Opinión
Sobre el primer año de Gobierno
Una semana, esta, cargada de contenido político en el marco del primer año de gestión del presidente Santiago Peña. Por un lado, la renuncia de una de las funcionarias más importantes de la administración actual, hecho que generó diversas teorías sobre presiones políticas ejercidas por otros miembros del Gobierno, aunque dicha funcionaria asegura que su decisión responde a motivos personales y familiares.
Otra cuestión muy llamativa es el retorno del expresidente de la República, Mario Abdo Benítez, quien apareció en escena bastante decidido a retomar su carrera política, mencionando que no es su interés postularse a ningún cargo, pero sí acompañar y apoyar candidaturas de integrantes de su movimiento en defensa de la democracia, luego de que llegara una nueva sanción por parte de EE. UU. al presidente del partido de gobierno a través de una de las empresas que le pertenecía, en cuyo contexto, miembros del Gobierno y la Cancillera paraguaya convocaron al embajador de los EE. UU. Tanto el canciller Ramírez Lezcano como la jefa de Gabinete, Lea Giménez, no parecían muy contentos con esta decisión y está en duda que el causal de renuncia de la jefa de Gabinete haya sido por ese motivo.
Analicemos un poco cómo se lleva a cabo este primer año de gestión, porque en campaña electoral las promesas son infinitas y la realidad, una vez asumido el poder, también son múltiples. El manejo del poder es mucho más complejo de lo que se cree porque existen muchos actores políticos, tanto opositores como del mismo partido en el poder, con quienes se debe llegar a un equilibrio en la gestión, ya que, cuando acabaron las elecciones, se habló de un partido de gobierno con una mayoría absoluta de poder, en donde debería existir el consenso necesario para garantizar el equilibrio en toma de decisiones.
Más allá de este paréntesis, es importante considerar la percepción ciudadana, ya que es la única que debe beneficiarse y sentirse satisfecha con sus gobernantes. Sin embargo, según una encuesta de Ati Snead y Consultores, el 44,7% de los encuestados cree que la situación sigue igual en comparación con gobiernos anteriores. La falta de empleo lidera las preocupaciones, con un 18,8% de ciudadanos esperando que esta situación mejore, especialmente tras la reciente obtención del grado de inversión, que debería atraer nuevas inversiones al país.
La gestión de algunos ministerios fue óptima, como en el caso del MUVH, gracias a las inversiones obtenidas mediante convenios, como el realizado con Taiwán, y los fondos propios gestionados a través de la AFD. Un ejemplo similar se observa en las recaudaciones del DNIT, que aumentaron en el último año. Estas instituciones mostraron un buen desempeño debido a la conducción de profesionales capacitados y con experiencia en sus respectivas áreas, como el DNIT, el Ministerio de Economía, el Senave y el MAG. Sin embargo, en otras áreas, como las instituciones relacionadas con la salud, ha sido más difícil lograr mejoras y equilibrio. La sociedad reclama insistentemente una atención básica en salud y acceso a medicamentos. En cuanto a la seguridad, esta se sitúa en segundo lugar en las demandas ciudadanas, especialmente por el avance del crimen organizado, un fenómeno que afecta a toda Latinoamérica. Por último, la estabilidad o reducción del costo de la canasta familiar es otro tema central, ya que la población enfrenta diariamente la necesidad de asegurar lo básico para sus hogares.
Otro de los reclamos y críticas de la ciudadanía se relaciona con la percepción de falta de independencia del presidente. Según la opinión pública, existe una posible carencia de autonomía en sus decisiones. Aunque el pueblo le otorgó legitimidad al mandatario que hoy los representa, también exige que tome decisiones enfocadas en los intereses de la ciudadanía y no en los de la clase política.
Es importante destacar que el presidente gobierna con un Congreso Nacional donde posee una mayoría favorable. Esto debería permitirle alcanzar consenso y equilibrio, minimizando el margen de error, ya que en eso consiste un gobierno democrático. Sin embargo, desde la caída de la dictadura en 1989, se ha transferido mayor poder de decisión al Congreso, restando atribuciones al Ejecutivo. Hoy, se percibe que estamos gobernados no solo por el presidente, sino también por los políticos que forman parte del Congreso.
La gran interrogante es ¿quién gobierna realmente, el presidente de la República o la clase política, o ambos? Esta cuestión se podrá ir evaluando a medida que se avance en la gestión, observando si se priorizan los intereses de la ciudadanía o de un sector político específico. Además, los cambios en el Gabinete Presidencial, aunque necesarios en ciertos casos, a menudo generan retrasos en la gestión. Por ello, es fundamental implementar políticas públicas bien definidas, con un seguimiento constante de los resultados.
El anhelo de todos los paraguayos es que la gestión de sus mandatarios se enfoque en el bienestar de todos los ciudadanos. Se espera que, en este primer año de gobierno, se impulse una mejora constante, aprovechando las oportunidades que ofrece el país. La comunidad internacional percibe a Paraguay como una nación con un gran potencial, siempre y cuando se logre garantizar un equilibrio en el bienestar político, judicial y social.
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