Nacionales
Crípticos e inofensivos, los “teju tara”
Detalle de la cabeza del teju tara de Laguna Blanca. Foto: Rebeca Irala Melgarejo
En la fauna de reptiles existe un saurio o lagarto que se le conoce también con el nombre de camaleón o más nuestro como teju tara o teyutará. Se le ha dado en inglés el nombre de “spiny lizard”, si bien el término “lagarto espinoso” no es algo que usemos en español. En general, se refieren a lagartos que se agrupan dentro de los Tropidurus, un grupo de saurios sudamericanos con algunas especies que viven solamente en las Islas Galápagos. Todos los teju tara tienen algunas características muy propias, pueden pasar desapercibidos ya que se confunden con el ambiente en el que se encuentran y hay que mirar muy bien para identificarlos, si es que ellos no se mueven. Los teju tara tienen dimorfismo sexual, y normalmente la hembra es de menor tamaño y de colores más apagados y con patrones menos marcados; en resumen, la hembra es más pequeña y menos vistosa. Entre individuos de la misma especie hay muchas diferencias y muchas de estas diferencias están en relación al hábitat y al clima donde habitan.
El color de su piel tiene la capacidad de cambiar y adaptarse en principio al sustrato en el que está, que puede ser roquedal, tronco, pero también cambian de color por cuestiones de comportamiento y de temperatura ambiente. Posiblemente, ese patrón de dibujos con colores muy particulares haya sido el origen del nombre, averigüé con diferentes profesionales y el profesor David Galeano piensa que quizás “tara” sea una forma degradada de “para” que significa con manchas o manchado (me comenta el Prof. Galeano que su abuelo en la zona de Caazapá solía referirse como teju para a esa lagartija o saurio. “para” podría haberse cambiado a “tara” por la oralidad y su transmisión, característica del guaraní. El Lic. David Portillo me comenta que posiblemente esa cualidad de “tara” se refiera al color, por ejemplo, que se parece a una víbora como la yarará. Ambas versiones están íntimamente relacionadas por estos saurios.
Parece que a los teju tara les gustan los insectos, normalmente los más pequeños, e ingieren gran cantidad de hormigas; sin embargo, se los ha visto también ingiriendo semillas y pequeños frutos. Sus hábitos alimentarios entonces demuestran que es un controlador de plagas, ya que depreda insectos y, además, es un gran dispersor de semillas. También sirve de presa para lechuzas, búhos y hasta algunos carpinteros, aprovechando esa condición de que viven en el mismo ambiente o hábitat. Son en general saurios pequeños que tienen también la capacidad de achatarse o aplanarse y ponen huevos, o sea, son ovíparos.
Existen unas ocho especies de este grupo (los tropidúridos) pero cuatro son teju tara conocidas hasta el momento para el Paraguay, donde podría haber especies bien diferenciadas pero sobre las que pocos tienen conocimiento. Sin embargo, hay una de ella que está críticamente amenazada y se trata del teju tara de Laguna Blanca (Tropidurus lagunablanca), una especie nueva para la ciencia limitada a un solo sitio, la Reserva Laguna Blanca en San Pedro, descripta muy recientemente (2016). Esta especie está restringida y es endémica; existe otra especie, que es el Tropidurus del Chaco. Esta especie conocida como Tropidurus spinulosus tiene espinas más marcadas y colores más fuertes, y quizás sea la especie que más se conoce, siendo muy territorial y haciendo despliegues de cortejo que son muy llamativos, lo que está complementado con sus colores que lo hacen más evidentes. Esta especie es más arborícola y se la puede confundir con las cortezas de los árboles.
En el Chaco hay otra especie que se la conoce como el teyú tará del oeste (Tropidurus etheridgei) y que es tanto terrestre como arborícola.
Es muy probable que en la medida que tengamos más herpetólogos (estudiosos de los anfibios y reptiles) haciendo investigación en Paraguay, descubramos nuevas especies, nuevos registros y podamos ahondar más en la biología y ecología de estas especies que son crípticas, es decir, no son muy visibles, y a las que la gente, en general, les tiene temor en particular por la falsa creencia de que tienen veneno. Si bien existen saurios o lagartos venenosos en el mundo, nosotros no tenemos ninguno de ellos ni en el país ni en la región.
Se agradecen las imágenes muy ilustrativas e inspiradoras de Rebeca Irala Melgarejo
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