Connect with us

Lifestyle

Amores que matan el amor

Foto: Confidencial.

Foto: Confidencial.

POR Sandra Lustgarten
Psicóloga y sexóloga.

De los amores que matan el amor, conocemos infinitos, pero vivir sin amor, para quienes agonizan, resulta imposible.

El miedo a no volver a sentir amor, a ser elegidos, a que se nos pase el tiempo; la sensación de perderlo todo, el miedo a la soledad, a no poder disfrutar de la vida acompañado y del sexo.

No tener un motor que nos dé energía cada día, que lleguen las fiestas y las vacaciones y nada haya cambiado desde el año pasado. Luchar por una relación sin proyección, que perdió la armonía; descubrir que no somos compatibles con quien elegimos; quedarse en el mismo lugar porque no hay otra opción.

Todas estas son situaciones que se manifiestan a puertas cerradas en la consulta. Personas que, con un sentimiento de frustración, temen apostar nuevamente al amor.

La ausencia de la pasión, ingrediente fundamental en la intimidad, va debilitando la relación. Aquellas cosas que no se ponen sobre la mesa, dando cuenta de lo que le pasa a cada uno, de lo que disgusta o amenaza al sentimiento del amor, son las que van generando distanciamiento.

Encubrir los errores para evitar que nos gane la agonía de cada mañana no es la forma correcta de enfrentar el sentimiento de tristeza que lleva a la apatía. Las parejas, con proyectos estancados, muchas veces se lamentan por no haber solucionado las cosas cuando llegan a un punto sin retorno. La relación se contamina, se genera distanciamiento, y surgen sentimientos negativos que repercuten en el estado emocional de ambos. Algunas personas reaccionan con desesperanza y depresión; otras se adaptan, buscando alternativas más saludables en actividades que distraigan del dolor del fracaso amoroso. Esto se manifiesta en la conocida canalización de la libido por otras vías.

También hay parejas que sobreviven al dolor y logran reparar la relación, dándose una nueva oportunidad. Algunas alternativas abren canales diferentes de comunicación, con nuevos acuerdos y un modelo renovado para vincularse.

“Hay amores que matan el amor”, pienso, y recuerdo el eco del silencio de esas parejas llenas de desencuentros y errores acumulados durante años, errores que nunca se corrigieron. Estas parejas no saben cómo conectarse en un lenguaje común; se acompañan, pero no hay un verdadero sentimiento amoroso.

Algunas juegan con la infidelidad como una distracción momentánea, cambiando el foco de atención. Sin embargo, estas soluciones temporales no resuelven el origen del problema ni mejoran el conflicto; solo sostienen un vínculo sin fuerza ni convicción.

También es cierto que muchas parejas redescubren el amor tras superar las crisis. Al exponer los errores y generar una oportunidad para el cambio, logran encauzar la relación, comprometiéndose o llegando a acuerdos factibles de cumplirse.

El tema sexual siempre es un punto importante en el contexto amoroso. La intimidad que tiene una pareja y la importancia que asigna al área sexual determinarán, en cierta forma, cómo será la recuperación de esa relación. Los tiempos que se toman para incursionar en el aprendizaje de una sexualidad más placentera y el interés por estimular el deseo son factores primordiales para recuperar la confianza mutua.

Algunas parejas, debido al control excesivo que uno ejerce sobre el otro, terminan asfixiándose y entrando en una agonía emocional. Solo buscan tiempo y espacio para reconectarse con sus emociones y recuperar el amor perdido.

Hay amores que prefieren esconderse, ya que así manejan mejor los miedos o las inseguridades. Evitan la rutina y aumentan la emoción de pensarse y extrañarse. En este terreno, las historias son diversas: algunas perduran y otras, con el tiempo, se extinguen.

Otras relaciones sobreviven desde la dependencia, motivadas por la necesidad de evitar la soledad, el qué dirán, o eludir un compromiso más formal. Estas parejas suelen priorizar la independencia emocional sobre la conexión romántica.

Entender que no siempre comprendemos la emoción del amor, que erramos y nos equivocamos creyendo que amamos, o que nos quedamos con una filosofía pesimista de que nunca nos podremos enamorar, puede ayudar a salir de ideas negativas sobre los vínculos. A menudo, estas percepciones están marcadas por prejuicios erróneos o mensajes distorsionados.

El amor requiere inteligencia emocional. Siempre existe una oportunidad para los vínculos, pero es fundamental realizar un diagnóstico preventivo para evitar situaciones que desmotiven la vida en pareja y generen excusas que lleven a desvalorizar o desmerecer la relación.

El amor provoca miedo cuando no se sabe en qué terreno se juega este sentimiento o qué le ocurre al otro. Esto podría deberse a una dificultad para controlar la situación, siendo la mayor amenaza la probabilidad de perder el control, tanto de la relación como de uno mismo.

En ocasiones, las personas sienten que el otro amenaza la relación, pero terminan descubriendo que la única amenaza real es uno mismo, con sus inseguridades y miedos.

Muchas veces, las personas tienen miedo hasta que logran conocerse. Sin embargo, esto no las exime de caer en relaciones peligrosas o tóxicas, en las que, desde el inicio, se establece un modelo de comunicación inadecuado. Estas dinámicas se vuelven crónicas y dan lugar a un círculo vicioso.

Es crucial identificar estos vínculos dañinos, que afectan la salud emocional y conducen a una vida conflictiva, con consecuencias graves e incluso riesgo para la vida. Si alguien detecta un problema en su relación y no tiene fuerzas para apartarse, es fundamental buscar la ayuda de un especialista que brinde herramientas para afrontarlo y superarlo.

 

Instagram: @sandralustgarten

Click para comentar

Dejá tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Los más leídos

error: Content is protected !!