Opinión
Transparencia: del discurso a la acción
Si el éxito es el objetivo principal desde la función pública, 2022 debe comenzar con cambios sustanciales en la política pública enfocada en la gestión municipal. Haciendo un recuento de acontecimientos ocurridos en años anteriores, encontramos un hito el cual marca un cambio en lo que se refiere al gasto público, la participación ciudadana ejerciendo su poder de contralor a través de la Ley de Acceso a la Información.
Los nuevos actores municipales y la pandemia se constituyeron en la fórmula perfecta para poder repensar, idear, planificar y reaprender reestructurando la forma de presentar la información y la manera de rendir cuentas a la población en general. La comunicación es la clave de la gobernabilidad.
Todos queremos saber dónde va el dinero, en qué se gasta y por qué se gastó; hoy la ciudadanía ejerce el protagonismo en temas de transparencia y cultura de la legalidad.
Las últimas elecciones municipales se caracterizaron por el nivel de vehemencia cuando en los discursos se prometió “más acceso a la información, transparencia y rendición de cuentas”. Este patrón de conducta política representa un hito clave en la diferenciación del político que desea liderar la intendencia vs. el intendente electo.
¿Cuáles son los desafíos al comienzo de 2022?
La reorganización de los activos municipalidades, y cuando me refiero a la reorganización me refiero a “reconstruir la organización de la transparencia en la gestión municipal”.
Sabemos y hemos visto, históricamente, casos de corrupción en gobernaciones y municipios, no obstante, hoy lo principal es instalar capacidades técnicas en estructuras, a través de funcionarios formados y que gocen de la confianza del nuevo equipo aterrizando en las municipalidades. Lo relevante es que estos equipos políticos y técnicos fusionen esfuerzos y tengan un pleno conocimiento sobre la materia de acceso a la información como también sobre las herramientas de transparencia, con el fin de transmitir confianza al electorado que los puso en ese lugar.
El ejercicio de una rendición de cuentas útil y no cómplice al final del día ayuda a construir ciudadanía, previniendo futuras crisis y cuestionamientos, en donde “tener la capacidad de respuesta en tiempo y forma es tener el principio de éxito en la gestión”, generando sostenibilidad en el desarrollo y una evolución natural en la política pública.
¿A qué te réferis cuando hablas de una reorganización Municipal?
Me refiero, primeramente, al fortalecimiento institucional sobre los conceptos de acceso a la información pública, Paraguay tiene una herramienta muy importante que es la Ley 5282/14 del libre acceso a la información y transparencia gubernamental como también un Decreto Reglamentario que establece cómo organizar la información, cómo deben ser las oficinas de acceso a la información, como también los datos que otorgar a la ciudanía de manera permanente.
La activación de los consejos de desarrollo es crucial para que la participación ciudadana sea activa en la toma de decisiones.
¿A qué retos se enfrentan los gobiernos municipales al implementar la Agenda 2030?
Bajo el lema de “no dejas a nadie atrás” la Agenda 2030 de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible abraza todo lo mencionado con anterioridad, cada discurso en los escenarios políticos habla de una acción que está alineada a los 17 ODS. Creo que un reto importante es comprender que las acciones aisladas en cada municipio no son ideales. Una buena receta para lograr gobernabilidad municipal es el fortalecimiento institucional, esta es clave para la toma de decisiones en acciones que se realicen desde lo local, pero se definan de manera global (en coordinación con otros municipios).
La Agenda 2030 busca en todo momento la participación y colaboración de nuevos actores, por eso la importancia de capacitar a nuevos actores políticos, técnicos y públicos, en estos nuevos conceptos para transformar en líneas de trabajo lo teorizado en el discurso.
¿Cuáles son algunos retos por implementar dentro del ámbito municipal la Agenda 2030?
La reconquista de la confianza en las instituciones más locales del país es clave. No podemos obviar la necesidad perentoria que todo el personal de la administración pública municipal del país conozca los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Es impostergable que todos los ciudadanos conozcamos las bases de la Ley de Acceso a la Información Pública. Es perentorio instalar mecanismos de transparencia y rendición de cuentas que promuevan la concordancia entre los indicadores implementados por los municipios y el gobierno nacional, y que en conjunto permitan lograr resultados significativos en la gobernanza local.
Hoy la ciudadanía nos toma un examen donde el temario principal es lo plasmado en las líneas del discurso de la campaña. La ciudadanía no dudará en reclamar a sus intendentes y escrachar públicamente si estos no tienen la voluntad política y la capacidad técnica suficiente para tornar el discurso en realidad.
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Daniel Vargas Telles
9 de enero de 2022 at 20:51
Excelente artículo Celia Urbieta, importante recordar que en la pirámide del poder político en un país como el nuestro son las municipalidades , por lo tanto es necesariamente la base para construir ciudadanía responsable, y cuando hablo de ciudadanía responsable no hablo solo de aquellos que son capaces de: apagar luces y aparatos que no son necesarios en momentos del día, de aquellos que responsablemente clasifican sus residuos domiciliarios, uso responsable del agua, etc (Objetivos de ODS), sino de la necesidad de ciudadanos formados lo suficiente como para reclamar servicios públicos de calidad y de control en la administración del dinero público, en este último caso lógicamente está en primer lugar la necesidad de socialización de la Ley 5282/2014, pero sin olvidar que dicha socialización debe alcanzar a funcionarios municipales que debe incluir también a concejales e intendentes, porque hay muchos que la Transparencia solo la usaron por estar DE MODA, pero sin entender los fines y objetivos de tan importante ley.