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Lille castiga a un pálido Real Madrid

Foto: losc.fr.

Foto: losc.fr.

Un Real Madrid de nuevo desastroso firmó su primera derrota de la temporada ante el Lille tras 36 partidos oficiales invicto y evidenció de paso que su crisis de juego es cada vez más profunda. El conjunto francés, sobre el papel uno de los más asequibles de la competición, desnudó todas las carencias de los de Ancelotti, extraviados de principio a fin. El cuadro blanco entró mal al partido, se complicó la vida por culpa de un penal estúpido de Camavinga antes del descanso y en la segunda parte no encontró remedio a todos los males que sufre, que no son pocos ni menores.

Pasan los partidos y las semanas y el Real Madrid sigue jugando rematadamente mal al fútbol. El regreso del enérgico Camavinga no sirvió para armonizar la posesión de balón del conjunto blanco, de nuevo lenta y previsible. El centrocampista francés se situó en la doble contención junto a su compatriota Tchoauméni, un sospechoso habitual en los últimos tiempos en el Madrid. En las bandas se situaron Valverde y Bellingham, dos de los motores del conjunto blanco que pierden peso e influencia cuando están pegados a la raya. El inglés sigue lejos de la versión que ofreció hace un año y por momentos se le vio desesperado pidiendo el balón.

Al Lille, plagado de lesionados, le bastó con ordenarse sin balón con dos líneas muy juntas para cortocircuitar la circulación del Madrid. Sin armadores de juego, el recurso más habitual fue el balón largo de Militao y Rüdiger para las carreras de Vinícius y Endrick. El ex Palmeiras se estrenó como titular esta temporada y gozó de la mejor ocasión de los blancos en el primer tiempo. Se internó en el área del Lille con un cambio de ritmo marca de la casa, pero su remate salió muy centrado y Chevalier evitó el 0-1. Esa acción y un disparo de Vinícius en el arranque del choque fueron las únicas acciones de peligro del Madrid en la primera parte.

El conjunto de Génésio advirtió rápidamente que su rival no está ni mucho menos para tirar cohetes y no tardó en encontrarle las costillas. En el ecuador del primer tiempo Lunin se lució con una doble tapada a Jonathan David, primero evitando su cabezazo a bocajarro e, inmediatamente después, sacando una mano salvadora desde el suelo para desviar el balón al metal.

El equipo de Ancelotti, lejos de espabilar, siguió jugando al ritmo cansino al que se está acostumbrando en este curso, sin verticalidad ni velocidad para desarbolar las telarañas defensivas que le plantean por simples que sean.

El partido se le torció al Madrid al filo del descanso por una mano temeraria de Camavinga dentro de su área al parar un tiro libre de Zhegrova, el mejor de los locales. El árbitro no la vio en primera instancia, pero fue advertido por el VAR para revisar la acción y pitó la pena máxima. Jonathan David, seguro desde 12 pasos, engañó a Lunin para inaugurar el marcador.

En el entretiempo Ancelotti movió ficha, pero no para meter a Rodrygo o a Mbappé, que era lo previsible, sino para sustituir a Mendy por Fran García. Como la cosa no mejoraba, el italiano dio entrada a Mbappé y Modric por Endrick y Militao y situó a Tchouaméni de central. Ni por esas reaccionó el Madrid, ahogado en el centro del campo por más que entrara Arda Güler.

Los blancos ni siquiera lograron inquietar al Lille, comodísimo defendiendo a un Madrid impreciso hasta decir basta. Nadie sobresalió en la mediocridad general. Vinícius, Bellingham, Mbappé, Carvajal y hasta Valverde, siempre fiable, pasaron de puntillas en una noche aciaga de los de Ancelotti. La desesperación gobernó los últimos minutos del Madrid, con Bellingham, Modric y Rüdiger siendo amonestados. Hasta el minuto 80, el Real fue incapaz de generar peligro. Con las prisas y Rüdiger de delantero, el Madrid tuvo dos ocasiones, pero no estuvo atinado ante un Chevalier crecido.

El entrenador italiano no da con la tecla por más que mueva la alineación y el Madrid, lejos de mejorar, empeora partido a partido. Lille fue el síntoma de una enfermedad a la que Carletto y los jugadores son incapaces de encontrar cura.

Fuente: Mundo Deportivo.

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