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Economía

Cantidad vs. calidad: tema de fondo detrás de la “estabilidad laboral” que propone Peña

Santiago Peña en la Expo Negocios. Foto: Presidencia.

Santiago Peña en la Expo Negocios. Foto: Presidencia.

Las recientes declaraciones del primer mandatario de que la estabilidad laboral “está condenando al trabajador paraguayo a no jubilarse” y que, por lo tanto, llevará a cabo el “mayor cambio en la historia de la ley laboral en Paraguay”, originó un sunami de reacciones que abre la interrogante ¿puede acaso pretenderse generar más puestos de “trabajo de calidad” atentando contra un derecho laboral?

“Incentivos” es una palabra clave para entender la problemática de la creación de empleo tanto para el que da trabajo como para el trabajador. De hecho, como suele decir del Premio Nobel de Economía, Robert “Bob” Aumann: “La economía es la rama de la ciencia que estudia los incentivos”. Y el actual presidente tuvo como una de sus principales promesas electorales la creación de medio millón de puestos de “trabajo de calidad” reafirmando tal promesa desde su primer discurso como oficial:

(…) La clave para que el crecimiento llegue a la gente es el acceso a empleo de calidad, que no solo brinde seguridad social, sino que ofrezca oportunidades de desarrollo y bienestar para los trabajadores. Necesitamos generar por lo menos 500.000 nuevos empleos de calidad para atender la demanda de la población y el crecimiento anual de nuevos ingresantes a la fuerza laboral.

“Con trabajos precarios difícilmente se pueda salir de la pobreza, por lo que hacer foco en la calidad, aprovechando el mejor clima de negocios de la historia del Paraguay, resulta imperante” indico el economista y catedrático Arturo Cardús, consultado sobre el tema.

Cantidad vs. calidad

El tema laboral abarca principalmente tres aristas: económico, por el impacto en el bolsillo del trabajador, el legal, en cuanto a los derechos y obligaciones, y el social, ya que todo lo que afecte al empleo impacta en la sociedad en su conjunto.

“En todo el mundo, hasta en las potencias económicas, resulta un desafío para cualquier gobierno ayudar a la creación de más y más puestos de trabajo constantemente. Para el efecto generalmente se recurre a la mayor flexibilización de las normas laborales, pero en detrimento de la calidad de los puestos de trabajo. Se sabe que a mayor masificación de un producto o servicio baja la calidad de este y la creación de puestos de trabajo no es la excepción”, mencionó el economista.

Los mejores ejemplos de lo anterior son países asiáticos como China e India.

En la India, su primer ministro, Narendra Modi, tuvo como promesa electoral crear al menos 40 millones de puestos de trabajo para su actual periodo. No es de extrañar que para el efecto no haya modificado el salario mínimo indio, que al cambio actual equivalen a G.484.000 mensuales por 48 hs semanales.

Se recuerda que India, con 1437 millones de habitantes, tiene actualmente una población superior a China, país que hasta hoy sigue manteniendo su estilo “996” de 9 am a 9 pm 6 días a la semana, aunque antes de la reforma laboral era un solo día libre al mes y quedaba a criterio del empleador. Y ni hablar de los demás derechos laborales.

Todo esto contrasta con la oferta laboral de países primermundistas que se caracterizan por ofrecer elevados salarios por relativamente pocas horas semanales y múltiples beneficios sociales. Francia, Bélgica, Luxemburgo y los países escandinavos suelen ser los mejores ejemplos al respecto.

Brecha e incentivos

Según declaraciones del titular del Instituto Nacional de estadística (INE) Iván Ojeda, solo el 15% de los trabajadores del sector privado cuentan con más de 10 años de antigüedad laboral en sus puestos de trabajo.

Dicho lo cual, las declaraciones del primer mandatario hacen entrever otro punto diferencial, la creciente desigualdad de la calidad de ofertas laborales entre el sector público y el privado. Cabe recordar que los contratos colectivos de trabajo brindan a los funcionarios públicos de beneficios sociales que ni son imaginables en el sector privado.

“Para muchos profesionales el sector privado está perdiendo brillo, ya que actualmente el sector público es el que ofrece mayores incentivos en lo laboral a pesar de que los ingresos siguen siendo superiores en el sector privado, tal parece que el paraguayo apuesta más por la estabilidad y el largo plazo”, mencionó Cardús.

Conclusión

A pesar de las múltiples aristas del tema central, la masificación y estructuración del trabajo resulta esencial para orientar al país hacia una nueva era de impulso económico, aprovechando factores como el reciente grado de inversión. Todo indica que el desenlace está aún lejos de verse, solo resta esperar que el trabajador no sea nuevamente el perjudicado.

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