Opinión
La democracia de este tiempo
Gabriel Boric, un hombre joven de 35 años, se convirtió en presidente de la República de Chile el domingo 19 de diciembre, cuando se anunciaba en las noticias que había superado a su rival Kats, en la proporción de más del 55% de los votos del pueblo chileno, una amplia mayoría. Así es la regla de la democracia, en los procesos eleccionarios se gana o se pierde, pero sin embargo, hay algo más, es necesario dar una mirada hacia la democracia profunda, la democracia sustantiva en la que todos ganan.
Boric y su equipo pudieron entender el lenguaje de esa democracia sustantiva que debe responder a las aspiraciones legitimas de la gente en este tiempo. Entendieron perfectamente que los tiempos han cambiado, y que a aquellas aspiraciones del siglo pasado se han sumado nuevos desafíos a los cuales hay que dar respuesta. Habló con un lenguaje incluyente para “todos y todas” en todo momento, y se refirió “a todos los pueblos que habitan el lugar que llamamos Chile”.
He presenciado su discurso en forma virtual, y observé cuidadosamente todos los movimientos de este nuevo presidente, quien se colocó ante el micrófono con papel en mano. No vino a decir a su pueblo palabras mágicas con promesas lejanas, el habló sobre sus compromisos anotados cuidadosamente. Comenzó sus palabras, con un saludo en idioma mapuche, la población indígena mayoritaria de Chile, la que ha sufrido percances terribles, defendiendo desde las luchas de Lautaro, la soberanía de la Araucanía, su territorio, el que ha ido mermando a causa del avance de los terratenientes.
Habló de las nuevas conquistas de los derechos humanos, la ampliación de la democracia y la protección de las libertades, así como como el respeto a las diversidades y al medioambiente sin riesgos, el derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo, la no discriminación, el trabajo decente, y la defensa de las víctimas de “violaciones de derechos humanos de todo tiempo” y un no a la impunidad.
Habló de la necesidad de superación de las desigualdades sociales y económicas que golpean a su país, ya “que un crecimiento económico que se asienta en desigualdad tiene pies de barro” y con un movimiento de mano muy emotivo, que por un instante parecía que invitaba a una plegaria, expresó; “ que el respeto a los derechos humanos, siempre y en todo lugar debe ser un compromiso inclaudicable, y que nunca, por ningún motivo un presidente le debe declarar la guerra a su propio pueblo. Verdad, justicia, reparación y no repetición”.
Es necesario dar destaque a unas cuestiones de la que nos hemos ocupado con anterioridad, y que debería invitarnos a una reflexión, respecto a estas palabras del nuevo presidente de Chile: “avanzar hacia una nueva relación con los pueblos originarios reconociendo su derecho a mirar el mundo desde otras perspectivas lingüísticas y culturales, y poner especial atención al cuidado del medioambiente serán parte de nuestras tareas” También se refirió a la necesidad de hacer de los barrios lugares más seguros y libres de narcotráfico, poner la cultura en el lugar que merece, dignificando a sus trabajadores, así como la tarea de poner fin al drama de la falta de vivienda y el acceso a los servicios básicos, combatir los privilegios, y avanzar con responsabilidad en los cambios, haciendo hincapié en la ya difundida consigna, de los Objetivos del Desarrollo Sustentable, ODS, “para que nadie quede atrás”.
En fin, mi objetivo no es describir íntegramente el contenido del discurso presidencial, dirigido al pueblo chileno y al mundo entero, pero sí, pretendo llamar la atención sobre los puntos concernientes a esa nueva visión del mundo en este siglo, y ojalá que nuestros candidatos presidenciales y otros que pretenden presentarse a las próximas elecciones generales, lo asimilen; no estamos hablando de copiar, sino que sus programas de gobierno y sus corazones, ofrezcan las respuestas de buen gobierno, las que deben pasar por la búsqueda de cuáles son las demandas de este tiempo, como las que hacen énfasis a la necesidad de participación de todos y todas, con paridad de género y la eliminación de las brechas de desigualdades sociales y económicas, recordando la frase de Boric difundida en todo el mundo: “Que el crecimiento económico que se asienta en desigualdad tiene pies de barro”
Por el contenido de su programa de gobierno, y mirando el contexto global hoy, estimo que Boric, quien asumirá el mando en unos meses, ganó porque entendió el lenguaje de la democracia de este tiempo, y se encuentra ante pretensiosos proyectos con grandes desafíos. El presidente electo no habló con frases genéricas, se dirigió al pueblo chileno con proyectos concretos, casi utópicos. El tema es que no se trata solamente de cambiar un presidente, sino de transformar todo un sistema, pero confiamos que podrá cumplirlos, porque tiene a su lado toda una ciudadanía activa que ha participado y ha sido escuchada, y que podrá hacerse cargo de los anhelos y los obstáculos para la construcción de un Chile diferente. Que así sea. Y feliz Año Nuevo para todos y todas.
-
Destacado
Peña deja la cumbre del G20 en ambulancia tras sentir dolor en el pecho
-
Economía
Carrefour anuncia cierre de sus puertas a carne paraguaya
-
Política
Falleció el abogado José Fernando Casañas Levi
-
Opinión
Interculturalidad, un mandato de este tiempo
-
Deportes
Preparan “fan fest” para hinchas que no tengan entradas para la Final de la Copa Sudamericana
-
Política
En redes sociales despiden a Casañas Levi
-
Deportes
Paraguay debuta con una goleada en el Mundial C20
-
Deportes
Paraguay supera a Cataluña y es semifinalista del Mundial C20
Rosa Maria Ortiz
26 de diciembre de 2021 at 14:54
Gracias por estos comentarios, muy necesarios para el análisis de nuestra realidad.