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El ka’i Paraguay o mono capuchino

Capuchino. Foto: Carlos Ortega-

Capuchino. Foto: Carlos Ortega-

Quizás la falta de un primate en uno de nuestros bosques, y me refiero específicamente a que no haya ka’i Paraguay o mono capuchino es uno de los primeros indicios de degradación, ya que este mono ha habitado todos los bosques del Paraguay y la región, sea en el seco bosque del Chaco o los húmedos bosques de la región oriental. Y esta nota la motivó nuevamente el amigo Carlos Ortega, quien me facilitara muy bonitas fotos de este hermoso primate. Este mono relativamente pequeño (de unos 45-50 cm de largo) conocido científicamente como Sapajus cay, habita y utiliza ambientes boscosos y de sabanas boscosas, aprovechándose también de las áreas abiertas, algo que no se conoce fuera de Paraguay. Son muy habilidosos usuarios de los troncos, ramas y lianas, en la que no solo usan sus cuatro miembros, sino también su cola prensil, la que hábilmente enrosca para colgarse o liberar sus manos y pies. Además, es quizás el mono más perseguido para tenerlo como mascota, al menos el que más hemos asociado a las viviendas humanas y siendo utilizado para distracciones. Y como me han dicho algunos que compran estos animales en las rutas para evitar que se los maltrate, lo que estamos haciendo es fomentar la cosecha de estos animales incrementando la presión de extracción sobre las poblaciones silvestres.

Capuchino y su cola prensil. Foto: Carlos Ortega.

Capuchino y su cola prensil. Foto: Carlos Ortega.

Parece que los monos capuchinos en general, y no solo la especie que tenemos en Paraguay, han sufrido y están sufriendo importantes descensos en sus poblaciones silvestres a causa de la destrucción del hábitat y de la cacería. Es, quizás, junto al karaja o mono carayá los monos más comunes, a pesar de que existen otras especies de monos en el país y la región. Se sabe bastante de la ecología y del comportamiento de la especie, de cómo forman sus tropas, de que las hembras son más sociables que los machos, del tiempo que dedican las madres a cuidar las crías y la separación de los monos viejos o segregación de la tropa, quizás esto muy relacionado con reducir los riesgos de depredación para la tropa y reducir la competencia. Si ves a un ka’i Paraguay en la naturaleza, a menos que sea un anciano separado, seguramente hay varios monos más, por ahí, ya que los grupos consisten normalmente 12 a 18 individuos, aunque se forman subgrupos de dos a siete monos que parecen estar mejor juntos.

En Paraguay nos urge involucrar a la gente para reconocer la importancia de este primate en la naturaleza y de lo injusto de tenerlos en cautiverio, aun cuando consideremos que atendimos bien el bienestar animal. La especie sufre problemas por la reducción de su hábitat natural, por la cacería y por la depredación; sin embargo, se han comenzado a ver atropellamientos en ruta, contagio de enfermedades de animales domésticos, y barreras que evitan que exista flujo genético entre las diferentes poblaciones. Estas barreras pueden ser las mismas rutas, los cultivos extensivos, la ganadería y otras actividades agroganaderas y rurales.

Atento a su entorno del Capuchino. Foto: Carlos Ortega.

Atento a su entorno del Capuchino. Foto: Carlos Ortega.

Se requieren planes concretos para conservar la especie, ya que es plástica en términos de sus ingestas alimenticias (frutas, flores, hojas y pequeños animales) y otros requerimientos, las poblaciones de este mono en las áreas protegidas podrían moverse entre ellas a través de corredores que podrían identificarse en el paisaje rural, y hasta los parques en zonas urbanas y suburbanas podrían jugar un rol clave para mantener a esta especie en forma perpetua en nuestro territorio. Las hembras llegan a la madurez sexual a los cuatro o cinco años, mientras que los machos lo hacen mucho más tarde. El período de gestación es de unos 150 días aproximadamente.  Si bien técnicamente la especie no es preocupación para la conservación, ya se han aportado evidencias para poder elevar su el estado de preocupación de la especie para tomar planes concretos.

Cuando yo estudiaba biología en la década del 80 y comencé a ejercer la profesión, esta especie era científicamente conocida como Cebus apella; sin embargo, en el 2011 se descubrió que este animal tan común para nosotros se había separado del grupo de los Cebus y habrían evolucionado en una rama independiente, en la misma época en la que nosotros nos separamos de los chimpancés. Así que comparto con ustedes que cuando estudiaba confundíamos a estos monos como si hoy confundiéramos a la raza humana con los chimpancés. Una bella especie para comenzar a discutir cuestiones bioéticas, con visiones inter y multidisciplinarias, que deberemos abordar próximamente, ya que nos urge analizar, a la luz de los valores y principios morales, nuestra conducta y el efecto-consecuencia sobre la vida en el planeta.

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