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Editorial

Inteligencia artificial y las necesarias reformas políticas

La inteligencia artificial (IA) es una tecnología que permite a las máquinas realizar tareas que normalmente requieren inteligencia humana, como: aprendizaje automático, razonamiento y resolución de problemas, percepción y comprensión del lenguaje, capacidad para adaptarse y mejorar con experiencias.

La IA está revolucionando muchas áreas de nuestra vida y tiene un gran potencial para mejorar la eficiencia, la productividad y la calidad de vida.

La IA tiene un impacto significativo en la política, tanto positivo como negativo. Positivo: análisis de datos, personalización de campañas, automatización de tareas, mejora de la transparencia. En tanto que en lo negativo: desinformación y propaganda, manipulación de elecciones, pérdida de privacidad, sesgo algorítmico.

¿Qué se puede esperar de la IA que viene?

La inteligencia artificial que viene se proyecta como una herramienta que no solo automatizará tareas, sino que participará activamente en la generación de conocimiento nuevo, abordando desafíos científicos y sociales que anteriormente eran insuperables. En medicina, la IA no se limitará a los diagnósticos: podría transformar completamente el campo de la medicina personalizada. La IA avanzará hacia la interpretación detallada del genoma humano, asociando patrones genéticos específicos con la predisposición a enfermedades y respuestas a tratamientos, lo que permitirá a los médicos diseñar terapias individualizadas basadas en el perfil genético, el historial médico y el entorno de cada paciente. Este enfoque podría revolucionar el tratamiento de enfermedades crónicas como el cáncer, la diabetes y las enfermedades cardíacas, donde el enfoque actual de “talla única” a menudo se queda corto.

En el ámbito de la investigación científica, la IA se está posicionando como una herramienta colaborativa que puede formular hipótesis, diseñar experimentos y analizar resultados a velocidades y con una precisión que ningún humano podría alcanzar solo. Por ejemplo, en el descubrimiento de nuevos materiales, la IA es capaz de analizar combinaciones de elementos y propiedades físicas para predecir cuáles podrían ser prometedores en la creación de materiales más ligeros, duraderos o resistentes al calor. Esto es particularmente relevante en el desarrollo de baterías más eficientes, paneles solares avanzados y materiales biodegradables, tecnologías clave para la transición energética y la sostenibilidad. En lugar de realizar experimentos largos y costosos, los científicos pueden confiar en la IA para reducir el rango de posibilidades a aquellas más prometedoras, acelerando el ciclo de descubrimiento.

En el sector de la agricultura, la IA no solo mejorará la productividad a través de la automatización, sino que también transformará prácticas agrícolas mediante la agricultura de precisión. Mediante el uso de sensores, imágenes satelitales y análisis de datos meteorológicos, los sistemas de IA podrán monitorear en tiempo real el estado de los cultivos, optimizar la cantidad de agua y fertilizantes y predecir el rendimiento de las cosechas. Esto es especialmente importante en contextos de cambio climático, donde las condiciones impredecibles afectan el ciclo agrícola. Con la ayuda de la IA, los agricultores podrán anticiparse a sequías o plagas, adoptando medidas preventivas que minimicen las pérdidas y mejoren la sostenibilidad del cultivo. La IA, en este sentido, se convierte en un socio que permite un uso más eficiente de los recursos naturales, promoviendo la seguridad alimentaria y reduciendo el impacto ambiental.

La inteligencia artificial también ampliará su influencia en campos como el análisis de políticas públicas y la toma de decisiones en gobernanza. A través del análisis de grandes volúmenes de datos socioeconómicos y demográficos, la IA podrá asistir a los gobiernos en la formulación de políticas más precisas y en la anticipación de efectos secundarios no deseados. Por ejemplo, en el diseño de políticas de salud pública, la IA podría identificar patrones en el comportamiento de ciertas enfermedades y sugerir intervenciones focalizadas en las poblaciones más vulnerables. Esto no solo aumentaría la efectividad de las políticas, sino que también permitiría un uso más eficiente de los recursos, minimizando costos y mejorando el bienestar de la población en general.

A medida que estos sistemas se vuelvan más sofisticados, la IA también podría tener un papel en áreas menos exploradas, como el arte y la filosofía. Si bien la creatividad y la intuición son habilidades consideradas tradicionalmente humanas, la IA está comenzando a experimentar con la generación de obras de arte, música y literatura. Más allá de la creación de piezas estéticas, la IA podría explorar ideas filosóficas y conceptuales desde una perspectiva nueva, generando propuestas que desafíen nuestras visiones actuales sobre temas como la moralidad, la identidad y la realidad. Estas reflexiones podrían influir en debates filosóficos y éticos, ayudándonos a reflexionar sobre nuestra naturaleza y el impacto que queremos que la tecnología tenga en nuestras vidas.

Así, la inteligencia artificial que se avecina no solo resolverá problemas complejos, sino que contribuirá a reformular cómo entendemos y abordamos las grandes preguntas de la humanidad.

¿Llegará a reemplazar a los seres humanos?

Si bien muchos puestos de trabajo pueden transformarse o automatizarse, los humanos probablemente seguirán siendo esenciales en áreas que requieren habilidades creativas y sociales. En diseño y arquitectura, por ejemplo, la IA puede generar imágenes y prototipos a partir de simples descripciones, pero los profesionales aportan el contexto, la visión creativa y la adaptación cultural necesarios para convertir estos conceptos en proyectos funcionales y estéticos. En el sector agrícola, existen granjas automatizadas donde robots realizan tareas repetitivas como la cosecha y el empaquetado, mientras que los trabajadores humanos supervisan las operaciones y solucionan problemas que requieren adaptabilidad. Esta colaboración entre humanos y máquinas permite mejorar la productividad sin desplazar a los trabajadores, que ahora pueden desempeñar roles estratégicos y menos dependientes de la fuerza física.

¿Qué se prevé para los próximos meses y años?

En el corto plazo, la IA podría revolucionar el sector educativo al personalizar el aprendizaje para cada estudiante. Existen ya plataformas de aprendizaje que utilizan IA para ajustar el contenido al nivel de cada alumno, adaptando las lecciones a sus fortalezas y debilidades. Esto permite una educación más personalizada y eficiente, especialmente en contextos con alta demanda educativa y limitaciones de recursos, donde la IA puede ayudar a igualar las oportunidades de aprendizaje.

En ámbitos como la justicia, su rol y la administración pública para resolver problemas menores, se espera que la IA agilice el análisis de grandes volúmenes de códigos especiales y amplia jurisprudencia para la formulación de políticas más informadas. En algunos lugares, ya se están implementando sistemas de IA en servicios judiciales y legales para resolver disputas menores, lo que acelera el acceso a la justicia y reduce la carga de trabajo en los tribunales. Esto libera a los profesionales para concentrarse en casos más complejos que requieren juicio humano.

A nivel global, la IA está comenzando a desempeñar un papel fundamental en la respuesta al cambio climático. Con capacidades avanzadas para predecir fenómenos naturales como huracanes y terremotos, la IA facilita una gestión más eficiente de los recursos en zonas afectadas por sequías y deforestación. Mediante el análisis de datos históricos y en tiempo real, los modelos de IA permiten que gobiernos y organizaciones anticipen y reduzcan el impacto de estos eventos, impulsando una respuesta más efectiva y rápida ante las emergencias ambientales.

Con esto, ¿se viene una transformación de la gestión pública en general o quedará atrás? ¿Estamos de lleno en la era del conocimiento en la que se escapó el control humano sobre los programas tecnológicos, por lo que el gobierno debe liderar esta transformación que ya está presente en la vida actual, o serán los “agentes” quienes nos gobiernen en el futuro?

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