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Relaciones tóxicas intensifican la sexualidad

Relaciones tóxicas. Foto: BBC Mundo

Relaciones tóxicas. Foto: BBC Mundo

POR Sandra Lustgarten
Psicóloga y sexóloga.

Mujeres que aman demasiado y que no pueden reconocer que están siendo víctimas de una relación de autoritarismo, de dominio y control. Resulta engañoso el amor cuando se confunde con el éxtasis que produce la sensación de recuperar lo perdido o lo que se está por perder. La creencia popular de que el otro se pone mal o se siente afligido o deprimido porque nos ama es una forma de enmascarar el dolor por la verdad, no reconocer que detrás de esa visión de las cosas nos encontramos ante una situación de tremenda envergadura, un vínculo dañino que no respeta el sentimiento amoroso de una pareja que se respeta y que respeta la individualidad del otro.

La pasión se intensifica por otras vías y no a través de la engañosa forma de creer que el maltrato y la victimización son dos caras de una emoción tan intensa como el amor. Algunas mujeres relatan cómo van perdiendo el dominio de sus vidas, un control sobre todo lo que hacen, las amistades que tienen, el afecto familiar, el trabajo, los llamados o las veces que utilizan el celular, etc. Es una forma de controlar el ámbito en el que se mueve y tener la toma de las decisiones, así ellas relatan que empiezan a sentir el ahogo de la pérdida de independencia, todo se centra en una sensación límite de miedo que se extiende a la mayor parte de las áreas y de esa forma crean una absoluta dependencia emocional, porque la persona controlada empieza a abandonarlo todo tal como se lo dictan y termina desapropiándose de su propia vida.

Sentir que una deja de ser independiente y que el otro vive a expensas de una, logrando sentirse indispensable para el otro, genera una sensación de exclusividad, este sentimiento de propiedad hace que se cree una pertenencia con el otro excitante que estimula la adrenalina, como el otro intenta tener el dominio absoluto de nuestra vida, dicen ellas cuando relatan ese sentimiento que se expresa en la forma en que se sienten amadas. La mente es tan intrigante que descubrir como transformamos los sentimientos o emociones del otro de forma que sea una manera positiva de amarnos, porque pensarlo de otra manera solo confunde y nos arrima a la verdadera cara de esta forma trágica de expresar el egocentrismo.

El escenario del sexo, y la intimidad en este contexto, le da claramente una connotación intensa a todo este marco que expresa la relación, de forma que el sexo en este tipo de vínculos es sumamente estimulante, el deseo se alimenta de ese juego de poder, dominio y riesgo permanente, que transcurre en un clima intensamente erótico, un escenario donde se actúa una pasión con que estimula, que renueva y que favorece un vínculo irrompible.

El riesgo de perderlo todo siempre hace que se vivan peligrosamente estas relaciones, el poder y el control suele ser un arma poderosa, tener la posibilidad de manipular al otro genera poder, el dominio sobre el otro es uno de los estímulos más exóticos en una relación. A modo de sumisión, quien es víctima del dominio del otro siente que alguien tiene el poder sobre ella y esto se experimenta con una sensación de placer. Algunas relaciones se alimentan y nutren de este tipo de vínculos, y cuanto más sufrimiento se genera en la relación, más atracción hay.

Se habla en la actualidad de violencia de género, en rigor en el contexto de varón-fémina, pero es alarmante también ver cómo muchísimos hombres sufren de violencia en el vínculo por conductas femeninas que hacen que la vida de relación se torne insoportable, conductas típicas como escenas de celos, situaciones de infidelidad femenina, manipulación y otras generalidades que se evidencian en los últimos tiempos. Hombres que lloran por amor y se victimizan por temor a perder a sus hijos, a no poder verlos por meses, ya que son usados para lograr conseguir beneficios económicos.

Otra forma de experimentar la toxicidad en las relaciones es respecto a los hombres que sobreestiman el trabajo en la casa de la mujer, que no la dejan apostar a una economía independiente, que necesitan que dependan de ellos porque de esta forma pueden controlarlas, hombres que no respetan los cambios que va teniendo el género femenino, que temen que el crecimiento personal de la mujer y la posibilidad de independizarse logrando oportunidades laborales hará que la distancie de la relación, de esta forma impiden que su pareja con diferentes excusas tenga un crecimiento personal o un reconocimiento y ni hablar de aquellas personas que compiten con su compañera o compañero, y que se sienta desvalorizado si es que se plantean oportunidades válidas.

La mente humana le da un sentido a las cosas según la forma en que se fueron aprendiendo, nuestra sociedad y la del mundo tienen una visión diferente sobre lo que respecta a las costumbres aceptadas socialmente, a las formas de expresar los sentimientos amorosos, en cómo se crea una pareja sana, que experimente el amor de forma no egoísta, siendo auténticos con el otro, aceptando que la posesión no es la forma de entender el amor, respetando individualidades y valorizando algunas conductas que son normales.

Lamentablemente, no sabemos establecer los cánones de normalidad en relación con el vínculo porque no hay educación para el amor. Nadie nos enseña acerca de la forma de relacionarnos más adecuada y menos dañina para el otro, partiendo de este concepto de dejar de ignorar completamente los términos adecuados del concepto amor, es que podremos construir relaciones sanas, sin toxicidad y con mayores posibilidades de proyección a futuro.

Instagram: @sandralustgarten

Celular: +5411961827888

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