Paraguay, el punto más caliente del planeta, según reportaje internacional

En el Día Mundial de la Acción frente al Calentamiento Terrestre, la prestigiosa cadena alemana Deutsche Welle puso los ojos en Paraguay, uno de los países más afectados por el cambio climático. Las alarmantes cifras y testimonios revelan que este pequeño país sudamericano está en el epicentro de una crisis ambiental que amenaza no solo su biodiversidad, sino también la salud y la vida de su población.

Un país en llamas: temperaturas extremas y crisis climática

Paraguay ha registrado temperaturas históricas que superan los 44 grados centígrados, con una sensación térmica que llega a ser aún más alta. Según Óscar Rivas, coordinador de la ONG Sobrevivencia Amigos de la Tierra, el país ha pasado de ser una región subtropical a convertirse en una zona tropical debido al calentamiento global. “Los picos de calor son altísimos, con promedios de 40 a 47 grados en verano. Estamos en el tope para la salud humana”, advirtió.

Estos extremos térmicos son solo un reflejo de un problema mucho más profundo: la destrucción de los ecosistemas. Paraguay ha perdido gran parte de sus selvas tropicales, que hace 50 años albergaban jaguares y una vasta biodiversidad. Hoy, estas tierras están mayoritariamente destinadas a cultivos de soja y maíz para la exportación, intensificando la crisis ambiental.

El costo humano del cambio climático

El impacto del calor extremo va más allá de lo ambiental. En las ciudades paraguayas, especialmente en Asunción, los cortes de energía son frecuentes, dejando a miles sin refugio ante las altas temperaturas. A esto se suma la contaminación de los ríos, como el Paraguay, que se ha convertido en un depósito de desechos industriales y tráfico naval. “Es impactante, especialmente al mediodía, cuando trabajar se vuelve casi imposible”, relató un trabajador ribereño.

La doctora Antonieta Rojas, bióloga y expresidenta de la Sociedad Científica de Paraguay, señala que los eventos extremos como olas de calor, sequías e inundaciones se han triplicado en las últimas décadas. Estos fenómenos tienen un impacto directo en la salud pública, abrumando los servicios hospitalarios y aumentando los costos para el Ministerio de Salud. “La crisis climática afecta no solo a la economía del país, sino también al bolsillo de las personas”, afirmó.

Negación y crecimiento económico: una lucha desigual

A pesar de las evidencias científicas, el sector económico más poderoso del país, encabezado por exportadores de soja y granos, minimiza el impacto del cambio climático. Hugo Pastore, director ejecutivo de Capeco, argumenta que estas variaciones son parte de los ciclos históricos de la Tierra. “Cuando el campo produce, Paraguay crece”, señaló, evidenciando la prioridad del modelo económico por encima de la sostenibilidad ambiental.

Sin embargo, los científicos son contundentes: la variabilidad climática no es lo mismo que el cambio climático. Este último está directamente relacionado con las actividades humanas, como la deforestación y la quema de combustibles fósiles, que han transformado a Paraguay en una zona vulnerable y peligrosa para sus habitantes.

El futuro en juego

Paraguay se encuentra atrapado entre dos fuerzas opuestas: la necesidad urgente de combatir el cambio climático y una economía dependiente de la explotación de sus recursos naturales. La falta de acciones concretas no solo amenaza la biodiversidad, sino que también pone en riesgo la salud, la seguridad alimentaria y el bienestar de millones de paraguayos.

Este reportaje de Deutsche Welle es un llamado a la acción. La crisis climática no es un debate, es una realidad que ya está devastando regiones enteras del mundo, con Paraguay como uno de los casos más críticos. Frente a este panorama, es imprescindible que tanto las autoridades como los ciudadanos adopten medidas urgentes para mitigar los efectos del calentamiento global y proteger a las futuras generaciones.