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¿Por qué es tan difícil encontrar pareja después de los 40 y cómo revertirlo?

Dicen que los 40 son los nuevos 30. Entonces, ¿por qué es tan difícil conseguir pareja a esta edad?

Pareja de enamorados. Foto: Amate y ama.

Pareja de enamorados. Foto: Amate y ama.

Si estás atravesando tus 40, al igual que yo, seguramente te lo preguntas constantemente. Y es que, encontrar pareja a esta altura de la vida se siente como buscar una ajuga en un pajar. Las experiencias vividas, relaciones anteriores y exigencias de la vida pueden dificultar lograrlo.

Aquí te daré 6 consejos para que sea más fácil que llegue el amor después de los 40. Además, explicaré 12 razones que considero obvias para entender por qué es difícil encontrar pareja a esta edad.

¿Por qué las llamo obvias?

Porque te aseguro que cuando las leas, estarás de acuerdo conmigo. Las 12 razones obvias

1) Ya sabemos de qué va una pareja

El final feliz del cuento de hadas no es una realidad para todos. Y eso del refrán “contigo, pan y cebolla” aludiendo a que sólo el amor importa, puede ser una falacia. Más allá de las experiencias de cada uno, muchos coinciden en que, a veces, solo el amor, no es suficiente. Eso no quiere decir que la felicidad y el amor no vayan de la mano. Pero el velo color de rosa con el que idealizábamos el amor en nuestra juventud, ya se ha caído. Y nuestra manera de encarar la posibilidad de un nuevo romance se relaciona con lo vivido. Y esto puede que envuelva temor al desencanto o eleve nuestras exigencias para lograr una pareja nueva.

2) El problema no es la edad, es la exigencia

Después de los 40, tenemos varias experiencias amorosas sobre la espalda, y esto nos hace más exigentes. Generalmente, ya somos autosuficientes y estamos resueltos. Buscamos a alguien que enriquezca nuestra vida, y que no nos genere más responsabilidades o dificultad. Esto se debe a que ya hemos pasado por muchas historias y conocido diferentes desenlaces. Y no solo por experiencia propia sino también, teniendo en cuenta lo que vivieron quienes nos rodean: amigos, familiares, incluso nuestros propios padres. Por lo tanto, tenemos en claro lo que queremos (¡y lo que no queremos!) de una persona y una relación. Nuestra experiencia y olfato nos dice con mayor facilidad si un nuevo amor valdrá la pena o no.

3) Es cuestión de tiempo

Con la madurez llega la sensatez. Ya no solo se busca sexo. La intención es encontrar a ese alguien con quien compartir el resto de tu vida. Como ya hemos vivido ciertas experiencias, no tenemos ganas de perder el tiempo. Es decir, somos conscientes de las decisiones que tomamos e intentamos no conocer a alguien porque sí. No por falta de ganas, sino porque ya no tenemos paciencia para juegos adolescentes. No me malinterpretes, vivir estos juegos ocasionalmente puede hacernos sentir vigorizados. Pero al final, si elegimos vivirlo, entendemos que esto solo nos entretendrá brevemente. Es decir, no es material para formar un vínculo que podría ser a largo plazo.

4) Ya no tenemos 20

Sin ánimos de lograr sentirnos viejos, porque ¡NO lo somos! Está claro que las reglas del juego han cambiado desde nuestros dulces 18 o 20 años. Los retos de buscar una pareja a los 20 o 30 no son los mismos que a los 40 años o más, está claro. Hay factores que hacen que la búsqueda sea más exigente. Y, además, al ligar, ya no nos movemos en los mismos círculos que antes. Y mucho menos, de la misma manera. A diferencia de los 20 años, nuestro entorno social ya no está predispuesto a que todos encuentren pareja. Y, no saber cómo manejarse dentro del nuevo contexto social de citas, genera incertidumbre. Por ejemplo, qué códigos hay hoy en día en whatsapp, o cómo conocer a alguien a través de una app. Esto puede frenar las ganas de poder lograrlo. Ya que uno se siente incómodo o inseguro.

Hombre solitario. Foto: Amate y ama.

5) Presión social

Nos obligan a pensar que debemos vivir acompañados. Con este deber inculcado, seguimos insistiendo en que, si estamos solos, debemos conocer a alguien. En una entrevista para el diario Clarín, Gabriel Rolón dice que, “el mundo todavía está armado para vivir de a dos. Si alguien te invita a una fiesta, te preguntan con quién vas. Si estás solo, uno se siente a contramano de la cultura. Eso hace que algunos se apuren para dejar de estar solos. No es sencillo transitar la vida solo”. Pero ¿es realmente una necesidad tener pareja? A veces, de manera inconsciente, sentimos este deber para formar tener una relación. Y esto nos puede empujar a buscar desesperadamente una persona. Pero descubrir lo que realmente necesitamos primero, es lo más importante.

6) Estar solo se siente bien

Algunos disfrutan esta soledad y no desean cambiarlo. Esto hace que haya menos gente dispuesta a formar un vínculo. O sea, encontrar a alguien que realmente esté disponible, puede ser un desafío. Rolón menciona al respecto que,«cuando uno se acostumbra a la soledad, después le cuestan las relaciones. Piensa mucho antes de vincularse, porque relacionarse es ceder espacios propios. Si bien es cómodo tener a nuestra disposición vínculos sexuales, no todos queremos estar en pareja. Eso es un hecho. En el caso de las mujeres, suele suceder que prefieran estar solas a mal acompañadas. Sobre todo, aquellas que se sientan realizadas y que no tengan deseos de tener hijos. Rolón menciona al respecto que, “el modelo de la mujer ha cambiado mucho. Ahora la mujer no tiene la obligación de ser madre. La llegada de las familias ensambladas también habilita un espacio para que la pareja nueva pueda tener su intimidad”.

7) Relaciones pasadas

Si te han engañado, o tuviste un divorcio doloroso, elegir volver a confiar en alguien nuevo es un desafío. Muchos aun ni siquiera enfrentaron el duelo de la separación. Por lo que cargan con un pasado sentimental sobre ellos antes de conocer a ese alguien especial. Y puede que, emocionalmente se encuentre con heridas sin sanar aún. Y, seguramente, genera frustración o dificultad para confiar nuevamente en el amor. Lo que hace difícil generar algo nuevo, ya que aún se está procesando lo anterior. Si bien es importante haber dado un cierre a las relaciones del pasado. Nos da un regalo único, la oportunidad de preguntarnos: ¿qué es lo que realmente busco en un compañero? ¿Qué tipo de persona necesito a mi lado en esta etapa de mi vida? Y así conocer lo que realmente nos puede hacer sentir bien y generarnos dicha y felicidad.

8) Sabemos lo que queremos

Cuando uno entiende lo que le hace bien, no se pierde en un mar de gente por conocer. Todo lo contrario, la búsqueda o el encuentro se hace muy específica. Y es que, a esta edad, ya transitamos una parte importante de nuestra vida. Y cada experiencia amorosa que vivimos, nos dio la oportunidad de discernir con claridad qué buscamos. Esto reduce en gran medida el margen de personas que nos rodean para elegir un amor, ¿verdad?

9) No estamos dispuestos a perder

A la hora de estar con alguien es fácil echarse para atrás. Porque sabemos qué cosas estamos dispuestos a tolerar en el otro. Pero también conocemos qué actitudes no estaríamos dispuestos a soportar.  Ya sea cosas amplias como cómo llevar las finanzas en tu vida. O algo pequeño como qué hacer durante nuestro tiempo de ocio. Uno tiende a volverse más inflexible y comienza a preguntarse “¿Estoy dispuesto a modificarme una vez más?”

El psicólogo Gabriel Rolón indica además que, “el deseo genera búsqueda, moviliza. Pero hay una gran diferencia entre lo que uno fantasea y lo que realmente encuentra”. El desafío es que ambas personas coincidan en lo que buscan para así lograr un vínculo. Y dentro de este vínculo, habrá quien desee solo sexo y otros que buscarán compañía. O tal vez, tener una relación, pero manteniendo casas y rutinas por separado. Lo importante es que, al dar el siguiente paso, sea de común acuerdo.

Pareja. Foto: Amate y ama.

10) La familia

Muchos de nosotros buscando el amor ahí afuera, ya tenemos una familia consolidada. Abrir las puertas a un nuevo amor, implica exponer a tus hijos a una nueva versión tuya. Esto genera temor y facilita el echarnos para atrás. Terminamos pensando en situaciones que aun no se han dado como: “¿Qué sucedería si mis hijos no logran llevarse bien con mi nueva pareja?”. Incluso, nace esta sensación de miedo a descuidarlos, lastimarlos y hasta de cambiarles sus rutinas. Ya que, los hijos condicionan el tiempo disponible que tenemos para poder conocer a alguien nuevo. Requieren mucho tiempo y dedicación, sobre todo si aún son pequeños.

11) Querer formar una familia

Si, en cambio, aun no eres madre o padre, pero deseas serlo, la decisión que tomes será crucial. Conocer a alguien que tenga el mismo objetivo y querer cumplirlo en poco tiempo es desafiante. Aunque, te aseguro que no es imposible. Hay muchos que están transitando el mismo camino. La ciencia hoy permite muchas maneras de formar una familia. Además, hay personas dispuestas a abrir las puertas de sus familias para tener familias ensambladas. Nunca es tarde para lograrlo, si ambos lo desean.

12) El reto de conocer gente nueva

No tienes oportunidad de conocer gente nueva porque ya tienes una rutina establecida. Generalmente, frecuentas amigos que están con sus parejas. Los círculos se reducen, ya que muchos de los que te rodean están en pareja o con una familia consolidada. Ya no tienes, como a los 20, un clan para salir de fiesta. Tu forma de sociabilizar ha cambiado. Y eso hace que conocer a alguien nuevo, sea un desafío.

Consejos para que te encuentre el amor

1) Vuelve a conectar contigo mismo

Elizabeth Gilbert describe este proceso bien en su novela Comer, Rezar, Amar. Allí sugiere que, uno debe hacer su propio camino. Es decir, hacer lo que uno necesita o le hace bien. De esta manera, las cosas se pueden acomodar para que uno esté listo para encontrar un amor. Y poniendo esto como ejemplo, me atrevo a preguntarte lo siguiente: ¿No crees que es erróneo pensar en encontrar o buscar pareja? ¿No sería mejor que el amor llegue a ti? ¿Por qué? Porque eso significa que estas en plenitud y quieres un par. Que eres tu mejor versión. Y eso no implica que hayas perdido esos 10 kilos de más que crees tener, sino de lo que emanas. Te cuidas y crees en ti, los demás lo ven y se sienten atraídos. Salir a pescar pareja, como si fuera un deporte, nunca llegará a buen puerto. No necesitas de alguien que llene un vacío. Quien encuentra su complemento es porque ya está lleno y listo para un compañero de vida.

2) Piensa en lo que ofreces

Como he mencionado antes, las expectativas y exigencias suelen dificultar formar una pareja. Pero enfocarse únicamente en lo que uno quiere y espera, no es la solución para tener un nuevo amor. ¿Has pensado en qué tienes tú para ofrecer en una relación? Es decir, ¿qué haría que una nueva persona se acerque a ti o se sienta atraída? Muchos consideran que tener dinero, propiedades o una buena posición laboral es suficiente. Y salen a la búsqueda de esa nueva persona con las expectativas bien altas. Claramente, no tener problemas económicos o sentirse realizado profesionalmente es una ventaja atractiva para cualquiera. Sin embargo, varios terminan frustrándose, porque no logran conocer o mantener un vínculo con alguien. A veces, la arrogancia o deseo de mostrar o aparentar más para brindar seguridad, aleja.

Entonces ¿de qué se trata? Se trata de mirarse al espejo con sensatez y sinceridad. Y entender que, así como uno busca a alguien con exigencias y el pasado a cuestas, el otro también. Es una persona que atravesó mucho, al igual que tú. Entonces, al conocer a alguien, intenta demostrar la misma compasión, amabilidad y respeto que te gustaría que te demuestren a ti. Escucha al otro, demuestra tu interés por conocer su vida.

Verás que ya no es necesario sorprender y deslumbrar. En esta etapa de nuestra vida, alguien que muestre su autenticidad es lo que puede atraer más. Así que, ser la mejor versión de ti mismo con tus verdades, es suficiente. Te aseguro que, ser abierto y real, no fallará.

3) Abre tu red

Piensa en tu yo de los 20 años. ¿Qué, cómo y cuándo se daban las oportunidades de conocer a alguien? Y, ¿qué tipo de ligue era? ¿Casual? No estoy fomentando que vayas de fiesta en fiesta, pero sí que reconectes contigo mismo. Piensa en aquello que te encantaría hacer y hazlo. Salir de vez en cuando de los círculos de amistades y ocio de siempre, puede resultar. Seguramente, al hacerlo, conozcas personas nuevas con las que compartas esa nueva pasión. Puede que conozcas a alguien más joven o totalmente opuesto a ti, y te sorprenda. Conocer amigos de amigos, también podría funcionar. O incluso, si te animas, puedes aceptar una cita con alguien que ellos consideren que te gustará. ¿Por qué no confiar en ellos? Al fin de cuentas son los que mejor te conocen. ¿No lo crees? Cambiar un poco la rutina siempre ayuda.

4) Conoce el mundo online

En una entrevista para la revista Noticias, la socióloga Mariana Palumbo lo explica bien. Ella indica que las apps para conocer gente o tener citas resuelven los aspectos emocionales de manera inmediata. Si bien se genera una especie de mercantilización de lo afectivo, Palumbo menciona que, “las apps son como discotecas virtuales, siempre abiertas”. Lo que resuelve la dificultad de no tener círculos nuevos para conocer gente. Y considera que, para personas de más de 40, lo que estas apps ofrecen se ajusta a los impedimentos que puedan llegar a tener. Ya que, la mayoría tiene hijos, exigencias laborales y hasta incluso, padres de quien deben cuidar. De esta manera, una app brinda la solución para que lo sexual o afectivo no demande más de lo que deba. Porque estar en una discoteca online desde la comodidad de tu casa en pijamas, es conveniente. Además, en la misma entrevista, la psicóloga Gabriela Rougier indica que, a la hora de buscar pareja, “uno siempre se pregunta cuán deseable es”. Estas redes también sirven para entender que tan vigente uno está. Rougier indica que, de esta manera y sin gastar dinero, se detectan perfiles compatibles fácilmente. Y, enfrentémoslo, sin sufrir bochornos o pérdidas de tiempo en salidas fallidas.

Encontrar pareja a los 40. Foto: Psicología y autoayuda.

5) Domina tu miedo a no encontrar pareja

La autora y experta en relaciones, Jennie Lynn, menciona que uno debe primero abrazar la soltería. Esta actitud interna ayudará a mejorar cómo te proyectas a ti mismo. Y afirma, “no expreses odio por estar solo o soltero. Necesitamos sentirnos cómodos estando solos y amándonos a nosotros mismos, y esa energía positiva atraerá a una pareja adecuada para ti”.

6) Déjate llevar

Estar pendiente de encontrar a alguien en todo momento y en todo lugar puede ser agobiante. Sé que, al tener ganas de formar un vínculo nuevo, nuestro radar se activará. Es inevitable. Pero una cosa es estar atento, y otra muy distinta es salir exclusivamente para conocer a alguien. Ten cuidado con la presión que te puedas autogenerar. Estas exigencias a veces hacen que nos auto boicoteemos inconscientemente. Tener fe en uno mismo y en que las cosas se darán a su tiempo es importante. No lo olvides. Anímate a formar pareja nuevamente. La psicóloga experta en emociones, Jodi DeLuca, afirma que, “después de los 40 años, puedes aprovechar tus experiencias de vida”. Efectivamente, nada más conveniente que entender que el recorrido vivido no es una desventaja. El mejor momento para que te encuentre el amor es ahora. ¿Por qué? Porque conoces tus limites, pero también sabes lo que quieres y qué es lo que deseas en una pareja. Muy distinto a cuando teníamos 20 años. ¿No lo crees? Además, DeLuca afirma que, si ya has sentido “la magia del amor”, lo podrás hacer nuevamente. Y agrega, “el cerebro emocional no tiene edad cronológica. Podemos enamorarnos a cualquier edad”. Abraza tu recorrido y permítete disfrutar del hoy. El amor es lo único que no cambia a través del tiempo. Y, como dice Rolón, nos permite “sentirnos eternos”.

Fuente: Amateyama.

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