El yvy’a, llamativo y clave para salvar vidas

Había escuchado sobre una planta que a veces pasa desapercibida, pero que tiene bajo tierra una raíz muy importante que puede albergar varios litros de agua. Y esto puede no ser importante en la región Oriental del Paraguay, pero en el oeste del país, donde reina la aridez y las lluvias son escasas y están limitadas a unas pocas semanas, esta fuente de agua es clave. Y en una expedición, hace muchos años, pudimos desenterrar esta famosa raíz.

Detalle de las delicadas hojas del yvy’a. Foto: Lidia Pérez de Molas.

Ahora, motivado por la estimada profesora Lidia Pérez de Molas, tengo la oportunidad de compartir fotos del yvy’a tomadas por ella y extenderme sobre esta planta. Es una planta con problemas de conservación y por lo cual deberíamos preocuparnos más. El nombre de la planta ya destaca su característica, yvy por tierra y ‘a por fruto, para referirse al órgano suculento subterráneo de la planta.

Raíz fuente de agua. Foto: Lidia Pérez de Molas

Esta llamativa planta cumplió un rol clave al proveer de agua a los combatientes de la Guerra del Chaco y a otras muchas personas para que no murieran de sed. El yvy’a se conoce científicamente como Jacaratia corumbensis y adopta otros nombres como mamoncito, cipoy y sipoe. Está restringida a una región que compartimos con el oeste de Brasil, este de Bolivia y norte de Argentina.

Técnicamente, es un arbusto que no alcanza mucha altura, con tallos delgados y una corteza grisácea de la cual se puede extraer agua, también la raíz acumula agua; algo muy conocido por los nativos, ya que ante la falta de agua en sus hábitos nómades, utilizaban esta planta para calmar la sed y así se lo habrían enseñado a los soldados de la Guerra del Chaco. Cuando se compara la raíz con el resto de la planta, su tamaño parece extremadamente desproporcionado con cualquier otra parte de la planta. Se han reportado hasta pesos de 250 kg, lo que nos hace imaginar la cantidad de agua que alberga, y también lo dificultoso de extraerla.

La llamativa fruta del yvy’a. Foto: Lidia Pérez de Molas.

Es una planta que crece en suelos arenosos y en ámbitos secos, tanto en áreas abiertas como dentro del bosque, pero que acumula agua, en particular su raíz, que es una fuente de almacenamiento de agua en forma subterránea como una muy eficaz adaptación a la escasez hídrica. Tiene una fruta muy apetecida por la fauna, y la dispersión de las semillas es por endozoocoria, es decir, que los animales, en particular los vertebrados, ingieren el fruto y las semillas ingeridas, se dispersan, en particular, gracias a los roedores, los murciélagos y otros pequeños roedores. Seguramente los humanos que ingieren la especie también juegan un rol importante en su dispersión. La fruta es muy atractiva e invita a la fauna a ingerirla.

Yvy’a – Jacaratia corumbensis. Foto: Lidia Pérez de Molas

Debido a su capacidad de soportar la falta de agua, en algunos lugares se propone su cultivo como ornamental y también se la utiliza en técnicas de Bonsái. Es una especie indicadora y la cultura guaraní lo sabe muy bien. En sus sistemas de rotación para dejar descansar el suelo, un ciclo que dura aproximadamente 30 años de los cuales cinco corresponden a cultivos y el resto al descanso y recuperación de la tierra, la presencia del yvy’a junto a otras especies, es un indicador para dejar descansar la tierra.

Jacaratia corumbensis en la naturaleza. Foto: Lidia Pérez de Molas.

Lo cierto es que una vez más vemos un elemento de la biodiversidad, ligado a la cultura, a la supervivencia, que hoy quizás pase desapercibido a nuestros ojos, pero que diferentes etnias lo conocen muy bien, y lo han utilizado para obtener el líquido elemento en un ambiente tan agreste como por ejemplo el chaqueño.

Agradezco una vez más a la profesora Lidia Pérez de Molas por sus fotos y sus enseñanzas.