Agricultura familiar campesina frente a expansión del agronegocio

La semana estuvo envuelta en la polémica por la ocupación de las calles del microcentro de Asunción por parte de los campesinos, quienes finalmente consiguieron la promesa de millones de dólares en asistencia, tras la medidad de presión.

Pero qué hay detras de sus reclamos? cuál es el problema de fondo? cómo es la vida en el campo? qué oportunidades tienen? . Estas y otras preguntas son respondidas en una investigación del Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya (Cadep), que resalta la pérdida de terreno de los campesinos frente al agronegocio mecanizado, la expulsión del campo y el aumento de la pobreza entre esta población sin ninguna protección social.

La agricultura familiar campesina (AFC) ha sido y es la principal proveedora de alimentos para el país y, potencialmente constituye un factor fundamental para enfrentar el hambre, al mismo tiempo que dignificar el trabajo rural y mejorar las condiciones de bienestar de dicha población.

Sin embargo, los datos censales muestran el debilitamiento sostenido del sector productivo pequeño, con la disminución de la superficie ocupada por la AFC en zonas que anteriormente era enteramente campesina, eliminada por la expansión de los agronegocios. Pero a pesar de ello, la AFC resiste a su desaparición, de acuerdo a la investigación del Cadep.

En el año 2008, se realizó el Censo Agropecuario Nacional (CAN 2008) obteniendo datos relevantes de las fincas agropecuarias a nivel nacional. Dicho estudio reveló que existe una marcada concentración de fincas de pequeñas
superficies.

Estudios más recientes muestran que la AFC sigue perdiendo terreno frente al agronegocio. Entre el año 2002 y 2017, la agricultura familiar habría perdido alrededor de 166.347 hectáreas, más acentuado en territorios donde
la agricultura empresarial se está posicionando fuertemente.

Así, zonas tradicionalmente campesinas están hoy ocupadas por la agricultura mecanizada, como el Departamento de Caaguazú que habría perdido en ese periodo 23% (16.214 hectáreas) de la superficie destinada a la pequeña agricultura, así como Canindeyú, que perdió 64% (30.000 hectáreas).

Distribución

El departamento de San Pedro lidera la lista con mayor cantidad de fincas pertenecientes a la AFC, con un
total de 44.358 unidades productivas, representando el 16,5% del total. El segundo en orden de importancia es el departamento de Caaguazú con 37.632 unidades que equivalen a 13,9% de fincas a nivel nacional.

En tercer lugar, se ubica Itapúa con 31.218 unidades equivalente a 11,6%. Los departamentos de Paraguarí y Caazapá se ubican en el cuarto y quinto lugar, con 22.799 (8,5%) y 22.156 (8,2%) unidades productivas respectivamente. Los departamentos conmenor presencia de fincas de la AFC son Central y Amambay, con 6.066 y 3.807 fincas, respectivamente.

Entre la pobreza y la indigencia

La mitad de los agricultores familiares en Paraguay se encuentran en situación de pobreza (medida por ingresos) (DGEEC, EPHC 2018), en razón de la mayor incidencia de la pobreza en el área rural.

La pobreza está relacionada con la carencia de lo básico para vivir. En otras palabras, es la incapacidad para satisfacer las necesidades físicas y psicológicas básicas, como, la alimentación, la salud, la vivienda, la educación y otros aspectos esenciales de la propia reproducción social.

Normalmente, la pobreza está relacionada con el trabajo y las posibilidades de obtención de ingresos suficientes para satisfacer dichas necesidades. De allí que la pobreza sea normalmente definida por ingresos en términos de los costos de una canasta básica de alimentos y demás necesidades básicas (Línea de pobreza total) o solo de los costos de la canasta básica (Línea de pobreza extrema).

Los bajos ingresos y la precariedad de las condiciones laborales y productivas de los agricultores familiares se relacionan, además, a las carencias o insatisfacción de necesidades básicas que, a su vez limitan las capacidades para el logro de mejores condiciones de vida.