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Opinión

No se metan con los gatos

POR Martín Ramírez Machuca
Dr. en Lingüística, Lenguas, Filosofía, Educación y Didáctica. Universidad de Kiel, Alemania.

Hace unos días se ha hecho viral un video en el que presuntamente un  pastor de una secta religiosa hacía apología  a la matanza de adorables felinos: los gatos. Lo bizarro del video viralizado se focaliza en el testimonio de un acólito de la secta “matagatos“, quien había testimoniado de haber matado un gato en una carretera  y por cuya acción fue felicitado por el pastor “antigato”. Según lo que se puede oír en el video: los gatos son cosas del demonio.

Durante la inquisición, según se puede  constatar en la historia universal, el edicto 1484 del papa Inocencio VIII ordenaba sacrificar  gatos en actividades o fiestas populares; a partir de ahí la historia marcó una fase muy negra para los michis.

Escudriñar la historia nos muestra algunos elementos para analizar  lo que en la época moderna nos pasa o nos afecta, pues la persecusión y matanza de gatos en la época del papa Inocencio VIII creó una crucial y negativa narrativa para esa época, esa narrativa se extendió por mucho tiempo; fue fortalecida y alimentada por personas  allegadas a la Iglesia, ciudadanos e incluso nobles.

Para fortuna de los gatos, el rey Luis XIV, en 1648, un fanático de estos animales, prohibió la quema de gatos en la hoguera por considerarlos útiles para liquidar los roedores que atacaban las cosechas.

Parecería ser que en nuestro tiempo, nuestra sociedad actual tiene una memoria muy corta y la evolución  de la misma es muy lenta y cíclíca, es decir, tenemos una ventana de tiempo muy restringida. Los eventos sociales se vuelven a repetir dentro de ese lapso, pero con otros actores y en otros escenarios.

En esta línea, algunos personajes actuales revitalizan  ideas ya probadas y experimetadas en algún espacio de la historia, sea esta local o universal. En este caso: el pastor vs. los gatos sería una revitalización  de ideas antiguas en la que algún iluminado habría sentenciado que los gatos eran diabólicos, cuestión que, para el raciocinio actual moderno, está fuera de toda lógica. Lo pernicioso y peligroso de este tipo de revitalizaciones conduce al fanatismo, a la radicalización de ideas aberrantes y fuera de todo vínculo con lo racional.

La figura de este líder espiritual local impulsa o fortalece ideas antiguas funestas y sin  haberlas investigado suficientemente antes de exponer a su público, en este caso,  a los acólitos de su secta. Como muestra, un botón: el testimonio aberrante de un acólito suyo y vanagloriarse por ello. Esta acción, bajo mi mirada, es dañina por donde se la mire, además, estimo, evidencia la existencia de sectas que pululan sin control alguno.

Sería interesante que el organismo de control del Estado que  corresponde al Viceministerio de Culto, pueda verificar in situ si estas sectas están funcionando legalmente y,  principalmente, el estado financiero de las mismas.

Para entender un poco más de la peligrosidad de la manipulación e instalación de ideas retrógradas, podemos hacer un flashback en la historia de Jim Jones, predicador y líder de la secta “Templo del Pueblo”, en Jonestown, Guyana, quien  el 18 de setiembre de 1978 impulsó, motivó, alentó a sus acólitos a un suicidio en masa.

Los mesías vienen difrazados de corderos que se aprovechan de las almas cansadas, hastiadas, y desesperadas por alguna salvación espiritual. En nuestro ámbito hay varios mesías que se mofan y se aprovechan de la gente enferma, asumo, pues ninguna persona que esté en sus cabales apoyaría un plan de exterminio de gatos, animales domésticos y útiles a la sociedad.

El viceministerio de Culto es la institución responsable de controlar a las organizaciones religiosas. Según informaciones de prensa local, existirían 309 movimientos religiosos, pero habría que ver si todas estas organizaciones tienen los papeles al día.

En un país eminentemnete conservador y católico, es imperativo que el Estado pueda controlar todas las religiones que existen en el país, aclaro: sin lesionar la libertad de culto que existe en el país y amparado por  la CN.

El video del pastor que fue viralizado es solo una llamada de atención de lo que ocurre entre bambalinas, paralelamente al caos sociopolítico que vive el país.

Mejor prevenir que curar, dice un antiguo refrán. Por mi parte, lo refuerzo con una frase muy común: los enfermos mentales al neurosiquiátrico. Fin del bucle.

 

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