“El estigma hacia las personas con VIH sigue siendo una barrera en Paraguay”

El diagnóstico de VIH parecería ser el fin para quien lo padece, sin embargo, lo que más duele es el estigma que sufren y la discriminación hacia los pacientes. Tampoco se debe olvidar que se trata de una enfermedad prevenible siempre que se tomen las medidas adecuadas.

En el marco del Día Mundial de Lucha contra el Sida, desde El Nacional conversamos con la psicóloga Romina Ferreira, quien trabaja con pacientes viviendo con VIH en Paraguay. Ferreira nos habla sobre el impacto del estigma, los desafíos emocionales de quienes conviven con el virus y la importancia de generar conciencia en la sociedad.

¿Cómo describiría la situación del estigma hacia las personas con VIH en Paraguay?

El estigma sigue siendo una barrera muy presente. Muchas personas aún asocian el VIH con prejuicios o desinformación que datan de décadas atrás, lo que genera discriminación en diversos ámbitos, desde el laboral hasta el familiar. Esto afecta profundamente la salud mental de quienes viven con el virus, llevándolos al aislamiento o al temor de buscar apoyo.

¿De qué manera impacta emocionalmente este estigma en sus pacientes?

El impacto emocional es enorme. He trabajado con pacientes que no se atreven a revelar su diagnóstico ni siquiera a sus seres más cercanos por miedo al rechazo. Esto genera sentimientos de culpa, vergüenza y soledad. Además, la constante preocupación por ser juzgados puede llevar a cuadros de ansiedad, depresión e incluso a problemas en la adherencia al tratamiento médico.

¿Qué cree que falta en Paraguay para reducir el estigma?

Lo principal es la educación. Es crucial implementar campañas que informen a la población sobre lo que significa vivir con VIH hoy en día.

Este no es un diagnóstico terminal; con el tratamiento adecuado, las personas con VIH pueden llevar una vida completamente normal. También es necesario promover leyes más fuertes contra la discriminación y garantizar que estas se cumplan.

¿Qué mensaje le daría a la sociedad en este Día Mundial de Lucha contra el Sida?

Mi mensaje es simple, pero poderoso: el VIH no define a una persona. Detrás de un diagnóstico hay historias, sueños y vidas que merecen ser respetadas. Es hora de romper los prejuicios y educarnos para construir una sociedad más inclusiva y solidaria.

¿Y a las personas que viven con el virus?

Les diría que no están solas. Hay redes de apoyo, profesionales y grupos dispuestos a acompañarlos en este camino. No tengan miedo de buscar ayuda. Su valor y dignidad no dependen de un diagnóstico, y nunca deben olvidarlo.