Opinión
La sociedad en vela
Los medios de información están saturados con los temas del momento: 1) la declaración del embajador de los EE.UU., 2) la posibilidad de llevar a juicio político a Sandra Quiñónez y 3) la amenaza de sacar de la concertación a los que voten en contra el juicio político. Estos temas están dando dolor de cabeza a los involucrados directamente en estos casos.
En cuanto a la declaración del embajador de los EE.UU., Marc Ostfield, este tema ha inundado los medios de comunicación y ha generado un algoritmo informativo de altos ribetes, incluso, hasta un alto grado de especulación sobre dicha declaración. Los patriotas defienden la soberanía del país, los religiosos conservadores aún no la tienen clara del por qué un embajador abierto y declarado homosexual tuvo que venir al paraíso del conservadurismo.
Se han leído y oído muchos comentarios sobre esto, que a la postre, lo único que queda, como siempre, es atacar por lo bajo, por la inclinación y orientación sexual del embajador que vino al país, no precisamente por su orientación, estimo, sino por su alto nivel de preparación y experiencia en materia de combate al bioterrorismo y a la corrupción.
Lo que se venía esperando se dio el pasado viernes 22 de julio en una conferencia de prensa, en la que el embajador, con palabras bien diplomáticas, ha informado que se declara “significativamente corrupto” al expresidente de la república, Horacio Cartes, por los EE.UU. Esto movió todos los tentáculos y dejó en jaque al líder del movimiento Honor Colorado.
Como consecuencia de esta declaración, se activa el pedido de juicio político a la fiscal general del Estado, Sandra Quiñónez. Esto dejó aún más anonadados y boquiabiertos a los acólitos de HC, sin siquiera darles respiro a reponerse del baldazo de agua fría que les dio el embajador.
En momento de la redacción de este artículo, el estudio de las causales para votar o no por el juicio político iba por la segunda ronda, pues según los honorables parlamentarios no se había agotado el tiempo de debate para llegar a la votación. En estas dos maratónicas rondas en el parlamento, las intervenciones fueron tan variadas, desde insultos personales hasta dejar al exmandatario, Horacio Cartes, como el mesías salvador de la república.
El foco de la sesión extraordinaria del domingo, lunes y ayer martes era el estudio del libelo acusatorio contra la fiscal general, que por cuyo contenido se infiere que esta funcionaria del Estado paraguayo no ha cumplido cabalmente con las obligaciones que la Constitución Nacional le ha encomendado.
Sin entrar mucho en detalles, me animo a subrayar algunos puntos que se dieron durante estas sesiones:
- La baja preparación académica de muchos de los parlamentrios.
- El bajísimo nivel de debate de la mayoría de los honorables.
- Precario uso de las lenguas oficiales para el abordaje de tan delicada sesión.
- Bajo nivel moral y ético de los particpantes durante las intervenciones. He oído desde “pelotudo” hasta otros epítetos que no valen la pena repetirlos.
- El foco del juicio político se ha desvirtuado por completo, pues algunos han denunciado que habría corrido metálico al mejor postor por los votos indecisos.
- La fragmentación en dos bandos: pro corrupción y pro legalidad.
- El “kachiãireato” (palabra acuñada por un gran filósofo criollo paraguayo) ha aparecido, como por ejemplo: un honorable ha mostrado una hoja de alguna planta para legitimar su voto, otro que adujo que tuvo que sacrificar un domingo de descanso famliar, y varios creyendo que estaban en una fiesta hawaiana.
En fin, la lista es interminable, pero estos son los que, personalmente, me han llamado la atención.
Este parlamento está en terapia intensiva, no puede respresentar al sufrido pueblo paraguayo con tan precario nivel, especialmente a los connacionales de bien, al de a pie, al que madruga todos los días para llegar puntualmente al trabajo. Definitivamente ¡NO!, pues se ha visto que solo protegen sus intereses y lo que supuestamente han acumulado durante los periodos legislativos que les han tocado. ¿Es digno este parlamente para el pueblo paraguayo? Sea lo que fuere el resultado de este patético debate acerca del juicio político, el pueblo debe castigar a estos antipatriotas con toda la fuerza moral con sus votos en las próximas elecciones generales.
Por último, la concertación, la nueva fuerza que emergió como resultante del hartazgo de estos dos movimientos de la ANR, cuyos referentes estarían vinculados con actividades antijurídicas muy gruesas, ha amenazado a sus miembros con que serán expulsados de ese nuevo grupo político si votan en contra del Juicio Político contra la fiscala. Este tema ha estado dando vueltas en los diferentes medios informativos y en las redes sociales.
Es interesante cómo se desarrollan los eventos en nuestro país, la ciudadanía ya estaría acostumbrada a este tipo de sucesos. Lo que actualmente está pasando debe despertar el alma del paraguayo de bien, con el fin de rechazar toda instalación de la cultura de la corrupción y de la delincuencia, así evitar que se normalicen estos eventos indignos para el pueblo paraguayo, especialmente que no se convierta en un parámetro para nuestros niños y jóvenes.
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