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Adalberto Martínez: “La corrupción debilita al sistema democrático impidiendo el bien común”

Cardenal Adalberto Martínez. Foto: 1020 AM.

Cardenal Adalberto Martínez. Foto: 1020 AM.

En su mensaje dirigido hacia las autoridades y a la Nación paraguaya durante el Tedeum realizado hoy como Oración de Acción de Gracias por la Patria, el cardenal Adalberto Martínez señaló que “es un honor y un compromiso rendir homenaje a la patria en el 212 aniversario de la Independencia Nacional, que nos remite a una historia de heroísmo y sacrificio”.

En un mensaje contundente para las autoridades, señaló que “el país necesita transformaciones a raíz de la impunidad, la corrupción y el crimen organizado”.

Agregó que se trata de una historia de grandes epopeyas y vicisitudes, que proyecta hacia este presente de desafíos, exige realizar los mejores esfuerzos, desde todos los sectores sociales, económicos y políticos, y de la misma Iglesia del Señor Jesús, para la construcción de la gran patria que soñamos y nos merecemos.

“Para la gestión mancomunada del bien común, se necesitará de la paz y de la reconciliación. El profeta Isaías nos recuerda que la verdadera paz será fruto de la justicia”, remarcó.

“Ciudadanos y gobernantes, todos quienes quieran escuchar palabras de sabiduría, orientación y consuelo en su desempeño cotidiano, debemos escuchar las palabras del profeta Isaías, que mantienen su frescura y el vigor de la verdad, que sólo alguien iluminado por el Espíritu del Señor puede tener. Son palabras inspiradoras para quienes, en función política, siempre están escuchando reclamos y reivindicaciones diversas, a veces contrapuestas entre sí, provenientes de grupos con intereses aparentemente opuestos. Ante ello, el profeta caracteriza al gobernante como mediador que, recogiendo lo mejor de las propuestas, construye aquello que más beneficie a los ciudadanos. Los gobernantes no deben usar su poder para favorecer sólo a su grupo político o a un sector económico. Sin embargo, por razones de equidad y de justicia, necesitan intervenir decididamente para la promoción humana integral de los sectores más necesitados”, expresó en otro momento.

Martínez admite que “no es fácil complacer a todos, estando en el servicio público, con el poder conferido en las urnas, decimos que queremos escuchar a la gente” y sobre el punto explicó que el ver y escuchar en el lenguaje de Jesús es más profundo que ver y escuchar los reclamos y sufrimientos de la gente solamente, sino que se trata de entender los signos de los tiempos, lo que implica hoy y para el futuro esos reclamos, no sólo para la gente, sino para la existencia del propio Estado.

La autoridad eclesiástica llama que escuchemos, iluminados por las palabras del profeta, algunos signos y señales del tiempo que vive el Paraguay, que claman justicia y que, si no se dan respuestas adecuadas, perturban el logro de la paz.

“Necesitamos promover la transparencia absoluta del proceso electoral. Los obispos señalamos que esta es una condición indispensable para la legitimidad de origen de las nuevas autoridades y que posibilitarán la gobernabilidad y la paz social. En este sentido, exhortamos a los organismos competentes que provean y expongan toda la información que permita generar confianza y tranquilidad sobre la limpieza del proceso eleccionario y que despejen toda duda”, agrega el mensaje.

Martínez también recordó a la problemática de las tierras con un mensaje contundente: “A propósito, merece una especial atención la problemática de la tenencia y propiedad de la tierra. Se requieren catastros serios para transparentar y sanear títulos de tierra revendidas ilegalmente y varias veces tituladas la misma propiedad. Se requiere conceder los títulos a sus legítimos dueños. La cuestión de la tierra se convierte en fuente de graves conflictos sociales, económicos y ambientales. Así también, contribuye a la emigración del campo a la ciudad y al crecimiento de los cinturones de pobreza en las áreas urbanas”.

“En un país donde reina la justicia, es decir, la unión e igualdad, como cantamos en nuestro himno, con un gobierno justo, habrá verdadera paz, que es un don de Dios cuando actuamos con justicia. Si en la casa, en el país, hay paz, habrá un sentimiento de confianza, no ingenua ni superficial (pererĩ). La confianza es un capital político que se puede perder fácilmente, si no hay justicia verdadera y si no se actúa con la verdad”, expresó contundente.

“En esta conmemoración de la Independencia Nacional, invito a todos los sectores y actores políticos, sociales, económicos, culturales y a todas las iglesias, que pongamos el mayor empeño para que en nuestra patria, la República del Paraguay, reinen la justicia y la equidad, la seguridad y la paz, la abundancia y la confianza entre nosotros”, finalizó.

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