencia de la población. ¿Cuál es su objetiva apreciación de este tenso clima político?

En base a las mediciones empíricas de lo que vemos en las redes sociales, el repudio contra la clase política es casi unánime y va in crescendo constante. Veremos cuanto de este descontento se traduce en acciones reales, lo que es bastante improbable, conociendo el temperamento del paraguayo. Lo que sí es indudable es que tendrá repercusión en las próximas elecciones, con el advenimiento del voto preferencial, que dejará fuera de carrera a varios impresentables.

¿Estamos ante un total descontrol de los poderes del Estado?

Mas que descontrol, yo lo llamaría una total a moralización que cunde en las filas de la administración pública, alimentada por la corrupción de los niveles superiores. Hay un dicho que dice “cuando el que manda pierde la vergüenza, el mandado pierde el respeto“. Es básicamente lo que sucede. Por eso es que los actos de corrupción se suceden a un ritmo inaudito, porque la regla es hacerse de plata a cómo dé lugar, “porque todos lo hacen” y encima esto se hace ante los ojos pasivos o impotentes de un poder judicial sobrepasado y en muchos casos cómplice.

¿Se convirtió el parlamento paraguayo en una suerte de corporación de amigos?

Desde mis tiempos de diputado (hace 18 años atrás) que el parlamento es un cuerpo colegiado donde la regla primera es: “hoy por vos, mañana por mí”, llevado a un extremo. Y se debe a que el diputado o senador en realidad está desconectado de sus representados. Es decir, hay una crisis de representatividad. El miembro del congreso se preocupa muy poco por la voluntad de aquellos a quienes colectivamente representa. En su orden de prioridades está: 1) sus propias finanzas, 2) su “líder” de quien en gran manera depende su reelección 3) su partido y 4) si hay tiempo y no es molestia, lo que desea la gente que lo eligió.

¿Cómo lo ve al presidente de la República actualmente? ¿Termina su mandato?

Es muy difícil que no termine su mandato. La coyuntura mundial simplemente no da para interrupciones en mandatos, y si bien el repudio a su gestión es generalizado en la población, como consta en la respuesta anterior, el Congreso Nacional simplemente no refleja de la voluntad del pueblo y a menos que la gestión de MAB toque los intereses de estos congresistas, seguirá en punto muerto hasta el final.

Una respetada abogada ha demandado al presidente por mal desempeño en sus funciones durante la pandemia, ¿se despertará la justicia de su letargo?

Es más que loable y valiente dicha iniciativa y totalmente fundada, pero es muy improbable que la justicia lleve adelante dicha acción. La justicia en este país está demasiado arrodillada a la política como para que ningún fiscal o juez tenga la valentía de darle curso a dicha demanda.

Causó mucho debate el hecho de que algunos ministros se hayan declarado inamovibles, ¿es inconstitucional?

En realidad la inamovilidad de los ministros ha estado siempre en la Constitución Nacional. Basta leer el articulo No. 261 que establece claramente, sin necesidad de interpretación alguna, que los ministros de corte SOLO PUEDEN SER REMOVIDOS POR JUICIO POLITICO y cesarán en el cargo a los 75 años. Es decir, si solo pueden ser removidos por juicio político, no pueden ser removidos por cese de su mandato, que de hecho concluye a los 75 años.

Ahora bien, partiendo de la base de que no quedan dudas sobre la legalidad de la inamovilidad de los Ministros de Corte, podríamos entrar a analizar la situación de algunos Ministros, que en sus respectivas audiencias en el Congreso han declarado que se someterían a concurso cada 5 años. Entonces, si bien todos ellos conocían plenamente lo que la CN dicta en lo que se refiere a la inamovilidad de los ministros, en dichas audiencias públicas dijeron lo que los congresistas querían escuchar de manera a poder acceder al cargo, y esto constituye la prueba máxima del sometimiento e intromisión de la clase política en la justicia, ya que desde la misma audiencia pública del Congreso, se les induce a los postulantes a Ministros a someterse a las “INTERPRETACIONES CONSTITUCIONALES” de los congresistas, y no precisamente a analizar la idoneidad de los postulantes. Es más, recordemos que hace algunos años, el Congreso Nacional sancionó una ley que obliga a los ministros a volver a someterse a concurso cada 5 años para continuar en el cargo (contrario a la norma constitucional) exclusivamente para mantener el pie sobre el cuello de los ministros. Pero yo no recuerdo que ninguno de ellos haya reclamado lo inconstitucional de la ley o haya recurrido en el momento en que el Consejo de la Magistratura declaró vacante el cargo. Eso demuestra claramente lo que ya he repetido hasta el hartazgo: que la justicia está sometida a la política, que es una de las grandes falencias de nuestra democracia, origen de un sinfín de actos de corrupción.

Actualmente, el reelecto intendente de Asunción y el gobernador de Central están con graves problemas con la justicia, ¿ameritan estos hechos sendas intervenciones?

En realidad, los casos son bastante diferentes. Lo del gobernador de Central es absolutamente alevoso y hasta descarado y los montos son exorbitantes. El caso de la municipalidad de Asunción, dentro de mi modesto análisis, es bastante forzado, no solamente porque los montos son bagatelarios, pero porque simplemente no contienen la evidencia necesaria para llevar esos casos a un juicio oral y público. Lo de Central amerita inmediata intervención y una inevitable destitución del gobernador. Lo de la municipalidad de Asunción debemos seguir analizando para evaluar cuanto de estas acusaciones están basadas en pruebas sólidas y cuanto tiene que ver con agendas políticas de algunos medios no tan independientes ni objetivos.

Dos ministros de la CSJ habían declarado que esa entidad estaría presionada por poderes fácticos, cuál sería su análisis ante esta grave declaración?

Es la pura verdad y hay que felicitar a estos ministros por sus declaraciones que como queda consignado mas arriba es algo que venimos denunciando desde siempre. Ahora, habiéndose confirmado sus inamovilidades (bien o mal) lo que les queda es ponerse firmes y obrar en sus cargos en base exclusiva a su conciencia y conocimiento jurídico. Lastimosamente, con el nombramiento de Víctor Ríos, un político profesional, como miembro de la corte, la cuestión no mejora, pero se agrava, y es una prueba mas de que la política carcome a la justicia.

¿Cómo visiona Ud. al Paraguay en los siguientes años?

Veo al Paraguay rumbo a un grave enfrentamiento entre la clase política y la ciudadanía en general. Un enfrentamiento que se ha pospuesto y apaciguado exclusivamente por lo benevolente del país y por una suerte de bonanza económica que va terminando. En la medida en que se ahonde la conciencia generalizada de que la clase política vive una vida de cada vez mas privilegios que no se compadece de la situación cada vez mas apremiante de la gente, este enfrentamiento llegará con mas fuerza y puede darse de una de dos maneras: a través de las urnas donde una ciudadanía indignada votará en contra de los mas notorios sinvergüenzas, o en acciones directas cuyo resultado puede ser muy caro e impredecible.

  Doctor en Lingüística, Lenguas, Filosofía, Educación y Didáctica.

  Universidad de Kiel, Alemania.

 

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