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La economía está en el centro del debate político en Ecuador

Ecuador debate los grandes retos de la economía. Foto: Dw

Ecuador debate los grandes retos de la economía. Foto: Dw

Cuando el gobierno de Ecuador eliminó los subsidios a los combustibles, miles de personas se lanzaron a las calles de Quito en octubre de 2019 para protestar contra el plan de ajuste económico del presidente Lenín Moreno.

Liderado por organizaciones indígenas y opositores al gobierno, el estallido social dejó en evidencia una polarización política que, con motivo de las elecciones presidenciales de este domingo, ha vuelto a resurgir.

Si bien participan 16 candidatos en los comicios, quienes lideran la carrera en las encuestas son el economista Andrés Arauz, un delfín del expresidente izquierdista Rafael Correa (2007-2017) y el banquero y empresario Guillermo Lasso.

Los dos candidatos representan el llamado “correísmo” y el “anticorreísmo” que dividen profundamente al país y que encarnan dos modelos de desarrollo económico opuestos.

Uno de los temas más importantes de la campaña ha sido la economía, que si bien arrastra graves problemas desde hace años, ahora está en una situación crítica por los efectos de la pandemia de covid-19.

El próximo gobierno tendrá que hacerse cargo de un país cuya economía sufrió una contracción cercana al -9% en 2020 y que tiene muy pocos fondos para echar a andar la reconstrucción económica.

A la pandemia se suma la persistente caída en el precio del petróleo desde 2014 -que es el principal producto de exportación del país- y que genera cerca de un tercio de los ingresos públicos, mientras que el resto proviene de la recaudación tributaria.

Siendo una economía dolarizada, que no puede imprimir dinero ni jugar con la devaluación monetaria, el país ha enfrentado una crisis de financiamiento que le ha puesto el camino cuesta arriba.

La deuda pública bordea el 70% del Producto Interno Bruto y el déficit fiscal supera el 8%, según las últimas estimaciones del Fondo Monetario Internacional, FMI.

Quien sea el ganador de la contienda electoral tendrá que hacerse cargo de un país con altos niveles de informalidad laboral y pobreza, que se han vuelto aún más apremiantes en medio de una crisis económica global.

A falta de estadísticas oficiales, organismos como el Fondo para la Infancia de las Naciones Unidas, Unicef, estimó que la pobreza se ha disparado al 38% y la extrema pobreza a cerca del 20%.

Considerado un país de alto riesgo por los inversores internacionales, el presidente Lenín Moreno buscó financiamiento externo con organismos multilaterales como el Banco Mundial, el BID, la CAF y el FMI, siendo ésta última la institución que comprometió una mayor cantidad de recursos.

El último préstamo acordado con el FMI fue de US$6.500 millones de dólares, de los cuales ya se han entregado unos US$4.000 millones, y el resto será desembolsado en la medida que se cumplan las condiciones exigidas por el organismo.

¿Qué dicen los principales candidatos del acuerdo con el FMI?

El empresario Guillermo Lasso ha dicho que respetará el acuerdo del país con el organismo multilateral, excepto en un punto.

“Nosotros no vamos a desconocer el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Lo que no vamos a hacer, es a subir el IVA”, afirma Lasso, aclarando que se pueden poner en orden las cuentas fiscales sin incrementar ese impuesto al consumo.

Incluso el candidato asegura que será aún “más audaz” que las metas fijadas por el FMI.

“Ellos hablan de ir reduciendo el déficit, yo hablo de llegar a déficit cero, porque el día que Ecuador llegue a déficit cero, no habrá más deuda”.

Lasso propone duplicar la producción de petróleo para obtener mayores recursos, un manejo eficiente del Estado, incentivos a la inversión extranjera y el combate a la corrupción.

Desde su perspectiva, “volver al correísmo” podría llevar a Ecuador a convertirse en una nueva Venezuela.

En cambio el economista de 35 años Andrés Arauz asegura que no cumplirá con las condiciones impuestas por el FMI.

“Bienvenido sea el apoyo del FMI a nuestro propio programa económico, pero someternos a las condiciones negociadas por Moreno, no lo vamos a hacer”, señaló.

Durante su campaña ha planteado que uno de sus objetivos es reactivar el gasto social y romper con la austeridad que respalda el FMI.

Con ese horizonte ha prometido abrir líneas de crédito para las pequeñas y medianas empresas, dar un bono de US$1.000 a un millón de familias en la primera semana de gobierno. financiar parte de la contratación que hagan las empresas de nuevos empleados y recontratar a trabajadores del sector público, como profesores y médicos, que habían perdido sus empleos.

Los recursos serían obtenidos de los fondos del Banco Central de Ecuador y de cambios al sistema tributario para que “los ricos paguen más impuestos”.

Fuente: BBC Mundo

 

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