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Política

Pablo Herken Krauer: Austeridad y redireccionamiento del gasto público

Pablo Herken Krauer, economista. Foto: Captura de video

Pablo Herken Krauer, economista. Foto: Captura de video

Sobre las llamativas cifras del gasto público destinado a rubros no esenciales en el año de pandemia, el economista Pablo Herken Krauer considera incomprensible este uso de los recursos en medio de una emergencia sanitaria, con un estado altamente endeudado y proyecciones preocupantes de desaceleración económica, que encuentra explicación solo en “la falta de voluntad y liderazgo político de parte del Ejecutivo para imponer un programa de ajuste, restricción, recorte, congelamiento, para poder reasignar esos recursos a la atención de la pandemia”.

Entrevistado por El Nacional, señaló: “A mí me consta que hay esfuerzos por parte de Hacienda para imponer restricciones en los gastos de las distintas entidades públicas, pero sucede que esas entidades, ministerios fundamentalmente, muchas veces se manejan con sus propias políticas. Es imposible cerrarles el grifo. Se puede señalar Aduanas, DINAC, son entidades que se manejan con sus propias políticas y pueden recibir directrices, pero en la práctica no se concreta porque no existe decisión política de hacerlo”.

Es imposible cerrarles el grifo. Se puede señalar Aduanas, DINAC, son entidades que se manejan con sus propias políticas y pueden recibir directrices, pero en la práctica no se concreta porque no existe decisión política de hacerlo.

“Lo que ha faltado siempre, el año pasado y este año, es algo como una ley, encaminada por Hacienda con un apoyo político fuerte del presidente para cortar todo lo que se pueda en materia de gastos corrientes que no estén asignados a la emergencia”, agregó.

El economista considera que la sanción de una ley por parte del Congreso podría servir para imponer un plan de austeridad y redireccionamiento del gasto público hacia la atención sanitaria, y que incluso se establezca un régimen de sanciones. “En otros países se ha hecho y se ha penalizado con la asignación de menores recursos por no ajustarse a esas áreas gubernamentales en infracción”, señaló.

Opinó que los recortes de gastos que hizo Hacienda a las instituciones públicas, excepto Salud y Educación, en el Presupuesto General de Gastos 2021, “son mínimos y no alcanzan”. Indicó que “si antes podía gastar 100, ahora con los recortes puede gastar 70; tendría que haber sido más estricto, más fuerte”.

“Desafortunadamente tenemos una carencia de liderazgo político. Un programa de tal responsabilidad se puede cumplir cuando el presidente lo asume, exige y demanda el cumplimiento de racionalización del gasto para que haya excedente presupuestario que pueda reasignarse a salud, pero no existe ni el criterio ni el liderazgo”, afirmó.

El escenario es feo

“Estamos en una situación crítica”, definió Herken. Indicó que “el mayor error del gobierno es no direccionar recursos de otras áreas a la salud, en momentos en que esos recursos faltan en un sector que es clave en la guerra en que estamos, guerra sanitaria que tiene costos económicos y sociales”.

Tiene que hacerse una revisión del MOPC, que tuvo un 2019 excelente, y un 2020 con mucha deuda, pero con obras, y redirigir U$S 400 millones a Salud.

El economista afirmó que el gobierno debería haber hecho una reingeniería en el presupuesto del Ministerio de Obras Públicas. “Tiene que hacerse una revisión del MOPC, que tuvo un 2019 excelente, y un 2020 con mucha deuda, pero con obras, y redirigir U$S 400 millones a Salud”, indicó.

“Pero este es un gobierno que casi no habla de la salud. En su discurso de esta semana el presidente casi no habló del tema salud, no dijo ‘tenemos un plan’, sino todo lo contrario. A mí me resultó chocante, porque es como si el presidente fuera al INERAM a solidarizarse con las familias de los pacientes de coronavirus, y en vez de anunciarles que está trabajando para aumentar la infraestructura sanitaria les dijera que está construyendo nuevos cementerios”, ironizó Herken.

El economista se mostró preocupado por el alto endeudamiento público, producto –dijo– de los últimos préstamos tomados para la emergencia sanitaria, los famosos U$S 1.600 millones, y de la abrupta caída de la recaudación tributaria que ya no cubre siquiera los gastos corrientes y obliga al Estado a tomar deuda para la ejecución de obras.

Herken opinó que el Estado, además, se caracteriza por “un alto nivel de ineficiencia en la administración de las compras públicas, lo que repercute en los precios que se pagan, las sobrefacturaciones y licitaciones poco claras”.

Paraguay gasta un mínimo estimado de U$S 4.000 millones al año en compras públicas. Es un monto importante, el Estado es un gran cliente para el sector privado.

“Paraguay gasta un mínimo estimado de U$S 4.000 millones al año en compras públicas. Es un monto importante, el Estado es un gran cliente para el sector privado”, afirmó. “Cuando uno dice farmacéuticas, empresas viales, constructoras, proveedoras de educación, salud, hablamos de montos gigantescos”, ilustró.

Dijo que ministerios como el de Salud Pública -que arrastra atrasos en la cadena de pagos por más de U$S 180 millones-, que operan siempre en el borde del default, contribuyen a que el Estado siempre pague más por insumos, servicios y obras “porque las empresas ya incorporan esos atrasos a los precios”.

Herken destacó también el poco ajuste presupuestario del gobierno a la Ley de Responsabilidad Fiscal de 2013, que intentó poner en caja un déficit fiscal siempre ingobernable en la economía del país. “En 2019 tuvimos un déficit de 1,8%, ahora se fue a 4%”, graficó.

“No alcanza la recaudación, no queda para financiar obras públicas, que al final se financian generando deuda”, afirmó. “No hay salida en el sentido de recursos y fuentes de financiamiento, lo que explica por qué la deuda ha crecido casi el 60% en el gobierno de Mario Abdo Benítez, por la pandemia y las obras públicas de las que se jacta el presidente”, argumentó.

“El escenario es feo, la recaudación fue buena en este primer trimestre, tanto en la SET y en Aduanas, pero hacés los cálculos y no te alcanza”, señaló. Puntualizó que “es ahí cuando tenés que ser muy práctico y revisar las prioridades, y ahora la prioridad es la salud; si hay que cortar obras se cortan y los recursos se reasignan, hay que ser más inteligentes”.

 

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