Proponen ley de “deforestación cero” indefinida en la Región Oriental

En unos 15 días, el Senado podría estar tratando el proyecto de ley conocido como de “deforestación cero”, que reemplaza a la Ley N° 6.256 que prohíbe las actividades de transformación y conversión de superficies boscosas en la Región Oriental del país, cuya vigencia caduca el 21 de diciembre próximo.

El senador Enrique Salyn Buzarquis, autor del proyecto, señaló a El Nacional que la legislación en ciernes pretende extender la vigencia de la Ley 6.256 no ya por un año, sino de manera “indefinida”.

La Comisión Nacional de Recursos Naturales (CONADERNA) del Congreso abordó ayer el proyecto en una reunión de la que participaron diversas organizaciones ambientales, como la Asociación de Ongs del Paraguay, Red de organizaciones ambientalistas del Paraguay, Instituto de Derecho y Economía Ambiental, WWF, Sobrevivencia, Fundación Moisés Bertoni, Guyra Paraguay, A todo pulmón, Alter Vida, Federación por la autodeterminación de los pueblos indígenas, Procosara y WCS.

La Ley N° 6.256 fue sancionada por el Congreso y promulgada por el Poder Ejecutivo en diciembre de 2018, con una vigencia de dos años, hasta diciembre próximo.

Buzarquis encamina en el Parlamento, dos proyectos; uno, para la Región Oriental, de noviembre del año pasado, que es el que ya tiene consenso sobre su necesidad, según dijo; y el otro, para el Chaco, presentado el 6 de octubre, que es el que todavía no ha sido abordado en toda su dimensión.

“Queremos consensuar para sacar la mejor legislación, es básicamente ampliar la ley que vence en diciembre, pero no ponerle plazo de vigencia, sino que sea de manera indefinida, porque el daño ambiental que tenemos ya es tremendo; no podemos levantar esta medida, hay que dar ciertas garantías de seguridad jurídica”, explicó Buzarquis.

“Lo del Chaco estamos estudiando, porque es otra realidad, y si bien es cierto que hay deforestación, queremos hacerlo de manera responsable, consecuente, sin joderle la vida al sector productivo”, adelantó el parlamentario. Agregó que “el medio ambiente no debería ser una amenaza, sino una oportunidad para el país”.

“Es inquietante la disminución del territorio boscoso, generándose con ello un desequilibrio en el medio ambiente, y produciendo daño en la flora y también un desequilibrio en la fauna, que sin los bosques se quedan sin su hábitat natural”, agregó.

Severa y necesaria

Paraguay conserva menos de la mitad de la superficie boscosa que tenía en tiempos de la colonización. De 27 millones, hoy dispone de 12,9 millones de hectáreas de bosques.

Según el Instituto Forestal Nacional (INFONA), en los últimos 25 años nuestro país se ha desforestado a un ritmo de 336 mil hectáreas por año. De 9 millones de hectáreas de bosques en la Región Oriental, actualmente quedan 1.900.000 hectáreas. En el Chaco, las estadísticas dicen que en los últimos 10 años la región ha perdido cerca de un millón de hectáreas.

“Nosotros buscamos que esta ley en la Región Oriental sea indefinida hasta que las condiciones de restauración y el cumplimiento de las demás leyes en materia de bosques se cumplan, como la aplicación de la ley de pagos por servicios ambientales”, señaló el director de Proyectos de la organización ambientalista A Todo Pulmón, Paraguay Respira, que participó de la reunión de CONADERNA.

Turlan señaló que comprende perfectamente que los gremios de productores muestren sus reservas respecto a la legislación, pero considera que “si llegamos a este grado de deforestación es también porque ellos no estuvieron de acuerdo antes con conservar los bosques”.

“Los procesos de restauración y recomposición de estos ecosistemas toman mucho tiempo; no es que en unos años se restauran, y los números y estadísticas lo demuestran; es una ley severa pero necesaria”, afirmó.

La ley prohíbe la realización de cualquier actividad, ya sea agropecuaria, industrial o que involucre territorio boscoso; el otorgamiento de licencias, permisos, declaraciones de impacto ambiental, o cualquier otro documento jurídico de naturaleza similar, y deja a los bosques afuera de la explotación forestal y de las tierras destinadas a la reforma agraria.

Ampliar la visión

Por el lado de la Unión de Gremios de la Producción (UGP), Héctor Cristaldo opinó que la pretendida legislación “no tiene base sostenible en lo ambiental, social, ni económico”. “Es muy limitada la visión, se debe abordar desde estas tres perspectivas y con enfoque en el desarrollo sostenible”, agregó.

“Los colonos del Chaco central tienen más de 90 años de experiencia en impulsar el desarrollo sostenible en un territorio inhóspito y hostil”, indicó, argumentando que “se debería capitalizar esta experiencia antes de establecer normativas a 500 kilómetros de la realidad y del proceso de desarrollo sostenible del Chaco”.

Cristaldo argumentó que la experiencia de los colonos menonitas “ha generado la mayor cuenca lechera del país, un polo agroindustrial con frigoríficos, fábrica de lácteos, aceites, balanceados, miles de empleos en plena región semi árida, conservando el 45% de los bosques en cada propiedad privada”. “Son propietarios que pagaron por estas tierras y las conservan como bosque”, dijo.

“Para nosotros el Chaco es diferente, y una ley de deforestación aquí necesita mucho más análisis”, señaló Turlan, de A Todo Pulmón, sugiriendo la instalación de una mesa de diálogo que reúna a “todos los sectores, tanto institucionales, como los ambientalistas y el sector productivo”. “Hay que analizar, ver estrategias, planes, esfuerzos y consensuar”, señaló.

Indicó que su organización lleva mucho tiempo trabajando con el sector productivo, con empresas agroexportadoras, y que es testigo de primera mano del esfuerzo de muchas de estas empresas por “hacer bien las cosas, tener políticas ambientales fuertes y una visión de desarrollo sostenible”.