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Teatro: Diego Mongelós y lo que subyace bajo el mito de “Hemingway”

Diego Mongelós © Andrés Goiburú

Diego Mongelós © Andrés Goiburú

Este viernes 25 sube a escena la puesta teatral Hemingway, en el Teatro Arlequín. Se trata de una obra escrita por la dramaturga peruana Maritza Núñez y dirigida por Diego Mongelós. En ella, el escritor norteamericano Ernest Hemingway es recluido en una clínica psiquiátrica donde es sometido a tratamientos de electroshock. La obra reflexiona acerca de la memoria como elemento constitutivo de la identidad humana y sobre la dualidad de la energía creadora y destructiva que forma parte de la naturaleza del hombre.

Integran el elenco Pablo Ardissone (Ernest Hemingway), Joaquín Díaz Sacco (el enfermero), Ariel Galeano (Ezra Pound), Ariell López Sabino (soldado) y Jorge Torres (padre de Ernest). El espacio escénico es diseño de José Luis Ardissone y el vestuario es una creación de Alejandra Ardissone.  Las luces están a cargo de Martín Piccinini y el mundo sonoro corresponde a  Nahuel Mello. 

Conversamos con el director en torno a esta nueva puesta.

© Andrés Goiburú

—¿Por qué retomar la figura de Hemingway?
—La figura de Ernest Hemingway siempre ha generado fascinación en los lectores. El escritor aventurero que escribió la mayor parte de su obra entre 1920 y 1950 siendo, además, corresponsal de guerra. Hemingway logró construir un mito alrededor de su figura, al punto de que frases de sus novelas, como “El hombre no fue creado para la derrota”, están presentes en la memoria colectiva. Inclusive el mito superó a la obra y su personalidad genera admiración en quienes ni siquiera han leído algo de él. El hombre de mundo, el conquistador de mujeres que se embarca en aventuras, amante de la naturaleza y la libertad. La escritura de Hemingway, como es natural al acto de escribir, es una extensión de su propia personalidad, de su propio ser, de la conformación de su yo. Lo interesante es escarbar qué es lo que subyace bajo la figura del mito, qué necesidades o heridas construyen esa coraza del macho aventurero.

Pablo Ardissone como Hemingway © Andrés Goiburú

—¿Cómo fue el proceso de creación de la obra?
—Por las condiciones que estamos viviendo empezamos a analizar el texto con el elenco en reuniones virtuales. Creo que de alguna manera esto nos proporcionó un tiempo interesante de debate acerca de lo que cada uno entendía de la historia y de la participación de cada uno de los personajes. Una vez iniciados los ensayos a partir de consignas específicas, cada uno de los miembros del elenco aportó de manera creativa, tanto a la construcción de los personajes como al proceso de montaje de la obra. El texto de Maritza Núñez presenta al escritor en sus últimos momentos de reclusión en la clínica Mayo, donde fue sometido a tratamientos de electroshock  a la edad de 61 años. Trabajamos en un espacio comprimido, reducido, emulando de alguna manera la situación en la que se encontraba Hemingway, explorando las posibilidades de relación tanto con ese espacio como con los actores entre sí.

Joaquín Díaz Sacco como el enfermero © Andrés Goiburú

—Hemingway tenía una prosa muy característica, a menudo llamada  “atlética” o “dura”. De alguna manera, Hemingway se escondía en lo que hay debajo de su prosa. ¿Estas son ideas que la puesta en escena retoma? ¿Cómo?
—Es interesante esta pregunta porque justamente es el punto de partida para plantear el carácter y  la puesta en escena de la pieza. Cuando recibí el texto de manos de José Luis Ardissone, lo que me llamó la atención fue, justamente, que esas características de la prosa minimalista de Hemingway no se encontraban presentes en el planteamiento del texto en ningún nivel significativo,  sino todo lo contrario. El texto plantea un universo onírico que roza lo surreal. Está mucho más enfocado en lo que sucede por debajo. Busca de alguna manera deconstruir la personalidad del escritor desde lo que mencionás como escondido, las zonas oscuras, y se inicia un viaje onírico, introspectivo hacia aspectos más sombríos y contradictorios de su personalidad.

Jorge Torres como Clarence Hemingway © Andrés Goiburú

—¿Qué debe esperar el espectador que va a ver “Hemingway”?
—La obra es una reflexión constante acerca de  la memoria como elemento constitutivo de nuestra personalidad. Estamos construidos de nuestros recuerdos y obramos en relación con ellos. La lucha por mantener nuestros recuerdos es la lucha por mantenernos vivos. A pesar de la adversidad, la resolución de luchar por mantenernos firmes es lo que alimenta  la fuerza de nuestra humanidad.

Ariel Galeano como Ezra Pound © Andrés Goiburú

La obra continuará con otras siete funciones, los días 26 y 27 de junio, así como 2, 3, 4, 10 y 11 de julio. Los viernes y sábados las funciones serán a las 20 horas y los domingos a las 10 en Teatro Arlequín, Antequera 1061.

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