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Empleo crece bajo sombra de informalidad

El 2024 cerró con un panorama mixto en el mercado laboral: mientras la tasa de ocupación mostró una leve mejora, la informalidad continúa siendo el gran obstáculo para el crecimiento sostenido y la calidad del empleo. Aunque más personas encontraron trabajo, la precariedad sigue afectando a una gran parte de la población trabajadora.

Más empleo, pero ¿de qué calidad?

Según los datos del cuarto trimestre de 2024, la tasa de ocupación alcanzó el 68,1%, lo que representa un incremento de 0,7 puntos porcentuales con respecto al año anterior. A su vez, las tasas de desocupación e inactividad disminuyeron, lo que indica que más personas se sumaron a la fuerza laboral y lograron encontrar empleo.

Sin embargo, el tipo de empleo generado sigue siendo motivo de preocupación. El 67% de los ocupados se encuentra en el sector terciario, principalmente en el comercio (30,2%) y en los servicios comunales, sociales y personales (25,8%). Muchas de estas actividades se caracterizan por su baja productividad y salarios reducidos, lo que limita el bienestar económico de los trabajadores.

La informalidad: el enemigo silencioso

Uno de los datos más alarmantes es la alta tasa de informalidad, que alcanzó el 62,1% de la población ocupada. Este fenómeno es especialmente prevalente entre los trabajadores domésticos y los cuentapropistas, quienes carecen de garantías laborales, seguridad social y estabilidad económica.

El crecimiento económico experimentado en el país no ha sido suficiente para generar empleo formal y de calidad. La ausencia de una política laboral efectiva y el escaso fortalecimiento del sector productivo han provocado que una gran cantidad de trabajadores se vean obligados a desempeñarse en condiciones precarias.

Desafíos y soluciones: un camino por recorrer

Para transformar el mercado laboral y mejorar la calidad del empleo, es fundamental implementar estrategias que promuevan la formalización del trabajo. El fortalecimiento de las pequeñas y medianas empresas, junto con una mejor educación y capacitación laboral, será clave para reducir la informalidad y garantizar empleos dignos y sostenibles.

El 2024 dejó un mensaje claro: si bien hay avances en la generación de empleo, estos no son suficientes si no se traduce en trabajos con derechos, estabilidad y remuneraciones adecuadas. Paraguay necesita una revolución laboral, una que permita que el crecimiento económico se refleje en la calidad de vida de su gente.

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