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Límites en la pareja: ¿cambian los sentimientos?
Foto: Mujerde10
Cada relación es un universo, y en cada una se gesta un modelo de comportamiento. Sin embargo, hay algunos indicadores que muestran que las pautas establecidas en una pareja no solo mejoran ampliamente la comunicación, sino que también dan lugar a una vida más ordenada.
La gran tasa de divorcios de la última década se debe, en parte, a no haber establecido al inicio las pautas de la relación. Una comunicación fluida que permita comprender los límites que se establecen en ese ámbito es fundamental, ya que muchas veces las parejas empiezan disculpando situaciones que les resultan intolerables, hasta que estas se vuelven costumbre.
¿Cómo es la mejor manera de imponer límites en una relación amorosa?
Algunas cuestiones que no se hablan a tiempo terminan sobreentendiéndose. Las parejas reclaman a veces este hilo de confusión donde, quizá por no poner un freno a tiempo, se malinterpreta una situación y se cree que todo está permitido, que no hay malos entendidos.
“Él nunca me aclaró que eso le molestaba”.
Es la respuesta más común ante los sinfines de preocupaciones que albergan las parejas que sienten que la culpa del fracaso es no haber aclarado a tiempo, haber concedido demasiado, no imponer o expresar por qué algunas cosas no van con el modelo de relación elegido.
Las reglas se ponen de entrada; de esta forma, cada quien conoce el ámbito y hasta dónde llegar. Cuando las cosas se complican, lo ideal es poner en claro los pactos que esa pareja tuvo y no esperar a que se rompa la confianza o se pierda la seguridad en la relación.
Poner las cosas en claro no debería lastimar a nadie. Cada uno tiene el derecho de aceptar o no los límites y dar la explicación adecuada del porqué sí y por qué no. Lo mismo sucede en el área íntima o sexual. Hay parejas que no se animan a decir que no, que hay cosas que no les gustan o que no les despiertan deseo. Muchas veces se confunde la apertura en la comunicación o el sinceramiento con una conducta prejuiciosa o que pudiera herir la susceptibilidad de quien hace la propuesta.
“Con probar no pasa nada”.
Animarse a incursionar en los gustos del otro muchas veces puede ser una alternativa maravillosa que permita descubrir otra manera de motivar el deseo en la pareja, salir de la rutina y experimentar.
¿La experiencia sexual marca la diferencia?
No todas las personas con vasta experiencia son las que alimentan el deseo o nutren la pasión del compañero. Muchas veces, quizá tienen experiencias de encuentros, pero no saben intimar, o los recursos que tienen son pocos porque no están informados o desconocen el mapa erótico del compañero. Es fundamental conocerse bien y conocer a la pareja: los gustos, los momentos ideales para tener un acercamiento, qué cosas pueden generar fantasía y cuáles pueden percibirse como molestas, provocando distancia o alejamiento.
Las cosas por su nombre
Las parejas deben hablar, comunicarse, expresar sus sentimientos de enojo, frustración e incomodidad, aclarar los miedos y darse la oportunidad de establecer nuevas maneras de vincularse.
Cambio de roles y sus bemoles
El cambio de roles es una alternativa muchas veces interesante para mejorar la performance sexual. Por ejemplo, curiosear cuestiones relacionadas con el sexo contrario o, como alternativa, descubrir nuevas identidades para animarse a aquello que hasta el momento no se atrevían a explorar siendo quienes son.
Una propuesta indecente
Algunas parejas se sienten incapaces de jugar al “como si”, sienten miedo de atreverse a liberar los instintos. Estos miedos muestran dificultades típicas que se acumulan respecto a los juegos de cama y, a veces, al desentenderse de enfrentar los miedos o prejuicios a través del diálogo, se llegan a malentendidos profundos.
Algunas propuestas más fogosas muchas veces tienen la intención de encender la pasión. Sin embargo, algunas parejas pierden frecuencia porque se sienten desanimadas respecto a la disminución del deseo, no encuentran atractivas las propuestas o deben enfrentarse a episodios que frenan la intensidad de las sensaciones.
Pensar en deseos que no se pueden cumplir
La propuesta muchas veces es sucumbir a aquellas fantasías frecuentes que no se pueden poner en acto porque no hay un cómplice. Las parejas deben animarse a explorar los deseos, acomodarse para cumplir las fantasías de la otra persona, y probar para saber con qué se quedan y qué rechazan.
La vida de a dos permite explorar un mundo de alternativas posibles entre los amantes. Conocerse mejor incluye aclarar los términos de una relación, consensuar un trío (siempre y cuando se sobreentiendan las pautas), establecer los límites, y aclarar qué cosas amenazan la relación y cuáles son oportunidades para mejorar la vida sexual. Esta es la mejor propuesta para dos personas que desean ampliar sus experiencias.
Instagram: @sandralustgarten
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