Cultura
Así vio Pablo Alborno las misiones jesuíticas: en “doloroso abandono”
Iglesia de Jesús. Divino Cristo y detalles de las ruinas. Publicación de la Sociedad Científica del Paraguay, 1941. Cortesía
Los 12 volúmenes que componen la Biblioteca de la Sociedad Científica del Paraguay fueron puestos a disposición del público por la institución. Entre ellos, el número nueve ofrece un extenso ensayo sobre el “Arte jesuítico de las misiones hispano-guaraníes”, firmado por el célebre artista Pablo Alborno. La publicación apareció el 14 de mayo de 1941, cuando Andrés Barbero presidía la Sociedad, con motivo de cumplirse el cuarto centenario de la llegada de la Orden Jesuítica al Paraguay.
En el texto, Alborno detalla las impresiones de su viaje a las misiones, realizado en 1937 para estudiar el arte jesuítico colonial, invitado por el entonces ministro de Agricultura, Guillermo Tell Bertoni.
Tras las consideraciones generales sobre el tema y un amplio desarrollo sobre el origen de los pueblos guaraníes, sus usos, costumbres y creencias, y las características de sus diversas expresiones artísticas, Alborno describe, uno a uno, sus hallazgos en cada lugar. Luego termina su largo escrito con un “Informe sobre las ruinas jesuíticas” dirigido al ministro de Justicia, Culto e Instrucción Pública, Crescencio Lezcano. El texto da cuenta del valor estético del arte de las misiones y expone su estado de “doloroso abandono”, al tiempo que aconseja al ministro declarar monumento y patrimonio nacional “esas obras de arte colonial”. A continuación, el texto del informe Alborno.
Informe sobre las ruinas jesuíticas
Asunción, Enero 25 de 1937
Señor Ministro:
Cumpliendo la misión que Ud. me ha encomendado de paso, por la excursión a las Misiones llevada en propaganda agrícola por el señor Ministro Prof. Guillermo T. Bertoni; que gentilmente me ha pedido acompañarlo junto con el artista Jaime Bestard para aprovechar a hacer algunos estudios relacionados con el arte jesuítico.
Cábeme el honor de elevar a Ud. un informe de pericia artística, referente a las investigaciones hechas en los diversos pueblos de las Misiones, desde San Miguel hasta Santiago, este último demuestra ser el primer asiento de las misiones jesuitas. De las investigaciones hechas he hallado muchas bellas obras de un arte clásico del Renacimiento Barroco-romántico y español Churrigueresco del siglo XVII al siglo XVIII, hechas por la Congregación Jesuítica de la época.
Estas obras escultóricas hechas por maestros y otras hechas por los alumnos nativos exponen haber tenido una elevada preparación artística que se hallan por toda la región de las Misiones. El detalle completo sería extenso por las cuantiosas obras del más bello arte colonial de gran valor artístico, muchas de ellas se hallan en poder de particulares y otras tantas amontonadas en los rincones de las iglesias que eran retiradas de los derrumbes de las antiguas Iglesias Jesuíticas, que la mayor parte de ellas se hallan en completa ruina, salvo alguno de los torreones para campaniles de la iglesia de Santa Rosa que se halla en perfecto estado por ser de piedra y que también presenta peligro si no se toma las medidas necesarias para salvar esa exponencia del pasado.
El arte predominante es la escultura en madera, tallado con técnica maestría del estilo clásico Barroco-colonial, cuya ejecución primorosa de esas imágenes de bella expresión, pintadas y decoradas con dorados puro, como son los retablos y altares del más imponente conjunto artístico y del más puro clasicismo del arte colonial, como las pinturas decorativas al fresco que se encuentran en Santa Rosa en el Baptisterio, donde existen cuadros murales pintados con la más técnica perfección del arte pictórico, tanto por sus tonos como en sus grupos de composiciones de figuras admirablemente hechas con colores que fueron extraídos del mismo suelo, minerales y vegetales, que aplicaban en la época, estas pinturas podrían ser orgullo en la misma Europa por su inmenso valor artístico; encontrándose hoy en el más doloroso abandono, es digno de ser salvadas de su completo deterioro como del derrumbe que amenaza el único edificio que aún se encuentra en pie, y esto se haría reparando el techo y aceitando sus puertas que son de hermoso tallado, para su conservación, y hacer de este Baptisterio un Museo donde puede reunirse parte de las obras depositadas en casas particulares y algunas abandonadas en las iglesias; cuyo valor artístico de este fresco es uno de los mejores que se hallan en el Paraguay y Sud América.
Como igual hacer con las diversas imágenes que se encuentran en los distintos pueblos de esa región, recogerlas y catalogarlas, haciendo de ellas exponencia en los Museos que serán establecidos en cada iglesia y puede servir de educación artística a los educandos de las Escuelas y la administración a los amateurs, de este bello arte clásico del hispano, guaraní; de esta manera a la vez se fomentaría el turismo para contemplar esas obras artísticas y la rica naturaleza de estas regiones con sus bellos panoramas, y cerciorarse de las riquezas ocultas en el mismo suelo.
Por estas consideraciones, señor Ministro, es que solicito la atención que requieren estas joyas del arte colonial que pudieran ser orgullo del pasado, educación al presente y un bello documento para el porvenir, y éstas sirven como evolución histórica del país, máxime que en ella está representada parte de una elevada cultura artística de nuestros antepasados, los indios Guaraní, quienes fueron llevados a colaborar como artífices en el Río de la Plata.
Permitiéndome aconsejar al señor Ministro, declare por un Decreto-Ley, esas obras del Arte Colonial, como monumento y patrimonio nacional pasado todas a ser propiedad del Estado y en custodia en las mismas iglesias como para formar el Museo, de esta manera se salvará lo poco que aún queda del despojo e indiferencia que se ha venido teniendo hasta el presente de esta exponencia maravillosa del arte clásico hispano-guaraní.
Y nombrar una comisión artística y arqueológica para organizar, y cuidar de la restauración de los edificios que pueden perjudicar a estas obras y para despertar el interés por estas reliquias de no menos valor que las que se encuentran en los Museos de Europa, de este estilo clásico Colonial. A la vez, aportaría a estos pueblos grandes beneficios prácticos por los visitantes que concurrirían a curiosear las cuantiosas obras del más bello arte de la época Jesuítica.
Esperando del señor Ministro que por los sentimientos de patriotismo que le caracteriza, tomará con interés este problema, en bien de la cultura artística e histórica del país, salvando cuanto antes esos restos de un bello arte del pasado que habla con orgullo al presente y una hermosa muestra para el futuro.
Respecto al pedido verbal para informarle sobre la iglesia de San Ignacio, puedo decirle que nada de ella existe, encontrándose en la más completa ruina, al lado hay un caserón solo, que fue primer asiento de la Congregación de los Jesuitas donde tuvieron Colegios y Escuelas de Artes y Oficios, este caserón es sin ningún valor artístico, sólo representa arqueología histórica del pasado como expone la fotografía que acompaño. Hoy está ocupado por algunos hermanos de la Congregación, con un Director al frente, que según sus manifestaciones al señor Ministro de Agricultura, en ocasión de dicha gira, ha solicitado a ese Ministerio en propiedad como reliquia de sus antepasados hermanos religiosos. El caserón mide unos sesenta metros de largo y quince metros de ancho, sus paredes son de un metro y un metro y medio, todo de adobe, el techo es de teja y la mayor parte de él presenta peligro de derrumbarse; y es aconsejable ceder a dicho Director en propiedad con la condición que una vez abandonado por él pasaría de nuevo a ser del Estado, salvo mejor parecer del Superior Gobierno.
Pero todas las obras de arte que se hallan en poder ellos, deben declararse como patrimonio del estado y cederlas en custodia para establecer en la misma o en la iglesia, un Museo para ser visitado por el público, debiendo ser también catalogados e inventariados todos los retablos, altares, púlpitos, sillones, y todo lo que represente las obras clásicas del arte colonial jesuítico.
Y como es el ideal de un Gobierno Nacional patriótico, que alienta las grandezas del país, como es el gobierno del presidente provisional don Rafael Franco y su digno Ministro que fomenta el progreso moral y material de la patria nueva, acogerá con impulso esta petición por ser de justicia y patriotismo.
Firmado: Pablo Alborno
El autor
Pablo Alborno fue premiado con medalla de plata en la Exposición del Centenario de Buenos Aires en 1910. Expositor en la exposición de Roma los año 1904 al 1907. En Baltimore, Nueva York 1935. Exposición arte Nacional en Buenos Aires 1933. Exfundador y Director de la Academia de Bella Artes 1909. Profesor de Dibujo en el Colegio Nacional de la Capital, Colegios Incorporados de la Segunda Enseñanza. Vicepresidente y Fundador del Museo Etnográfico y Arqueológico de la Soc. Científica del Paraguay. Investigador del Arte y origen de la Raza Guaraní. Autor de estudios sobre el Arte Hispano Guaraní y Arte Jesuítico de las Misiones.
Nota de edición: Agradecemos a la Sociedad Científica del Paraguay el habernos proporcionado la publicación completa del ensayo de Pablo Alborno, de la cual reproducimos el presente texto, por considerarlo de interés para los estudios sobre el arte de las misiones jesuíticas.
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