Cultura
ARCOmadrid 2023: punto de encuentro entre Europa y Latinoamérica
Hoy cierra la feria que, desde su creación, constituye una de las principales plataformas del mercado de arte contemporáneo. Este año celebró su 42ª edición, convirtiendo a Madrid, durante unos días, en la capital internacional del arte.
José Guerrero. Fotografía digital © MBC
¿Compraría 32 felpudos de sisal usados por 25.000 dólares? Titulada Skin (piel, 2010), esta especie de alfombra ya ha participado en otras ferias internacionales. Es una instalación del artista griego Eftihis Patsourakis y mide 505 x 365 cm. Esta cuestión, que fuera de contexto parece absurda, tiene una explicación. Se trata de una obra de arte conceptual, un movimiento que nació en el siglo XX de la mano del francés Marcel Duchamp (1887-1968), autor de La fuente (1917) —un urinario puesto del revés— y en que la idea es más importante que la obra de arte como objeto físico o material. Hoy abunda el conceptualismo y el post-conceptualismo en ARCOmadrid, la feria de arte contemporáneo que se inició el 22 de febrero con una apertura para coleccionistas, profesionales y prensa, y cierra este domingo.
El mundo del arte contemporáneo es enorme y las ferias juegan un papel importante en el mercado. En Europa, las mejores son Frieze, FIAC, Art Basel y TEFAF, que se celebran en Londres, París, Basilea y Maastricht, respectivamente. Sin duda, son las top, las de mayor nivel y a ellas acuden todos aquellos coleccionistas y profesionales relacionados con este sector que mueve cientos de miles de millones de dólares.
A finales de febrero es el turno de Madrid, que allá por 1982 y en plena “movida madrileña”, galeristas como Juana de Aizpuru se lanzaron a organizar una feria que lleva 42 ediciones ofreciendo Arte Contemporáneo —ARCO— en el recinto ferial de IFEMA, ocupando este año dos pabellones (7-9) y sobre la que orbitan otras propuestas de galerías españolas que se han quedado fuera y que se agrupan como satélites en torno al planeta ARCO. Son, al menos, una decena de “mini-ferias” que funcionan durante el tiempo que dura la feria principal, cinco días. (Flecha, Art Madrid, JustMad, UVNT, SAM, Standart… repartidas por toda la ciudad).
En 2023, la organización espera recuperar el pulso económico tras estos dos últimos años de crisis sanitaria, y al público (estimaciones de 90.000 visitantes). Su directora, Maribel López, confía en obtener buenos resultados y, para la ocasión, se han admitido más galerías que nunca, 211, de las cuales el 66 % son internacionales (140) y de ellas un 21 % son de América Latina (Argentina, México, Brasil, Perú, Guatemala). La edición de este año está dedicada al mar Mediterráneo.
Por otra parte, ARCO sigue fomentando el coleccionismo a través de varias iniciativas. Cuenta con un servicio gratuito de asesoramiento llamado First Collectors, que lleva en marcha trece años con el apoyo de un banco, además de un programa de compradores internacionales y de invitados especiales (400 coleccionistas y 200 profesionales de 40 países que durante estos días llevan un programa frenético de actividades y fiestas VIP ahora llamadas Guest).
Más allá de la feria, ARCO es sin duda un acto social. Es un encuentro que, superada la pandemia, nadie se quiere perder y, aunque la inmensa mayoría de los visitantes no compra, pues sus precios son prohibitivos para los bolsillos, pasea por los diferentes estands donde no solo observa las obras expuestas sino también al público. En ARCO, el espectador busca las últimas tendencias, en las que cabe esperarse todo, con propuestas de lo más variopintas. Sin embargo, el galerista con expectativas de vender no realiza grandes apuestas por la transgresión de pasadas ediciones y está más acondicionado a la realidad de una feria que busca buenos resultados económicos.
La pieza más transgresora es la de Eugenio Merino (Madrid, 1975) que presenta sobre un plinto a Pablo Picasso yacente y que la galería ha traído con motivo de la celebración de los 50 años del fallecimiento del artista, que ha generado exposiciones por todo el mundo. “Picasso” de tamaño natural, de resina, vestido con su icónico jersey de rayas azules, pantalón de lino y alpargatas. El responsable de la galería ADN, de Barcelona, señala que la pieza pertenece a una edición de tres ejemplares y que tiene un precio de 45.000 € para el quiera llevársela a casa. La presencia de Picasso en ARCO no termina ahí, es tan solo un ejemplo. La artista Orlan (1947) presenta unas mujeres extraídas de los retratos de Dora Maar con collage fotográfico.
El refugio es una caseta prefabricada a partir de las medidas reales de la obra más famosa de Picasso, Guernica, ed. 1/7. Reproducida sobre dibbon y ensamblada, se vende por 60.000 €. Su autor, el reconocido artista español Eugenio Ampudia (1958), se ha especializado en construir paradojas conceptuales y performances.
¿Qué puedes encontrar en ARCO? Pintura, escultura, instalaciones, fotografía, video, new media, dibujos, grabados de las vanguardias, cerámicas… La tecnología más empleada es la letra de molde, la escritura. Abundan las frases como “obra de arte”, pero tampoco es novedoso y, al menos, a mí me deja indiferente.
En esta ocasión, de nuevo, en galerías españolas (34 % de un total de 71) se pueden encontrar cuadros de Ignasi Aballí, representante en la Bienal de Venecia; Teresa Solar y Xavier Salaverría. Entre los clásicos, Torres García, Léger, Picasso… varias obras de Joan Miró. Una arpillera pintada al óleo, La femme et l’oiseau, está a la venta por 2 millones de euros, expuesta al lado de piezas de artistas como Tàpies o Chillida, cuyas esculturas en acero cortado en otras galerías superan esta cifra.
La joya de Cayón, otra galería, es un bronce del escultor madrileño Juan Muñoz (1953-2001, Ed. 1/ 2, 2001) puesto a la venta por 800.000 dólares. Muñoz es uno de los artistas más importantes de la escultura europea del siglo XX, cuyos precios se dispararon a partir de sus instalaciones en la Tate Gallery de Londres.
Otra pieza que uno no se debe perder en esta misma galería es una obra del artista italiano Lucio Fontana (1899-1968), representante fundamental en la historia del arte del siglo XX que, tras la Segunda Guerra Mundial, cambia completamente la perspectiva del arte. Fontana ambicionaba introducir una tercera dimensión en sus lienzos mediante perforaciones y cortes; quería crear un nuevo idioma estético.
Muy buscadas por los coleccionistas son las esculturas de un artista consagrado con obra en los museos más importantes del mundo, Jaume Plensa (Barcelona, 1955). Al menos hay dos piezas en ARCO. Fácilmente reconocibles, son cabezas de mujeres en distintos materiales que nos invitan al silencio y la meditación. Julia (ed. 1/5), que se exhibe al lado de un cuadro de Juan Uslé (130.000 €), está a la venta por 400.000 €, impuestos aparte.
Una galería importante, con sucursales en Nueva York y Londres, que nunca falta a la cita es la Malborough, que garantiza encontrar obras de artistas de primera línea como Genovés o Leiro, entre los españoles. Este año presenta dos piezas a destacar dentro de su propuesta: una monumental escultura en hierro de Martín Chirino (1925-2019), notorio escultor canario, impulsor del arte abstracto en España y cofundador del grupo El Paso.
Procesión de Alebrijes, de Laura Anderson Barbata (México, 1958), artista transdisciplinar y performática cuyo trabajo –fundamentado en la naturaleza, los símbolos ancestrales y la pedagogía– se ha podido ver recientemente en la última Bienal de Estambul y estará presente en una gran exposición en el MoMA de Nueva York. El conjunto está inspirado en las culturas indígenas de América Latina.
La novedad de este año es que se presenta, por primera vez, una galería de arte ucraniana: Voloshyn Gallery (Kiev) que, por supuesto, tiene sus obras enfocadas en la invasión rusa y la guerra, en las cuales no existe el color, solo gris, negro y blanco.
Llama la atención cómo la presencia de las mujeres en las galerías está creciendo en los últimos años, también entre las premiadas como, por ejemplo, Sahatsa Jauregi (Salvador de Bahía, 1984) y Eva Fàbregas (Barcelona, 1988), que obtuvieron el Premio de la Comunidad de Madrid ARCO 2023. Otros nombres femeninos que destacar, presentes en la feria, son Cristina Lucas, Elba Benítez, Rosalía Banet, Alicia Framis, Elo Vega, Carmen Calvo, Susana Solano, Ángela de la Cruz, Sonia Navarro, Sylvie Fleury o la desaparecidas Carmen Laffón, Sarah Grilo, María Blanchard y María Helena Viera da Silva.
Y hablando de premios, en ARCO se conceden varios desde el primer día de apertura: La galería HOA, de São Paulo, ha resultado ganadora del IX Premio Opening by Allianz. Este galardón premia al mejor stand de la sección con la devolución del valor de su espacio en ARCO Madrid 2023. Cristina Mejías ha recibido el XVI Premio Illy Sustain Art, dotado con 15.000 €.
ARCO también premia a los coleccionistas. Este año uno de los Premios “A” al coleccionismo recae sobre la colección Lumbreras. Su creador organizará una de las fiestas más esperadas y exclusivas. Alejandro González y Alejandro Lázaro, recibirán el premio “A” como Coleccionistas Jóvenes. Los argentinos Juan Vergez y Patricia Pearson de Vergez serán designados como coleccionistas latinoamericanos. El premio al mejor stand, y contenido artístico, es para la Galería Monitor, dotado con 8.000 €.
En el espacio de Lexus, partner oficial de la feria, se expone una sorprendente ejecución sobre un UX denominada Simbiosis, desarrollada por el estudio valenciano Apu’a, de Tera Yegros y Ana González, que fue uno de los participantes en la pasada edición del certamen Lexus Art Car. Simbiosis es una oda a la materia, al reciclaje y a la economía circular. La carrocería está recubierta con papel reciclado y vinilos formando un collage. Este estudio busca diseños más sostenibles y mantiene un fuerte compromiso con el medio ambiente.
Por último, el impulso de las ventas en la feria se debe más a los coleccionistas extranjeros que a los nacionales. También compran las fundaciones y organismos públicos y privados. Museos como el Reina Sofía en Madrid o el MACBA de Barcelona se apuran a realizar sus compras el mismo día de la apertura.
* María Blanco Conde es curadora de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID, Madrid) y profesora de tasación y catalogación de obras de arte (Universidad Antonio de Nebrija, Madrid). Es autora de la museografía de la Colección Museo Julián de la Herrería, Centro Cultural de España Juan de Salazar, Asunción.
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