Falleció el escultor abstracto Alain Kirili

Alain Kirili, escultor abstracto franco-estadounidense, falleció a los 74 años. Su representante, la Galería Susan Inglett de Nueva York, escribió: “Siempre recordaremos a Alain por su amistad, amor sin restricciones de por vida y, naturalmente, por sus grandes contribuciones al arte. Dejó un legado que seguirá inspirando”.

Aunque siempre reconoció su deuda con escultores como David Smith y Alberto Giacometti, Kirili se apartó de sus estilos. Empleó técnicas tradicionales de herrería para crear sus elogiadas esculturas de hierro forjado.

Krili nació en 1946 en París. Allí, en el Musée Rodin, encontró Cubi XVIII y Cubi XIX de David Smith. Le llamaron la atención sus materiales industriales y sus alusiones a la naturaleza. A los 19 años se fue a Nueva York. “Pensé que si un país podía dar algo como Cubi al mundo, probablemente debería ir a ese país; sentí que eran las esculturas más importantes que había visto en el arte moderno”, dijo en una entrevista publicada en The Brooklyn Rail.

Viajó mucho por Estados Unidos visitando la mayoría de los principales museos de la costa este y del medio oeste. Al regresar a París se unió a un grupo de escritores, artistas e intelectuales de vanguardia, la mayoría de los cuales defendían la deconstrucción del arte.

Su primera muestra individual fue en la Sonnabend Gallery de París en 1972. Sus esculturas debutaron en Nueva York en 1976 en la muestra inaugural del Institute for Art and Urban Resources (ahora MoMA PS1).

En 1977, el mismo año en que se casó con la fotógrafa francesa Ariane Lopez-Huici, Kirili expuso en la Documenta VI. Para entonces, ya se había establecido permanentemente en Nueva York, absorbiendo sus distintas formas de arte.

En 1986 estrenó su primera obra pública, la escultura abstracta a gran escala Grand commandement blanc, en las Tullerías de París. En 1992 presentó la primera obra de su serie Résistance de esculturas monumentales de piedra caliza, cada una de ellas compuesta por 14 bloques de unas 30 toneladas de peso cada uno. Describió la serie como un “alfabeto escultórico singular”.