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Cultura

Manifiesto de los cuerpos mutantes

Luis Insfrán, "Menú diario", 2024, instalación. Cortesía

Luis Insfrán, "Menú diario", 2024, instalación. Cortesía

… en nuestros sueños nos persigue
con su disfraz de perro, de vendedor, de cura
de espiga de trigo, de pistola en el bolsillo
su disfraz de muerte, su disfraz de vida
—Ana Pérez Cañamares, Capitalismo

Una idea invade la obra de Luis Insfrán desde hace ya un tiempo, la invade y la desborda de manera contundente, como quien permite que las palomas –simbólicas y terribles– aniden en su terraza: el desecho, la sobra, el residuo, el despojo y su vínculo directo con el humano y su espacio inmediato.

Insfrán explora, con serena prescindencia de la materia artística local, la forma –a veces desmesurada, a veces mitigada– de objetos y sujetos reales y ficcionados, tangibles e imaginados, vivientes e inertes. Menú diario aparece tras dos momentos fundamentales: la contemplación de un estado postcapitalista y la urgencia de conceder al humano la posibilidad de observar sus partes carnales y sensibles como aquello que nutre la escurridura del mundo.

Pienso ahora en este inmenso intestino, en esta prístina pieza del tubo digestivo de un cuerpo mutante, que parece existir ajeno y lejano del polímero termoplástico que lo compone. Tan ausente del residuo y tan cercano al sueño del alimento diario, como si se tratara de un Gulliver despojado de cuerpo por otres –también ajenos y distantes–, armados con palos y hoces, o con memoria y violencia… Tal vez este intestino busca un cuerpo que habitar, uno mutante, creciente, crepuscular, carente de la prisión de la osamenta, de humo, de hábitat con humano extinto e ingresos anuales supeditados a la(s) crisis económica(s) de los territorios extintos.

Pienso en Insfrán como el demiurgo platónico, como un artesano que construye y ensambla imbuido de metáfora, de silencios, de posibilidades… Y, en Menú diario, como la obra para imaginar otro mundo, otra tierra, otro sueño, otra luz, otro casa, otra carne.

 

* Nota de Edición. La instalación Menú diario, de Luis Insfrán, se puede visitar hasta el 23 de noviembre en los jardines de Galería Exaedro (Acá Carayá 595).

 

* Tim MiRaquel es artista transdisciplinaria. Se dedica a prácticas en torno a la fotografía y la performance, además de ejercer la docencia universitaria en el área de filosofía del arte y la escritura. Forma parte del colectivo de mujeres artivistas Chakelarre – Las Chicas de Fuego, y del proyecto pódcast Amor Psycho (Paraguay-Chile) del colectivo artístico Taller de Moreno.

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