Un parche a la grieta

El programa estrella del Gobierno, Che Róga Porã, liderado por el Ministerio de Urbanismo, Vivienda y Hábitat (MUVH), busca facilitar el acceso a la vivienda propia para familias de clase media, ofreciendo préstamos de hasta G. 400 millones con una tasa de interés del 6,5%. El plan –dirigido a ciudadanos y familias con ingresos entre 1 y 4 salarios mínimos– cubre todo el territorio nacional, pero principalmente se concentra en el departamento Central y área metropolitana.

De acuerdo a estos requisitos, el proyecto apunta a beneficiar a un 20% de la población ocupada. Sin embargo, se hace perentorio decir que una vivienda de calidad es un derecho en sí mismo; es decir, el Estado debe crear políticas públicas reales para enfrentar todos los ámbitos que afectan la calidad de la vivienda, el acceso a servicios públicos básicos como son agua potable, alcantarillado, alumbrado público, seguridad, caminos transitables y transporte.

El acceso a la vivienda es una cuestión clave para el Gobierno, por esta razón esta administración debe ser transparente en el proceso de selección de los beneficiarios y también en cuanto a las entidades financieras que proveerán los préstamos. Durante la ejecución del programa Che Róga Porã las fiscalizadoras serán elegidas por los propios bancos, de entre las firmas habilitadas por el MUVH, y los informes serán el certificado de calidad para las entidades financieras. Una vez que los interesados seleccionen el proyecto de su agrado, deben recurrir a una Institución Financiera Intermediaria (IFI) para que se les apruebe el crédito, financiado con recursos de la Agencia Financiera de Desarrollo (AFD).

En Paraguay, el acceso a una vivienda digna representa una deuda histórica del Estado para con la población. Esta deuda está ligada a largos años de incapacidad institucional, inversiones insuficientes, falta de articulación entre actores correspondientes, escasez de planes de ordenamiento territoriales y otros factores que limitan la posibilidad de garantizar el techo propio.

Este proyecto de la vivienda propia no debe ser un parche que solamente que termine por profundizar la crisis habitacional que existe. Se debe atacar el problema de la vivienda de fondo, de manera integral y organizada. La cuestión no es la falta de financiación, sino de oferta. Demasiada centralización – ya que la mayoría de los trabajos se encuentran en la zona de Gran Asunción – y la falta de transporte de calidad, son dos cuestiones que deben ser solucionas de manera urgente. Es solo con voluntad política que el país puede salir adelante en este derecho, que el proyecto Che Róga Porã no sea un parche que termine abriendo más la grieta.