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Cambio climático y sequías: ¿Estamos preparados para enfrentar el futuro?
Las temperaturas récord y las prolongadas sequías están marcando el presente de Paraguay y la región, dejando en evidencia el impacto tangible del cambio climático global. Mientras los termómetros alcanzan cifras históricas, las comunidades enfrentan desafíos críticos como la disminución de recursos hídricos, el deterioro de cultivos y un incremento en las enfermedades relacionadas con el calor extremo.
Este escenario no es casualidad, sino el resultado de la interacción entre fenómenos naturales, conocidos como El Niño y La Niña, y las actividades humanas que intensifican el calentamiento global. Frente a esta nueva realidad, la adaptación y la mitigación de sus efectos se vuelven imperativas, no solo a nivel local, sino también en el ámbito regional y global.
Ante esta situación y motivados por conocer cómo podemos enfrentarnos a ello, desde El Nacional nos pusimos en contacto con la ingeniera ambiental y profesional en Meteorología, Ruth González, quien nos brindó un panorama que no es nada positivo, a menos que se tomen fuertes políticas y acciones para hacer frente a los pronósticos.
¿Qué factores están impulsando las altas temperaturas y la sequía que estamos experimentando actualmente, y cómo se relacionan con el cambio climático global?
Actualmente, existen varios factores que se están alineando para alcanzar valores récords de temperaturas máximas, olas de calor intensas durante el 2024 e inicios del 2025. En cuanto al factor de variabilidad climática, si bien el fenómeno de El Niño fue declarado a inicios del 2024, el déficit hídrico en la región persistió, ya que las lluvias no fueron suficientes durante el período de El Niño para lograr normalizar el balance hídrico en nuestro país.
Desde el 2020, se declararon consecutivamente la Niña en nuestra región, lo cual significó 3 años de déficit de lluvias, por lo cual, este es uno de los factores más importantes para la persistencia de este comportamiento de las temperaturas elevadas y déficit de precipitación; además del calentamiento generado por las emisiones humanas, destacando por ejemplo los incendios persistentes que tuvimos a mediados del 2024 en la región y que afectó la calidad de aire en gran extensión de Bolivia, Brasil, Paraguay y Argentina.
¿Qué impacto tienen estos fenómenos extremos en la agricultura, el acceso al agua potable y la salud de las comunidades más vulnerables?
Las temperaturas elevadas y el déficit de lluvias generan estrés a los cultivos e incremento de las plagas y enfermedades, reduciendo la producción; se presentan pérdidas en la ganadería debido a que las condiciones son propicias para la disminución de la disponibilidad de alimentos para el ganado. En cuanto al acceso al agua potable, especialmente en el Chaco, las comunidades vulnerables fueron quienes se vieron más afectados por la disminución de las fuentes de agua, condición que fue extrema en este último período de sequía.
Las comunidades vulnerables son las más afectadas por tener menor capacidad de adaptación y recursos para mitigar los impactos y necesidades generadas por las temperaturas elevadas y la falta de agua, lo que lleva a desarrollar por ejemplo enfermedades relacionadas a las temperaturas elevadas (golpe de calor, deshidratación, dengue, etc.) y el acceso limitado a los centros de salud agrava la situación.
Desde una perspectiva científica, ¿podemos esperar que estos eventos climáticos extremos se vuelvan más frecuentes e intensos en los próximos años?
Si, los distintos modelos que se utilizan para proyectar los escenarios de cambio climático muestran una tendencia al aumento de temperaturas, frecuencia e intensidad de las lluvias, además una modificación en los patrones de los mismos, es decir, que se generen eventos extremos en donde antes no se lo registraban o viceversa; según el IPCC, (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático), las magnitudes crecientes del calentamiento aumentan la probabilidad de impactos severos, generalizados e irreversibles, también según el IPCC, se prevé que las sequías y las olas de calor se vuelvan más intensas, y las olas de frío menos intensas y menos frecuentes y también se prevé que todas las estaciones continúen calentándose, para fines de este siglo, si continuamos emitiendo gases de efecto invernadero al ritmo actual, se espera que ocurran todos los años eventos de calor extremo que solían ocurrir solo una vez cada 20 años
¿Qué medidas deben tomarse a nivel local, regional y global para mitigar los efectos del cambio climático y adaptarse a los nuevos patrones climáticos?
En cuanto a medidas de Mitigación, se podría reducir el uso de combustibles fósiles y aumentar el uso de energías renovables como la solar y eólica, y generar mecanismos de gestión de residuos de esta actividad que sean eficientes y no generen mayores impactos en el desarrollo de esta actividad. Se debe instar al uso de la energía de manera más eficiente, tanto del sector industrial como el residencial. Tendría que haber también un cambio en los hábitos, y se podría instar a reducir el consumo de carnes, ya que la industria de la carne causa un gran impacto en cuanto a sus emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial debido al manejo de la industria y el cambio de uso de suelo provocado por la misma.
Se debe instar a mejorar la capacidad de la Tierra para almacenar carbono, incentivando a mejorar los mecanismos de gestión ambiental de los países en cuanto a los procesos que impliquen la perdida y la reposición de la cobertura boscosa y además incentivar a la reforestación y restauración de bosques para incrementar la capacidad de captura de carbono de la tierra. Se debe instar a la eficiencia energética de los grandes edificios a fin de reducir la demanda energética, apostando por la sostenibilidad y seguridad de estas edificaciones
En el contexto de Paraguay (o región específica), ¿qué herramientas o políticas están siendo implementadas para prever y manejar los efectos de la sequía y las olas de calor a corto y largo plazo?
A nivel regional, se creó el SISSA. El SISSA es el Sistema de Información sobre Sequías para el sur de Sudamérica. El SISSA provee herramientas e información sobre las sequías y sus impactos a gobiernos, instituciones no gubernamentales y privadas, e individuos.
Esta información permite:
– Monitorear y predecir la ocurrencia de sequías;
– Anticipar los impactos esperables en sectores económicos y comunidades; y
– Fomentar la planificación y preparación anterior a la ocurrencia de sequías para mitigar sus daños, aumentar la resiliencia y reducir la vulnerabilidad.
El SISSA es una institución virtual que funciona en el marco del Centro Regional del Clima para el sur de América del Sur (CRC-SAS). A continuación, el enlace https://sissa.crc-sas.org
En cuanto a manejo de los efectos de la sequía, el Mades es el organismo responsable emitir regulaciones en cuanto al uso de los recursos hídricos ante situaciones adversas y de promover mecanismos de mitigación y adaptación a los eventos meteorológicos y climatológicos extremos, existen leyes que establecen límites de emisiones, como la ley de calidad de aire, y también se están incorporando políticas de uso de combustibles para reducir los gases nocivos de los mismos; sin embargo, se debe impulsar la mejora en cuanto al control del cumplimiento de las medidas para aumentar su efectividad a corto, mediano y largo plazo.
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