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Economía

Economía en negro se alimenta de secuelas del Covid-19 en empresas

Gentileza. ProDesarrollo Py

Gentileza. ProDesarrollo Py

La organización PRO Desarrollo Paraguay  y sus aliados dieron a conocer los últimos resultados en lo que respecta a la economía subterránea, una manera más elegante de difinir a la economía en negro en un evento llevado de manera conjunta con Desarrollo en Democracia (Dende) y en el que participaron referentes económicos tanto del sector público como privado.

De acuerdo a las cifras procesadas por la consultora Mentu, para finales de 2019, la economía en negro representaba 42,7% del Producto Interno Bruto (PIB); un incremento de 0.9 puntos porcentuales respecto al 2018 y para finales de este año se pronóstica que llegue a 46%, es decir unos US$ 17.000 millones que no pasan por los registros oficiales y que mantienen al país entre los de mayor informalidad.

Los efectos de la pandemia Covid-19 contribuyen para este aumento de acuerdo al análisis del Presidente Ejecutivo de la organización, Sebastián Acha. Hay que tener en cuenta que Paraguay es un país donde las mipymes tienen un peso bastante importante en lo que respecta a la absorción de mano de obra e ingresos para el grueso de la población.

Las mipymes, en especial las relacionadas a servicios todavía siguen muy golpeadas por los meses de cuarentena en los cuales no facturaron nada. Además, en muchos casos tuvieron que endeudarse para sobrevivir y no arrojar más desempleados a las calles.

Incertidumbre

La incertidumbre en cuanto al futuro en una coyuntura donde el consumo de las familias paraguayas muestra anémicos signos de recuperación se traslada a la hora de reponer o contratar personal. Como consecuencia, ante la falta de empleo, las personas a su vez recurren a la informalidad de manera a tener algún tipo de ingreso para sostener a sus familias.

“El Covid-19 ocasionó la disminución de ingresos y el aumento de la pobreza. Así, como consecuencia de las dificultades económicas, es probable que una cantidad aún mayor de trabajadores se desplacen a la informalidad, situación que complica la protección a trabajadores en tiempos de recesión”, señala el documento.

Posterior a la superación de la pandemia, el Paraguay seguiría vulnerable a las crisis sanitarias, económicas, desastres naturales y al cambio climático. Por lo tanto, debemos volvernos más resilientes. “La informalidad se traduce en una extrema inseguridad del ingreso, por lo que resulta clave fomentar la formalización que da acceso a redes de seguridad”, porpone la organización.

De hecho tanto el Gobierno como los analistas privados estiman que llevará al menos dos años la recuperación de la economía real de las familias, toda vez que no llegue una segunda oleada de afectados por el Covid-19.

Por su parte, el viceministro de Tributación, Óscar Orué, informó que trabajarán en convenio con la organización de modo a unir esfuerzos para reducir la informalidad. Como primer paso, se apoyarán en herramientas tecnológicas de modo a diseñar políticas conjuntas para el efecto.

Gasto público

La reestructuración del gasto público debe acompañar a la formalización. “Una mayor formalización podría significar mayores ingresos para el Estado, así como la posibilidad de contar con cierta protección durante periodos de crisis. Sin embargo, de poco serviría formalizar a los trabajadores y empresas si es que la estructura inadecuada del gasto público permanece sin cambios, ya que la misma no permite focalizar el gasto en las políticas económicas y sociales prioritarias, lo que genera vulnerabilidades que mantienen los niveles de informalidad”, agrega el reporte. 

La falta de profesionalismo, la negligencia, la corrupción, o una combinación de todo ello, contribuye a la ineficiencia del gasto público, resaltan. 

 

 

 

 

 

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