¿Podemos dialogar sobre el modelo productivo en Paraguay?

La agricultura y la ganadería son dos actividades económicas centrales en el modelo productivo paraguayo. Somos el quinto productor y cuarto exportador mundial de soja, el octavo exportador mundial de carne, el tercer productor mundial de yerba mate, el sexto exportador mundial de aceite de soja y el segundo productor de stevia. Este extraordinario desempeño enfrenta dos desafíos impostergables que están destacados en el Plan Nacional de Desarrollo (PND 2030): la diversificación productiva y la adecuación progresiva de la tecnología a la luz de los desafíos ambientales.

El reto de la diversificación

La diversificación productiva es el reto central para fortalecer la economía paraguaya, particularmente en tres aspectos:

• Disminuir la volatilidad que se genera por la dependencia de los precios de los commodities fijados en el mercado internacional;
• Dinamizar sectores relacionados con la industrialización y los servicios en rubros emergentes que redunden en la generación de trabajo;
• Fortalecer la producción local, particularmente de la agricultura familiar, destinada al abastecimiento del mercado interno.

Una de las paradojas más importantes de Paraguay es el hecho de que nuestro país construye su identidad y visión de  futuro a partir de la producción y la exportación de alimentos, pero no está siendo capaz aún de construir las condiciones para lograr el abastecimiento del mercado local.

En ese sentido, la diversificación productiva es también un camino estratégico para ampliar la industrialización en rubros con comprobada potencialidad y dinamizar cadenas de valor que articulen actividades de los sectores primario, secundario, terciario y cuaternario. Lo que la pandemia ha puesto en evidencia es que necesitamos economías donde el trabajo formal se expanda sostenidamente. La inclusión laboral es un reto elemental para lograr una sociedad previsora y preparada ante catástrofes y pandemias.

El diálogo obturado

Sin embargo, hay dificultades de diálogo entre los sectores. Las diferentes posiciones sobre la cuestión ambiental, la sostenibilidad, la situación de la tierra y las causas de la pobreza presentan lecturas diferentes y, en buena medida, divergentes, hecho que no sería un problema, salvo por los obstáculos para desarrollar canales de escucha, intercambio, argumentación y construcción de acuerdos.

El PND 2030 puede ser la hoja de ruta para articular un proyecto colectivo de futuro entre los diferentes actores sociales. En ese marco, el capítulo sobre el modelo productivo es central. Para ello, se requiere que los sectores agroexportadores, los movimientos campesinos, los movimientos indígenas, los movimientos ambientalistas, los grupos industriales y el heterogéneo ámbito de servicio, entre otros, decidan protagonizar un proceso de diálogo que apunte a construir acuerdos básicos para el corto y el mediano plazo. El largo plazo los necesita para erigirse como una hoja de ruta concreta, sino sería solo una aspiración sin bases en el presente.

El visión estratégica de encarar conversaciones complejas

Este contexto permite dimensionar la importancia histórica de la actividad “El diálogo sobre el modelo productivo y la sostenibilidad en Paraguay”, actividad convocada por la plataforma “Paraguay Ahora”^[1], para el próximo 7 de junio en formato híbrido^[2].

No es usual que referentes de la empresa agroexportadora, el movimiento campesino, el movimiento ambientalista, el gobierno y la industria se sientan a escucharse y esgrimir argumentos. Esa excepcionalidad encierra pistas para explorar nuevos caminos que, a la vez, inducen a cambios en la cultura política.

Probablemente, algunos de los disensos más importantes tardarán para superar las polarizaciones, pero mientras prosiguen conversaciones apropiadas, los diferentes actores pueden construir acuerdos en torno a aquellos temas que suscitan convergencias o afinidades ¿Cuáles son los procesos que el Gobierno de Mario Abdo Benítez debe concluir antes de finalizar su mandato? ¿Qué avenencias pueden establecer el sector privado, la sociedad civil, los movimientos sociales y la academia para incidir en el próximo gobierno, de cara a metas imprescindibles como la disminución de la desocupación, el aumento de la fuentes de trabajo formal y la conservación ambiental?

^[1] Proceso de diálogo liderado por líderes y lideresas de las nuevas generaciones provenientes de sectores muy diversos del país, que, desde el 2020, articula conversaciones que desembocaron en la propuesta “Agenda Paraguay: una agenda para navegar el cambio en la era pospandémica”. Cuenta con el apoyo del Banco Mundial.

^[2] El enlace aquí.