Connect with us

Cultura

“La vieja dama gris” informa sobre la guerra civil en Paraguay (1947)

Comandancia de la Policía en Asunción, luego del ataque de los revolucionarios el 7 de marzo de 1947. Archivo

Comandancia de la Policía en Asunción, luego del ataque de los revolucionarios el 7 de marzo de 1947. Archivo

POR Thomas Whigham *
Desde Georgia

En el lenguaje habitual del periodismo moderno, The New York Times recibió el sobrenombre de “The Old Gray Lady” (La vieja dama gris), debido a su larga historia de imparcialidad, análisis serio de los acontecimientos y sus características páginas grises, elementos que lo distinguían de la llamada “prensa amarilla” –periódicos sensacionalistas norteamericanos de finales del siglo XIX que siempre exageraban las historias, difundiendo como hechos probados relatos no verificados y hasta descabellados de los acontecimientos–. Esta reputación como fuente venerable y autorizada de noticias le ha permitido consolidar una audiencia leal: al día de hoy, casi 300.000 suscriptores pagos a la edición impresa, así como 8 millones de suscriptores en línea. Esto lo convierte en uno de los periódicos más leídos del mundo.

Esta reputación positiva no significa, por supuesto, que The New York Times haya informado siempre de manera exhaustiva y analítica. En lo que respecta al Paraguay, por ejemplo, el periódico dedicó al país cobertura limitada, por lo menos hasta la época de la dictadura de Stroessner. Esto no sorprende, ya que pocos periódicos norteamericanos habían prestado antes atención al Paraguay, salvo para informar sobre las guerras de la Triple Alianza y del Chaco.

Hoy quiero compartir con los lectores la forma en que The New York Times cubrió la Guerra Civil de 1947, un conflicto crucial que marcó la transición hacia un régimen más moderno. El periódico se limitó a ofrecer seis breves reportajes que abordaron desde la perspectiva de la Guerra Fría y como un desafío a la recién creada Organización de las Naciones Unidas. Algún comentarista, quizás, podría argumentar que a “la vieja dama gris” le resultó difícil ver el bosque a causa de los árboles pero, aun así, ésta entregó a sus lectores desinformados, fuera de Sudamérica, un resumen razonable de lo que se sabía entonces sobre las luchas en Paraguay.

Al ofrecerles un vistazo a esos seis artículos breves, los animo a que tomen nota del número relativamente limitado de fuentes a las cuales los periodistas podían acudir en Paraguay en aquel momento. Ciertos errores ortográficos en cifras clave y en nombres de lugares indican que los editores del Times se sentían presionados a publicar con rapidez a pesar de la limitada verificación de los hechos. Esto sugiere que existía una contradicción (que todavía persiste) entre la necesidad de publicar rápidamente y la de proporcionar la información correcta.

Los corresponsales de The New York Times fueron bastante escrupulosos al citar la procedencia de la información. Daban a entender que los rumores (particularmente aquellos asociados con transmisiones de radio) eran problemáticos y expresaron reservas sobre rumores sin confirmar, especialmente aquellos transmitidos por radio. De hecho, los estudiosos de hoy querrán examinar esos mismos rumores con considerable cuidado. Sin embargo, ni los académicos ni los lectores promedio desearán descartarlos informes por considerarlos insignificantes. Ellos evocan un período muy distinto del Paraguay actual y, sin embargo, parecen sorprendentemente familiares en su tono. Aquí los comparto:

 The New York Times, 12 de marzo de 1947
“Paraguay insinúa que estalla la guerra civil”

La radio gubernamental anunció esta noche que el norte de Paraguay fue declarado zona de guerra, indicando que la revuelta centrada en Concepción había estallado en una guerra civil a gran escala. Una fuerza expedicionaria del ejército está en marcha hacia la ciudad del norte, donde la Primera División se ha rebelado y, según la radio, han estallado combates a gran escala. La transmisión repitió advertencias a los residentes para que no ayudaran a los rebeldes. La radio acusó que el levantamiento era de inspiración comunista. “Esta no es una guerra civil común y corriente”, decían las transmisiones, “sino una lucha de Dios y de la Patria, de la familia y del hogar, de la justicia y de la palabra y de la auténtica democracia, contra innumerables rebeldes al servicio del comunismo ateo, sangriento, cruel y esclavizante”. La radio acusó a los comunistas bolivianos de haber difundido una promesa de enviar armas a los rebeldes y dijo que el líder comunista paraguayo Obdulio Barthe había anunciado el apoyo de su partido a la revuelta a través de una red de radioaficionados. La información oficial del gobierno, menos extrema que las afirmaciones de la radio, sugirió que los comunistas paraguayos habían estado listos para tomar puntos clave aquí el viernes, cuando la estación de policía fue atacada.

Plaza de la Libertad en Concepción, 3 de Abril de 1947. La Revolución proclama “Capital Provisional de la República” a la Ciudad de Concepción, y “asiento central de su gobierno y de su administración pública”. Archivo: Porfirio Báez González, Junta de Estudios Históricos de la Villa Real. Publicación en FB de la Academia Liberal de Historia.

Plaza de la Libertad, Concepción, 3 de abril de 1947. La revolución proclama “Capital Provisional de la República” y “asiento central de su gobierno y de su administración pública” a la ciudad de Concepción. Archivo: Porfirio Báez González, Junta de Estudios Históricos de la Villa Real. Publicación en FB de la Academia Liberal de Historia.

Sin embargo, el golpe fue frustrado, dijeron las fuerzas gubernamentales. Los informes oficiales continuaron afirmando que la rebelión se había limitado a Concepción. El ministro del Interior, Víctor Morínigo, dijo que 1.000 soldados, encabezados por el teniente coronel Antonio Ortigoza, marchaban [sic] hacia el norte “como parte de un plan para someter a los rebeldes”, quienes habían ignorado un ultimátum de rendirse o ser atacados “por tierra, aire y agua”. El Gobierno del presidente Higinio Morínigo, que se encontraba bajo fuertes presiones desde el viernes pasado, advirtió ayer a los 10.000 habitantes de Concepción que evacuaran todos los puntos estratégicos que, según dijo, serían atacados “con bombas de gran potencia”. Fuentes informadas especularon que el ultimátum tenía como objetivo asustar a los rebeldes para que se sometieran y no pretendía ser un preludio a un asalto total. [Morínigo es dictador desde la muerte de Estigarribia en un accidente aéreo.] En 1943 fue confirmado para un mandato de cinco años en un plebiscito. Ha estado gobernando sin Congreso. Su régimen ha estado marcado por levantamientos y revisiones del gabinete. En enero, declaró el país en estado de sitio tras descubrir un complot de “grupos comunistas y anarquistas”. Posteriormente prohibió al Partido Comunista.

The New York Times, 7 de abril de 1947
“La revuelta del Paraguay se extiende hacia el sur”

La guarnición al sur de Asunción se une a los insurgentes y bloquea la ruta de suministro desde Argentina. La revuelta paraguaya se ha extendido del norte al sur y ahora amenaza con rodear y aislar a Asunción, la capital. Hoy la guarnición de Alberdi anunció que se pondría del lado de los insurgentes. El teniente mayor Raúl Pereyra Aguiaga [sic], comandante en Alberdi, sesenta millas al sur de Asunción en el río Paraguay, llamó a la Armada —una pequeña flota fluvial— a unirse a la revolución y derrocar al presidente “dictador-usurpador”, general Morínigo. El corresponsal del periódico La Nación en Formosa, Argentina, dijo el domingo que las fuerzas navales paraguayas en Alberdi se habían unido a los insurgentes. La Associated Press informó que la acción efectivamente cortó la principal línea de suministro del general Morínigo desde Argentina, a través del pequeño puerto de Formosa frente a Alberdi en el lado argentino del río Paraguay. La mayor parte de los suministros ahora debe desviarse a través de Encarnación, frente a Posadas en el río Paraná, y 200 millas más lejos de Asunción, mediante un ferrocarril lento. El bloqueo del tráfico fluvial en Alberdi también puede provocar la suspensión de los servicios de la Compañía de Navegación Dodero a Pilcomayo, en el lado argentino del río Paraguay, a cierta distancia de Asunción, y de la terminal para los barcos Dodero que comercian entre Buenos Aires y Paraguay.

El gobierno de Morínigo, que dependía en gran medida de los suministros de los barcos Dodero, protestó enérgicamente cuando se detuvo el comercio unos días después de que estallara la revuelta en Concepción, en el norte de Paraguay. El comercio se reanudó sólo después de que el general Morínigo levantara el decreto de “estado de guerra” para convencer a la línea Dodero de que sus barcos no corrían peligro. La posición del general Morínigo se consideraba precaria, especialmente después de su apresurado envío de misiones para intentar obtener ayuda externa de Uruguay, Brasil y Argentina. En Asunción se ha impuesto un nuevo y estricto toque de queda y se ha cobrado un impuesto de emergencia.

Veinte rebeldes capturados

6 de abril. Un comunicado del Gobierno anunció esta noche la captura de veinte soldados rebeldes en la zona de Piripucú, al norte de la base de avanzada del Gobierno en San Pedro. El comunicado añade: “Nuestros aviones han bombardeado con éxito puntos ocupados por el enemigo y están cooperando activamente con nuestras tropas en las operaciones”. Los puntos atacados por vía aérea no fueron identificados. “Todos los prisioneros tomados por nuestras tropas afirman que la moral en las filas rebeldes está destrozada debido a la falta de alimentos y de instalaciones médicas”, dice el comunicado. La radio rebelde difundía hoy una declaración del Gobierno provisional de que reconocería todos los compromisos internacionales de Paraguay, incluida la Carta de las Naciones Unidas y el Acuerdo Interamericano firmado en la Ciudad de México en 1945. Además, pidió que se reconociera su propio estatus de beligerancia por gobiernos extranjeros bajo las reglas internacionales de guerra.

New York Times, 29 de mayo de 1947
“Tres unidades cerca de Concepción”

El gobierno paraguayo dice que la guerra civil está a punto de terminar. El Gobierno del presidente Higinio Morínigo anunció esta noche en un comunicado que había tomado objetivos cercanos en tres lados de Concepción, ciudad sede de los rebeldes, y declaró que la guerra civil de once semanas estaba a punto de terminar. El comunicado anunciaba la toma de Itacurubí, veintiocho millas al sureste de Concepción; Tacuatí, treinta y seis millas al este de Concepción y siete puntos del Chaco directamente al oeste de la ciudad. [La United Press citó al Gobierno anunciando que sus tropas se habían dirigido a quince millas de Concepción desde el sur]. Los informantes del Gobierno estaban quemando granjas y llevando ganado con ellas en su retirada y ofrecían poca resistencia. (Las transmisiones de radio rebeldes escuchadas en puntos de la frontera argentina admitieron retiros desde varios puntos al sur de Concepción).

New York Times, 1 de agosto de 1947
“El ejército paraguayo toma Concepción”

31 de julio. Los partidarios del Gobierno esperan el fin de la guerra civil mientras los rebeldes pierden su capital. La ciudad de Concepción, capital de los rebeldes del norte de Paraguay desde el inicio de la guerra civil el pasado 7 de marzo, ha sido tomada por fuerzas gubernamentales, según se anunció oficialmente hoy. El comunicado del Ejército No. 133 dijo: “Hoy a las 10 de la mañana nuestras tropas ocuparon la ciudad de Concepción, que había sido abandonada bajo la presión de nuestras armas. Los restos de [la fuerza de] los rebeldes se retiraron en distintas direcciones y están siendo perseguidos. No hubo nada nuevo en otros sectores”.

La noticia fue recibida aquí con júbilo, como presagio del fin de la larga lucha civil. Los barcos en el puerto del río Paraguay y las fábricas de la ciudad hicieron sonar sus silbatos durante varios minutos. [Una transmisión de radio rebelde, escuchada el jueves por la noche en Argentina, negó que Concepción hubiera sido tomada por el Gobierno, informó la United Press]. Durante los últimos días, los comunicados del Ejército habían anunciado un avance constante de las tropas gubernamentales a lo largo de todo el frente de Concepción. Se creía que fuerzas rebeldes desorganizadas huían hacia la frontera con Brasil, con la única alternativa de desintegrarse en bandas guerrilleras.

“Comenzó la rebelión en Concepción”

31 de julio de 1947. El Gobierno del presidente Higinio Morínigo indicó esta noche que esperaba que la toma de Concepción por parte del Ejército fuera un golpe mortal para la rebelión. Los insurgentes habían estado en posesión de Concepción desde el 7 de marzo, cuando la guarnición del ejército de varios cientos de personas se rebeló. Desde el 28 de mayo habían estado resistiendo una fuerte presión del Gobierno, manteniendo a raya a las fuerzas leales con contraataques en otros sectores. Según se informa, los rebeldes disfrutaron de un éxito considerable en las primeras etapas, incluido un motín en el cuartel general naval de Asunción que el Gobierno disolvió. Al parecer, el punto de inflexión se produjo a finales de mayo, cuando las tropas gubernamentales recuperaron el terreno perdido y avanzaron hasta el río Ypané, al sur de Concepción. A principios de este mes el Gobierno lanzó una nueva ofensiva y el 18 de julio anunció que había roto las líneas rebeldes en un frente de cuarenta y cinco millas a lo largo del río Ypané. Según se informa, los insurgentes incluían alrededor de un tercio del ejército de Paraguay de 10.000 hombres. El presidente Morínigo ha culpado de la revuelta a “agentes al servicio del comunismo internacional”.

New York Times, 19 de agosto de 1947
“Ambas partes informan avances en Paraguay”

Buenos Aires, 18 de agosto. Hoy en día, ambos bandos de la guerra civil paraguaya presentaron reclamos de victoria en la batalla por Asunción. Un comunicado del Gobierno desde la capital paraguaya declaró que las tropas leales “avanzan en todos los sectores en tenaz persecución de los rebeldes, que huyen en completo desorden”. Un comunicado rebelde difundido decía que las fuerzas insurgentes habían tomado el puerto fluvial de Villeta, a dieciocho millas al sur de Asunción, completando así el asedio de la capital. El comunicado negó las afirmaciones de los leales de que los rebeldes huían hacia el sur “completamente derrotados”. Ambos bandos informaron de la captura de considerable material de guerra. El boletín leal dijo que los insurgentes estaban “abandonando en su precipitada huida sus municiones y provisiones de alimentos”. El Gobierno paraguayo reclamó también la recuperación de los dos aeropuertos de Asunción, uno civil y otro militar, de manos de los rebeldes y de la ciudad de Luque, a seis millas al este de la capital. Con la recuperación de los aeropuertos, señala el comunicado, el Gobierno paraguayo reanudó el servicio de correo aéreo a Brasil. Los insurgentes han sido expulsados de la orilla este del río Paraguay, dijo el Gobierno, y la ciudad civil cercana a la base militar de Campo Grande ha sido arrebatada a los rebeldes.

New York Times, 20 de agosto de 1947
“Se dice que el líder ha huido”

Buenos Aires, 19 de agosto. Un anuncio del Ministerio de Relaciones Exteriores de Paraguay decía hoy que la guerra civil de cinco meses y medio prácticamente había terminado con la rendición de las fuerzas revolucionarias que atacaban la ciudad capital de Asunción. La embajada también anunció que el coronel Rafael Franco, líder de la revolución, había llegado a Corrientes, Argentina, a bordo de un hidroavión.

Grupo de soldados leales al gobierno durante la Revolución. Foto tomada en Itá el 22 de agosto de 1947 (Portal Guaraní)

Grupo de soldados leales al gobierno durante la revolución. Foto tomada en Itá el 22 de agosto de 1947 (Portal Guaraní)

Fuentes oficiales paraguayas anunciaron que se había eliminado todo peligro de que las fuerzas revolucionarias capturaran Asunción. El anuncio de la embajada aquí decía que las fuerzas gubernamentales habían recuperado casi todas las localidades que los rebeldes habían logrado ocupar alrededor de Asunción. El anuncio de que la guerra civil había “prácticamente terminado” siguió a una serie de informes de radio de Asunción que indicaban que las hostilidades finalmente estaban llegando a su fin. Hasta altas horas de la noche del día de hoy, fuentes rebeldes no habían refutado las afirmaciones de victoria del Gobierno.

En su último comunicado, el alto mando del Gobierno dijo que una contraofensiva lanzada el lunes había infligido una “derrota aplastante a los rebeldes” con el cerco de las tropas rebeldes cerca de Asunción y su rendición. Agregó que las tropas gubernamentales habían recapturado una serie de localidades cuya pérdida no había sido admitida anteriormente, así como un aeropuerto de American Airlines en las afueras de Asunción.

 

* Thomas Whigham es profesor emérito de la Universidad de Georgia, Estados Unidos.

Click para comentar

Dejá tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD

Los más leídos

error: Content is protected !!