Peña dice que situación de Tacumbú no es una crisis y promete solución “de fondo”

Tras la situación generada en la penitenciaria de Tacumbú, el presidente de la República, Santiago Peña junto a su equipo de gobierno, brindó una conferencia de prensa donde sostuvo que su Gobierno “no va a negociar” con los reclusos que forman parte del Clan Rotela y que habrían exigido beneficios a cambio de reponer la normalidad en la cárcel de Tacumbú y liberar a los rehenes.

“No estamos para negociar con personas que están privados de su libertad. (…) No podemos utilizar (como pretexto) la insuficiencia de la seguridad penitenciaria, no podemos ceder con estos pretextos a lo que es la delincuencia y el crimen organizado. (…) Mantuvimos una comunicación con ellos mediante el viceministro de Política Criminal, Rodrigo Nicora”, sostuvo Peña.

El mandatario dijo que, como solución, se comprometen a “mejorar la condición de vida” de los reos y profesionalizar al personal penitenciario. Intentó minimizar la situación, alegando que no es “una crisis”, sino un problema del gobierno anterior de Mario Abdo Benítez, a quien solo le “faltó asfaltar el Río Paraguay”.

“No es algo nuevo esto, desde hace años venimos trabajando. Sabíamos ya desde años que es una penitenciaría superpoblada. Tenemos miles de reclusos, de los cuales solo 1.000 tienen una condena. Esto no solo afecta al Poder Ejecutivo. Para una problemática compleja, hay que dar una solución compleja”, sostuvo.

“Se olvidaron de terminar las cárceles, por eso les pedimos a los del Ministerio de Justicia que aceleren en la terminación de las nuevas cárceles y en la formación del personal penitenciario, que son los problemas que tenemos ahora, pero estamos decididos a avanzar. La población penitenciaria está por encima de la capacidad de infraestructura, el personal penitenciario no tiene las condiciones, las herramientas que necesitan”, añadió.

También confirmó que los guardiacárceles y las mujeres que habían sido retenidos como rehenes ya fueron liberados, aun sin dar a conocer cómo específicamente lograron desactivar la medida de fuerza de los reos.

El jefe de Estado, aseguró que con miras a llegar a una solución “compleja” y de fondo, se enfocará en la profesionalización del personal penitenciario y mejorar la calidad de vida de los internos, sobre todo “en el respeto a los derechos humanos”.

Respaldo al ministro de Justicia

Durante la conferencia de prensa, Peña respaldó a su vez al titular del Ministerio de Justicia, Ángel Barchini, afirmando que no será removido del cargo, pese a todas las críticas en su contra debido a que fue quien generó la problemática en Tacumbú, tras señalar que un policía fugado fue secuestrado y asesinado por el clan Rotela.

“Esta no es una responsabilidad el Ministerio de Justicia. Quiero manifestarle todo mi apoyo al ministro y viceministro, quiero decirles que esto es una responsabilidad del Gobierno. Agradecer también a las Fuerzas Armadas que vienen desarrollando una gran labor. (…) Se diferencia ambos roles, el Ministerio de Justicia, que se enfoca más en política penitenciaria, y el Ministerio de Trabajo, en los empleos”, alegó.

El mandatario recordó que a comienzos de este año se aprobó una ley de emergencia penitenciaria, mediante la cual se permite contratar sin ningún proceso a personal penitenciario “para dar tranquilidad y seguridad a quienes están afuera y dentro de los centros penitenciarios”.

Los pedidos principales de los reclusos para liberar a los guardiacárceles y mujeres que tenían retenidos desde este último martes y devolver la normalidad a Tacumbú eran que haya garantías de que los organismos de seguridad del Estado no van a entrar al penal y que se defina una fecha definitiva de cuándo van a abrir la cárcel para nuevos reclusos.

Con respecto al ex suboficial Oliver Lezcano, dijo que no maneja mayor información y solo corroboró que “no estaba muerto, andaba de parranda”.

Cabe mencionar que Barchini dijo que tenían información de que Lezcano no se fugó del penal, sino que habría sido secuestrado y luego asesinado por parte del Clan Rotela. Estas declaraciones generaron molestias en el grupo que encabezó la revuelta con retención de rehenes y pedido de renuncia de Barchini.