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Nacionales

El osito melero o caguaré

Osito melero en posición de defensa. Foto: Nicolás Cantero.

Osito melero en posición de defensa. Foto: Nicolás Cantero.

POR Alberto Yanosky
Director EIISA (Estructura Interdisciplinaria de Investigación Integral Socio-Ambiental) – UNAE.

Estamos viendo en las rutas nacionales un mamífero impactado por los vehículos que llama la atención de la gente, y muchos preguntan de qué se trata. Este mamífero que tiene un hocico alargado y es de colores amarillo y negro, es conocido con el nombre de caguaré o kaguare, también como osito melero o tamandúa o tamanduá.

Es un animal bastante lento y se diferencia del oso hormiguero grande o yurumí (jurumi) principalmente por su tamaño y su cola, además de sus colores. Y es verdad, se trata de uno de los animales más impactados en la ruta por conductores que son tomados desprevenidos o por hacer caso omiso al evitar un animal que se encuentra en las rutas.

Los caguarés frecuentemente se encuentran en las rutas cuando la especie está presente en la zona, y por su andar relativamente lento, normalmente no escapa a los impactos, los que ocurren cuando ellos están más activos, durante la noche o en momentos crepusculares.

Si bien estas poderosas garras sirven para romper los elementos en donde encuentra su alimento, troncos, ramas, cortezas, tacurúes, hormigueros, nidos de insectos en general, y otros, también le sirven para defenderse, ya que al verse agredido o amenazado se sienta y abre sus brazos a la espera de capturar al agresor, con una fuerza increíble en sus miembros delanteros y que además puede desgarrar y abrir grandes heridas con una de sus pezuñas o uñas especializadas.

Y cuando encontramos sus huellas en la arena o el barro, son muy características ya que al caminar, y para evitar clavarse sus mismas púas, caminan apoyando el dorso de sus manos. Es decir, que para evitar pincharse sus palmas con sus afiladísimas uñas, caminan con la parte posterior de sus manos, quizás también esto es lo que le causa lentitud al moverse.

No tienen una fecha definida de reproducción, sin embargo las crías suelen verse en verano por lo que el apareamiento debería ocurrir con mayor frecuencia a finales del invierno y primavera; la única cría que engendran nace luego de 4-5 meses de gestación, y no suele verse con la madre, como en el caso del oso hormiguero grande.

En su hábitat natural se lo encuentra asociado a bosques y en cercanías del agua, donde abundan epífitas y lianas.

Estos destacados elementos de la biodiversidad nacional y regional tienen unos hábitos alimenticios que ayudan a evitar el deterioro de los árboles ya que ingieren las termitas que los invaden; por ello, algunos grupos indígenas los tienen en sus habitaciones para evitar la proliferación de termitas en sus construcciones de madera.

La cacería de tamandúas tiene entre otros objetivos valerse de los tendones de su cola que se utilizan para la fabricación de cuerdas. Es una especie protegida en la mayor parte de su rango de distribución, pero principalmente por reducción de sus poblaciones naturales debido a la pérdida de su hábitat. Se la puede ver en cautiverio, ya que su alimentación no es muy complicada, y es un animal que si se acostumbra, puede vivir asociado al ser humano, si bien esto no se recomienda. Recuerdo haber criado algunos que fueron reintroducidos en la naturaleza y como pueden apreciar a mis hijas, de pequeñas, con uno de ellos.

Osito melero con dos niñas. Foto: Alberto Yanosky

Osito melero con dos niñas. Foto: Alberto Yanosky

Tienen una cabeza muy particular con un hocico largo y convexo que está adaptado para su alimentación, que fundamentalmente se basa en hormigas, termitas y abejas. La boca es un pequeño círculo desde donde maniobran su larga lengua que le permite captar su alimento. Se los puede ver depredando algún panal ya que gustan de la miel, de allí su nombre de “osito melero”, y de paso se alimenta de algunas abejas.

El animal, generalmente solitario y de preferencia arborícola, es de color amarillo dorado y con una especie de chaleco negro que ocupa la parte dorsal, los hombres y el vientre. Tiene una cola prensil, peluda en la base pero no velluda como la tiene el yurumí, y su punta está desnuda. Tiene garras muy poderosas y largas en las manos, con cuatro púas y también cinco en las miembros traseros.

Osito melero. Foto: Luis Doldán.

Un animal altamente adaptado, su forma, sus colores, su comportamiento, nos habla de su especialización para cumplir un rol destacado en la naturaleza, que además ayuda a la humanidad a mantener muchos insectos en forma controlada; es nuestra responsabilidad precautelar su existencia y asegurar que su hábitat se encuentra en el estado que lo necesita para mantener poblaciones viables de su especie.

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