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Agenda Cultural

Un concierto memorable dedicado al creador de la guarania, donde “India” brilló alto

Compañía de Danza del ISBA en la interpretación de "India". Cortesía del autor

Compañía de Danza del ISBA en la interpretación de "India". Cortesía del autor

Ante un efusivo y numeroso público, que llenó el Teatro Municipal “Ignacio A. Pane”, se realizó el trascendental e histórico estreno mundial de la puesta en escena de “India”, poema sinfónico para ballet, coro y orquesta, del genial compositor paraguayo José Asunción Flores (1904-1972), hecho que se verificó el pasado domingo 18 de agosto a la noche.

El evento de la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN), bajo la dirección del maestro José Ariel Ramírez, fue en homenaje a los 20 años de existencia de esta destacada agrupación orquestal y en el marco de la Semana de la Guarania.

El concierto tuvo dos partes bien definidas. La primera, un recorrido por las obras populares del creador de la guarania, abarcando fragmentos de Jejui, de 1925, con temas como Arribeño resay, letra de Rigoberto Fontao Meza; Nde ratypykua, letra de Félix Fernández; India, Paraguaýpe, Panambi vera, Ne rendápe aju, con versos del gran poeta guaireño, Manuel Ortiz Guerrero, entre otros. Cobraron vuelo en las voces de Cristina Bitiusca, Marcos Villalba y la soprano Carolina López, quienes deleitaron al público con cuidadas versiones de esas guaranias ya clásicas, sin afectaciones, tal como fueron concebidas por el gran músico. El repertorio fue comentado de manera didáctica por José Antonio Galeano, emocionando a los espectadores.

La soprano Carolina López. Cortesía del autor

“India”, el plato fuerte de la noche

Si ese recorrido ya justificaba la presencia de la Sinfónica Nacional, la segunda parte ofreció al público el estreno mundial de la pieza sinfónica para ballet “India”, que incorpora los versos de Ortiz Guerrero, pero se explaya en un argumento más profundo basado en un amor imposible que la joven indígena, hija del cacique de la tribu, ya en edad de buscar pareja, se plantea en silencio ante el desconcierto de la tribu, rompiendo la tradición. La puesta en escena requirió la conjunción de diversas disciplinas asociadas a la orquesta, como el Coro Sinfónico de Asunción bajo la dirección de Allison Pauls Staczewski, y la Compañía de Danza del Instituto Superior de Bellas Artes, con la dirección coreográfica de Gloria Oviedo, Patricia Martínez y José Álvarez. Y una puesta en escena en que el cuerpo de ballet ocupó el escenario por completo, el coro en las gradas altas sobre el telón de fondo y la orquesta ubicada en el foso. Un elemento clave lo constituyó también la iluminación escénica que en el teatro moderno suple a la escenografía, y cuyo diseño estuvo a cargo de Santiago Schaerer. El resultado fue una impactante versión aplaudida de pie por el público, la crítica y voces autorizadas.

Vista de la sala. Cortesía

Vista de la sala. Cortesía del autor

Este estreno absoluto se produce a 55 años de la grabación de esta obra en Moscú en 1969, por gran orquesta y coro bajo la dirección del maestro Yuri Aranovich. Es de mencionar que el notable músico compatriota, de quien se conmemoran 120 años de su nacimiento, escribió solo dos piezas para ballet. “Ñanderuvusu” (“Nuestro gran padre”, mitología indígena), estrenada en versión completa por la orquesta, coro y ballet de UniNorte en el gran teatro del BCP, en 2011, bajo la dirección general del maestro Diego Sánchez Haase. Una puesta en escena de elevado nivel artístico. Y la obra “India”. Todas las demás están escritas para orquesta y coro o para solista, coro y orquesta, como el caso de “Ñemity”. En total, once obras, varias de las cuales esperan su estreno en nuestro país.

Lo sucedido en la noche del domingo 18 pasado evidencia que hay un público ávido de este tipo de propuestas de música popular y sinfónica de jerarquía de autores nacionales.

Al respecto del estreno de “India”, escribió la periodista Maripili Alonso: “La música comenzó a emerger de la fosa de una manera sublime y llegó a su punto máximo cuando las voces del coro se sumaron para interpretar esta magistral obra. Las bailarinas presentaron una coreografía contemporánea, bajo la dirección de Gloria Oviedo, que permitió al público adentrarse aún más en la historia de esta india (…) El público aplaudió de pie la interpretación con una ovación que se extendió por un par de minutos”.

María Victoria Sosa, directora general de la OSN, nos comenta respecto a la responsabilidad de montar esta obra: “El desafío se inicia desde la transcripción y digitalización de la obra que hasta hace unos meses solo existía en versión manuscrita y solamente la partitura de dirección orquestal o “Master”. No así las partituras individuales para cada instrumentista. Tras arduos trabajos en colaboración con el Instituto Superior de Bellas Artesm se obtiene la versión necesaria y comienza la tarea de llevarla adelante. Musicalmente posee un lenguaje vanguardista, que surge a partir de la melodía de la guarania tradicional India y que se desarrolla hacia nuevos horizontes de la música universal, con una armonía mucho más compleja, con las combinaciones rítmicas más maravillosas, con el sello del nacionalismo sinfónico plenamente impregnado. Claramente, esta obra era a resultas de esa búsqueda que reinicia el maestro nuevamente desde su obra Mburikao, donde su proceso creativo-compositivo toma vuelo desde sus ejes de inspiración, la naturaleza, la libertad, la paz, el ser paraguayo en la más plena consciencia de nuestras raíces, y permite dejarnos así este invaluable legado. Pero en la medida en la que avanzábamos, el desafío crecía en magnitud, porque no solo debía trabajar a nivel musical en este nuevo lenguaje con los compañeros de la OSN, sino que además debíamos encontrar un elenco de danza capaz de adherirse con solvencia a esta puesta desde un lenguaje de expresión moderno y contemporáneo (no folklórico) y un elenco coral con cantantes profesionales capaces de abordar los desafíos técnicos y vocales que la obra demanda”.

Foto: Cortesía del autor

Desandar la partitura para comprender la obra

A su vez, el director de orquesta José Ariel Ramírez, consultado sobre este desafío, expresa: “Sí, ha sido muy especial. Desde el momento de recibir la partitura hasta el mismo día de la puesta en el escenario, los desafíos no cesaron. El facsímile del score fue el primer obstáculo. Desandar la partitura requiere de mucha responsabilidad, pues posee distintas capas que no se dejan ver a simple vista y que requieren de criterios compositivos. Flores ha sido muy claro y transparente en sus ideas primigenias sobre la guarania, pero estas versiones “rusas” constituyen un camino nuevo (al menos lo era en 1969) que requiere otro tipo de análisis a la hora de la interpretación. La guarania aquí rompe todas sus ataduras, la forma Lied (canción estrófica), que fue fundamental en la elaboración de sus primeras composiciones, da lugar a una estructura mucho más elaborada. El tratamiento de la armonía es mucho más audaz, la disonancia es utilizada intencionalmente. Son contadas las guaranias de compositores de esa generación que utilizan tonos enteros. Producto de esos nuevos recursos armónicos el espectro tímbrico cambia. ¿Cuántas veces hemos escuchado obras sinfónicas/corales donde el coro no sea el protagonista absoluto, sino una voz más dentro de la búsqueda musical?

“El trabajo con el ballet ha sido muy bueno, tanto las bailarinas como las profesoras mostraron mucha apertura en aprender y entender la guarania desde sus aspectos más técnicos. Son muchas las variaciones rítmicas que propone Flores y que, si no se comprenden, se pierden. La coreografía ha sido muy interesante y ha estado a la altura de la música. Definitivamente, no es fácil coincidir en todo; sin embargo, hemos respirado juntos y bailamos en complicidad y eso es difícil de lograr.

“Con el coro hemos trabajado mucho para encontrar la interpretación a la altura. Requiere de mucha masa coral y en definitiva estuvo concebida para voces líricas. El desafío de la interpretación en un teatro de ópera ‘a la italiana’ implica estar distanciados y escucharnos todo el tiempo. El balance se dio naturalmente producto del entendimiento de las secciones. El resultado fue muy bueno y, en definitiva, lo que esperábamos lograr”.

José Asunción Flores. Cortesía

José Asunción Flores. Cortesía

Ocho mujeres en movimiento

Y, por último, la maestra de ballet Gloria Oviedo asevera: “Cuando Victoria Sosa y José Ariel Ramírez me hablan de la presentación del Poema Sinfónico ‘India’, para el 18 de agosto de 2024, les relaté la línea argumental que conlleva y sostuve: necesitamos muchos recursos, no llegamos. Las palabras de Victoria me animaron, si en 55 años no se ha hecho y seguimos esperando que todo esté perfecto, pasarán otros más. Aquí empieza el desafío. Entonces, mi planteamiento fue seguir el guion construido con Antonio Pecci para el video danza en 2019, con las ideas coreográficas que ya las tenía trabajadas. Con los colegas Patricia Martínez y José Álvarez, excompañeros del extinto Ballet Nacional de Paraguay, trabajamos en equipo en la dirección coreográfica de la obra, un trabajo creativo que requirió la entrega plena de todos, y más de las ocho mujeres danzantes de la Compañía Danza Bellas Artes (Kiara Sánchez, Micaela Martínez, Suyay Castro, Vivian Centurión, Mayra Hermosilla, Fátima Galeano, Ruth V. Vázquez, Sarah Marecos), dispuestas en mente y cuerpo a este proceso. Ocho mujeres que conforman un todo, conectando movimiento, música y voz en la representación de la kuña, de la mujer, de India.

“Es en este laboratorio de movimiento, de ideas, de imágenes, de pensamientos, de sensaciones, desde el lenguaje de la danza contemporánea, donde surgen los movimientos que recrean el imaginario de José Asunción Flores y Manuel Ortiz Guerrero sobre el ideal de India: “bella mezcla, silvestre mujer, diosa, pantera, montaraz, doncella, que sabe querer y sabe soñar; un ideal de mujer empoderada, pensada en un tiempo donde la mujer no alcanzaba aún a transitar esa libertad con pasos firmes, como hoy.

“Hemos enaltecido en India, a la mujer altiva, fuerte, virtuosa, libre, cualidades que nos hablan de su estirpe ancestral, de su relación con la tierra y lo sagrado, que nos hablan de nuestra propia estirpe. Tomando palabras, con las voluntades de todos, llegamos a la meta”.

 

* Antonio V. Pecci es periodista e investigador.

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