En sitios altos y visibles, los tuerés

POR Alberto Yanosky

Los bosques del Paraguay tienen tres especies comúnmente conocidas como tueré que se exponen en sitios altos y se hacen bien visibles, es decir que cuando están, se los puede ver y oír. Son relativamente pasivos, es decir, que no se mueven mucho, pero emiten unos gruñidos nasales que los hace inconfundibles, no muy agradables al oído para algunos. Gracias a las fotos de Carlos Ortega y José María Paredes, quienes han tenido la oportunidad de verlos en la naturaleza y fotografiarlos, es que me animé a escribir sobre ellos, por ser llamativos, por sus formas robustas y sus colores. En gran parte de su distribución en Paraguay, mayormente en los bosques de la región oriental, Carlos nos comenta que son fáciles de fotografiar una vez identificados en el bosque. Rebeca Irala nos indica que esta especie es indicadora de bosques en regeneración, ya que le gusta visitar sitios que han sido perturbados y se encuentran en recuperación. Les gusta habitar en los claros del bosque, en el borde de estos, en bosques secundarios y hasta en plantaciones.

Los tuerés también conocidos como titiras o Tityra, género al que científicamente pertenecen los que se encuentran en Paraguay, que son las tres titiras que existirían; son aves rechonchas de cola corta, que se las puede encontrar desde México hacia el sur del continente. El nombre tiene un origen en un ser ruidoso y agresivo. Sus vocalizaciones las usan para advertir a los posibles depredadores o defender sus territorios. Aves relativamente pequeñas de 16 a 20 cm que habitan los estratos altos de los bosques húmedos. En los huecos de los árboles que habita, suele hacer sus nidos, a veces utilizando huecos hechos por pájaros carpinteros. Se alimenta de frutos de mediano tamaño, como también de insectos, y se los ha visto depredar pequeños anfibios y reptiles. Por ello es un buen controlador de insectos y un gran dispersor de semillas. Este comportamiento lo hace una especie que contribuye con la regeneración natural de las áreas que están en proceso de regeneración. Para poder tener estos hábitos alimentarios, la adaptación es un pico muy fuerte y ganchudo.

Estas tres especies que se pueden ver en Paraguay son el tueré grande (Tityra cayana), el tueré chico (Tityra inquisitor) y el tueré enmascarado (Tityra semifasciata). Llama la atención que estas tres especies puedan convivir en el mismo ambiente, los bosques altos húmedos, ya que tienen comportamientos muy similares, por lo que la investigación científica debería poder indicarnos cómo se las arreglan estas tres especies para no competir en el uso de los recursos, sean para alimentarse o reproducirse. En ecología estos estudios se conocen con el nombre de repartición del nicho, es decir, cómo las especies se las arreglan para poder coexistir en simpatía.

Estos individuos se ven solos o en pareja, principalmente en pareja cuando llega el momento de la reproducción, si bien tanto macho como hembra se encargan de alimentar los pichones, solo la hembra está a cargo de la incubación de los huevos. Son monógamos y además, los tueré tienen dimorfismo sexual, es decir, que las hembras y machos son diferentes, y pueden distinguirse.

Son aves fascinantes, con una apariencia única, una dieta diversa, y comportamientos muy particulares, entre ellos cumpliendo un rol en el mantenimiento del equilibrio ecológico, la restauración del ecosistema y como controlador de plagas. Solo te queda agarrar una buena cámara y prismáticos y comenzar a mirar hacia arriba en los árboles del bosque o en los árboles aislados en búsqueda de tu registro del tueré o titira.

Agradezco el siempre tan valioso aporte de Tatiana Galluppi, Rebeca Irala Melgarejo, Carlos Ortega y José Maria Paredes.