Cambistas reconocen que operaban con dinero informal

En un giro sorprendente, el presidente de la Asociación de Trabajadores Cambistas (ATC), Walter Fernández, reconoció abiertamente la existencia de movimientos financieros informales entre los miembros del gremio, destacando la ausencia de supervisión gubernamental en estas transacciones. Estas declaraciones surgen en medio de la conmoción por el megarrobo sin precedentes que tuvo lugar en la sede de la ATC en Ciudad del Este, dejando a más de 140 cambistas afectados.

Fernández, quien también funge como presidente de la ATC, admitió ante medios locales que existe una operación financiera informal entre los socios del gremio, señalando que él mismo está entre los pocos autorizados por el Banco Central del Paraguay para realizar tales transacciones. Esto arroja luz sobre la complejidad y la falta de supervisión en el sector de cambio de divisas.

El robo en la sede de la ATC ha desencadenado una serie de eventos llamativos que rodean el incidente. Desde la misteriosa interrupción del suministro eléctrico en el área central de Ciudad del Este hasta el manejo detallado de información privilegiada sobre la bóveda por parte de los asaltantes, los elementos de este crimen han dejado perplejos a muchos.

El corte de energía dejó a la sede de la ATC sin su sistema de seguridad, lo que facilitó el robo. A pesar de la presencia de vigilancia permanente y sistemas de alarma, los asaltantes lograron penetrar en la bóveda utilizando tácticas sofisticadas, como el uso de aislantes acústicos para evitar ser detectados.

El presidente de la ATC ha sugerido que la explosión de petardos durante las festividades locales pudo haber servido como distracción para los asaltantes, permitiéndoles llevar a cabo su operación sin ser detectados. Esta teoría plantea interrogantes sobre la planificación meticulosa detrás del robo y la posible complicidad de personas dentro y fuera de la organización.

El incidente ha revelado grietas en la seguridad y la supervisión gubernamental, planteando preocupaciones sobre la integridad del sistema financiero y la necesidad de medidas más estrictas de control y regulación en el sector de cambio de divisas. Mientras tanto, las autoridades continúan investigando el alcance completo del robo y persiguiendo a los responsables, en un esfuerzo por restaurar la confianza en el sistema financiero local.